María Patiño atiza a Alessandro Lequio y Ana Obregón ante la polémica con Nia

Ana Obregón ha afrontado desde Y ahora Sonsoles, el programa en el que trabaja, la polémica con Nia y el supuesto trato vejatorio que le dio a la cantante en la grabación de un spot publicitario para las campanadas de TVE de hace un par de años.

La también actriz, lejos de apagar el conflicto, ha echado más leña el fuego pidiendo a la ganadora de Operación Triunfo que la deje vivir en paz e ironizando con la baja audiencia de los programas de Roberto Herrera. Como en todos los espacios del corazón y de actualidad, la cuestión se ha tratado en Ni que fuéramos, el que presenta María Patiño de lunes a viernes a las 15:50 horas en Ten.

La periodista ha aprovechado la ocasión para cargar contra Alessandro Lequio, que despreciaba a Nia en favor de Ana, en Vamos a ver, el magacín de Telecinco: "Le digo a Alessandro Lequio, que decía esta mañana '¿quién es esta chica?'. Y yo le digo, ¿quién eres tú, Alessandro? ¿Cuáles son tus orígenes?".

"De verdad, muchas veces estamos desubicados. Yo a Nia no la conozco, pero Alessandro Lequio cree que a lo mejor ha descubierto la penicilina. Y es un chico que salió al altar porque se enrolla con mujeres. Es que estoy harta de sus comentarios", son sus palabras textuales.

Pero más tarde, sí que le daba la razón en una conclusión: "Lequio le dijo a Ana que sobraba ya el utilizar el tema de su hijo y lo comparto, me joraba decirlo, pero es así". Para finalmente, desde Twitter, sentenciar también a la que fuera creadora de Ana y los siete.

Reposteando un vídeo de Y ahora Sonsoles, ha dejado clara su opinión: "El perdón lleno de desprecios. Sin duda, si yo estuviera o estuviese delante sería directa y franca. Ana estás despreciando a dos personas porque sientes que eres superior. Tu actitud respalda la versión contraria a la tuya".

De esta forma queda clara la postura de la comunicadora ante el conflicto del momento y las posturas que están tomando algunos de sus protagonistas. Por el momento, Nia sigue guardando silencio y sin entrar al trapo.