Santi Millán ('Caiga quien caiga'): "En la franja de Broncano y Pablo Motos hay hostias como panes. Hay que saber qué batallas elegir"

Cuando Mediaset se planteó hacer resurgir Caiga quien caiga, consideró que era imprescindible encontrar a un hombre de negro que tuviese el suficiente carisma para liderar este mítico formato. Un presentador que estuviese a la altura de las expectativas. Es por ello que el grupo de Fuencarral no dudó en ofrecerle esta importante labor a Santi Millán.

"Cuando vieron que ni Pablo Carbonell, ni Wyoming, ni Arturo Valls lo querían hacer, me llamaron a mí", bromea Santi Millán, que asume con orgullo la capitanía de este nuevo Caiga quien caiga. En la mesa le acompañan Lorena Castell y Pablo González Batista, formando un trío de presentadores lleno de ingenio y humor.

Aunque Millán asegura que el peso real del programa recae en los reporteros de Caiga quien caiga: "Los que se patean la calle son los que sacan el contenido, mientras que los presentadores nos dedicamos a repartir juego y hacerlo con gracia", reconoce Santi Millán, que ofrecerá cada semana un boletín de noticias sobre la actualidad social, política, deportiva y cultural a través de un enfoque humorístico y desenfadado.

"Caiga quien caiga hace un resumen semanal desde un punto de vista saludable, porque el humor es saludable. Cada vez nos hace más falta el sentido del humor. Tenemos la libertad de reírnos de todos porque empezamos riéndonos de nosotros mismos", afirma Santi Millán, que considera que la gracia y la ironía son los mejores aliados para combatir la gran polarización que existe en nuestros días.

Esta noche, a las 22 horas, Caiga quien caiga regresa a Telecinco con un formato que mantiene su esencia, pero que incorpora numerosas novedades. Desde El Confi TV, charlamos con Santi Millán para conocer cómo vive el regreso de este mítico programa.

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Daniel Robles

PREGUNTA. ¿Qué recuerdos tienes del formato?

RESPUESTA. Con esto sucede como con los amores, que con el tiempo solo recuerdas lo bueno. Si revisitas los primeros Caiga quien caiga, había cosas buenísimas, pero también había otras que eran malas. Aunque el tiempo acaba destilando todo eso y te quedas con los buenos recuerdos. Eso es lo más importante, que la gente recuerde las cosas buenas, los temas transgresores que se hacían. Ahora nosotros tenemos que estar a la altura de esas expectativas y creo que tenemos mimbres para hacer canasta.

P. ¿Cómo crees que los telespectadores van a recibir esta nueva versión de Caiga quien caiga?

R. Espero y deseo que lo reciban con alegría y devoción. No sé cómo va a recibir la audiencia el programa, lo que tengo claro es que estamos superorgullosos del trabajo que vamos a mostrar. Nosotros no podemos hacerlo mejor de lo que ya lo estamos haciendo. Es un gran formato y hay un equipazo tanto delante como detrás de las cámaras.

P. Telecinco está en un momento complicado de audiencias. ¿Te crea respeto no alcanzar las audiencias esperadas?

R. Eso forma parte del juego. Es como montar en bicicleta y no querer caerte. Si vas mucho en bicicleta, alguna vez te caerás, tienes que asumirlo. Las audiencias son importantes en el momento en el que deciden la continuidad de nuestro trabajo, pero es un error trabajar pensando en cumplir una audiencia. Nosotros trabajamos en aquello que creemos y que nos gusta.

"Si tenemos 'haters', serán bienvenidos"

P. Caiga quien caiga ya era viral antes de que llegasen las redes sociales. En este caso, las redes pueden jugar a favor de vuestra viralidad…

R. Las redes sociales son una herramienta más, dependen del uso que hagas de ellas. Nosotros esperamos que la viralidad suceda con cosas positivas. Si tenemos haters, serán bienvenidos. Es bueno que el público pueda expresar su opinión, pero no se puede echar mierda a algo que ni siquiera han visto. Hay que respetar que todo el mundo tenga voz, pero no todas las voces son respetables.

P. Ante tu debut como líder de este mítico formato, ¿te han escrito antiguos presentadores de Caiga quien caiga?

R. Me escribió Manel Fuentes, pero con Arturo Valls y Wyoming no he intercambiado ningún mensaje. Conozco bien a los dos y sé que la reacción ha sido buena. Nosotros somos compañeros, no somos rivales. Hay veces que nos toca estar enfrentados, aunque no hay un enfrentamiento en sí, sino una compañía. Yo siempre he deseado que a todos mis compañeros les vaya bien porque sé lo que implica este trabajo.

P. En el Caiga quien caiga original, Wyoming acabó siendo muy señalado por ser el líder del programa. ¿Tienes miedo a que te pueda suceder algo similar por hacer crítica social?

R. Si toca hablar sobre política, daré mi opinión de la misma forma que si lo hacemos sobre espectáculos. Yo nunca he sido un tipo incisivo, no me gusta hacer sangre, sino que a mí me gusta conciliar. Mi visión es más progresista que reaccionaria porque el progresismo tiene más sentido autocrítico. Lo reaccionario es inamovible porque no hay crítica ninguna, pero nosotros nos damos cuenta de que hay cosas que no funcionan e intentamos hacerlas mejor.

"Mi visión es más progresista que reaccionaria"

P. Al estar en el prime time del domingo, ¿sientes alivio por no tener que competir contra La revuelta y El hormiguero?

R. Para mí no hay competencia, sino que compartimos franjas horarias. Aunque está claro que en esa franja hay hostias como panes, por lo que no es el mejor momento para entrar en esa pelea. Hay que elegir en qué batallas entrar y cuándo hacerlo. Estoy contento de que tanto a Pablo Motos como a David Broncano les vaya genial. Los dos lo están petando.

P. Hablando del access, El intermedio del Gran Wyoming es un formato que puede sonar a Caiga quien caiga. ¿Cómo vives las comparaciones que pueda existir con este programa?

R. El intermedio bebe un poco de las fuentes de lo que era Caiga quien caiga y lo convierte en un programa diario. Ellos son muy ágiles a la hora de tratar la actualidad, pero tienen menos medios. Por lo que Caiga quien caiga es un lujo para una televisión en abierto.

P. Esperanza Aguirre era una de esas políticas que no evitaba a los reporteros de Caiga quien caiga, sino todo lo contrario. Sin embargo, en la presentación del formato, vuestras reporteras han confesado que les ha costado hablar con políticos. ¿Los políticos de hoy en día están menos dispuestos a hablar con un reportero del programa?

R. Depende del político. Normalmente, los políticos tienen facilidad de palabra y son capaces de darte un discurso con el que esquivar la pregunta que les has hecho, pero con Caiga quien caiga esto no puede pasar. Entonces, los políticos que tienen sentido del humor y que saben como lidiar con las preguntas incisivas, aceptan las preguntas de Caiga quien caiga. Los políticos que no tienen tanta cintura, intentan evitar estos momentos.