Lección de compañerismo: las genuinas reacciones de los niños de 'MasterChef Junior 11' tras la primera prueba

Las cocinas de MasterChef han vuelto a abrir sus puertas para recibir a un nuevo grupo de mini chefs en TVE. La pública ha apostado, una vez más, por el talent culinario en su versión infantil de nuevo en Navidad. Así, una nueva generación de pequeños ha intentado impresionar a los jueces, y a Marina Rivers, con sus elaborados platos.

Las vacaciones navideñas no serían lo mismo. Los nuevos 16 aspirantes que ya se han estrenado en las cocinas de Masterchef han inundado Televisión Española con su naturalidad, su inocencia y, por supuesto, sus impresionantes dotes culinarias. En consecuencia, también han tenido que enfrentar sus primeras valoraciones, que, por supuesto, no han podido ser todas en positivo.

Como primer reto, cada pequeño ha tenido que elaborar un arroz. La receta ha sido completamente libre, con la única instrucción de que el ingrediente fuese el protagonista del plato, sin que ningún otro de los adicionales lo opacase. Posteriormente, el jurado repartiría puntos entre todos ellos en función de sus resultados, de 1 a 12 puntos.

Ana: "Sentí que les había decepcionado"

Su edad no ha implicado su inmadurez, ya que todos ellos han realizado un ejemplar ejercicio de compañerismo a la hora de recibir las críticas. Ni una sola lágrima derramada a pesar de haber obligado a los jueces algún que otro plato digno que ha conllevado varias críticas. Por el contrario, han celebrado el triunfo de varios contrincantes a pesar de significar una puntuación inferior para ellos. Los vencedores, por su parte, también han sabido ganar con elegancia.

Lucía, Marce, Nicole, Nacho y Leo solo han podido acumular un insignificante punto a consecuencia de los errores en sus cocinados, que no han satisfecho las expectativas, ni las papilas gustativas, de Jordi Cruz, Pepe Rodríguez y Samantha Vállejo-Nágera. En contraste, una de las aspirantes ha destacado por encima de sus compañeros, la única que ha logrado recibir la puntuación máxima, los 12 puntos.

Ha sido Ana, procedente de Zaragoza. Tan pronto han pronunciado su nombre, que ya habían adelantado inequívocos algunos de los muchachos, la ovación ha sido generalizada y, rápidamente, algunos pequeños han saltado de alegría e incluso la han abrazado en señal de apoyo, cariño y respeto. Un gesto noble e indudablemente genuino. De igual modo, los pequeños cuyos resultados los han situado en el centro de la tabla, también lo han aceptado con alegría.

De este modo, Ana ha arrancado su concurso por todo lo alto, lo que la ha llevado a ejercer de líder en la consiguiente prueba por equipos, de la que, desafortunadamente, no salió vencedora. En consecuencia, ha tenido que pasar por la eliminación, donde, de nuevo, ha vuelto a demostrar su empatía a modo de carácter ejemplar: "Fue un honor que me eligieran, pero sentí que les había decepcionado".