La pregunta de Évole a Eduard Fernández que mata de un tiro las dudas que muchos tienen con los actores

Sin querer, el presentador de Lo de Évole ha descubierto la clave por la que a Eduard Fernández le empezó a gustar la interpretación. Una profesión que llevarán siempre en la sangre los artistas y que, precisamente por esto, Jordi Évole dudó de si estaría haciendo un papel en su entrevista.

"¿Yo cómo puedo saber que tú no estás interpretando hoy?", le preguntó de buenas a primeras, después de haber grabado varias secuencias del reportaje de este programa. El actor se sonrió y la respuesta dejó al rostro de La Sexta completamente asombrado.

Empezó a interpretar, "porque me avergonzaba de mí mismo"

"¿Para qué? ¿Y el qué? Por un lado, ¿para qué? ¿Para esconderme? ¿Para parecer otro? ¿Para parecer que soy más o menos? ¿Para dar una mejor imagen de uno mismo? Yo, a mi edad, ya no tengo nada que esconder ya. Me da igual y con el tiempo he aprendido a decir: '¡Es lo que hay!", reaccionó el recién premiado con un Goya a mejor actor protagonista, por Marco.

Una contestación que sirvió, de paso, para que los telespectadores conozcan la curiosa manera en la que el actor de la cinta Mientras dure la guerra o El 47 se metió en el mundo del séptimo arte. "Yo llegué a avergonzarme un poco de mí", confiesa, y que este mundo de recrear a otros personajes le ha ayudado a amigarse con él mismo.

Recuerda que todo empezó por querer ser "gente" que veía y que entendía que estaba por encima de él. Una afición que terminó convirtiendo en profesión, teniendo actualmente en su haber un total de 4 cabezones Goya, de las 14 veces a las que ha sido nominado por su exitoso trabajo en la gran pantalla.

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Á. Roldán

Una duda que, casualmente, mató dos pájaros de un tiro. Pocos conocerían la raíz de la motivación de Eduard para ser actor, pero, además, bastantes telespectadores se hayan preguntado en alguna ocasión, cuando se enfrentan a la entrevista de un actor o de una actriz, si se trata de reflexiones naturales o si está recreando un papel para ocultar sus verdaderos sentimientos. En este caso, Fernández ha dado clara evidencia de que no.