Santi Acosta, obligado a cortar su programa en Telecinco al ver el estado de Bárbara Rey
El presentador se levantaba de su silla para comprobar de primera mano cómo estaba su invitada, en evidente estado de shock
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fbb2%2Fa11%2F1a2%2Fbb2a111a24eaa14f190981bb83a6d713.jpg)
Tras una primera entrega dedicada a su relación con el rey emérito, Bárbara Rey centró este lunes sus declaraciones en Telecinco en la figura tanto de Ángel Cristo como de su propio hijo, a quien trató de responder tras un año situándola en el disparadero. Aunque a la vedette le dolió mucho tener que afrontar todo lo que su hijo ha ido contando sobre ella, en su mayoría mentiras, según sus propias palabras, el peor momento de la grabación se produjo al recordar un incidente con el domador en el que temió seriamente por su vida.
En un momento dado de la extensa entrevista con Santi Acosta, Bárbara se abre en canal para hablar de la adicción de su marido a la cocaína. Todo comenzó cuando su circo comenzó a experimentar un descenso en la facturación, una mala época en la que este se habría refugiado en la droga: "Supongo que lo hacía para evadirse o para estimularse de cara al trabajo", comenzó tratando de encontrar una explicación Rey.
El asunto es que inicialmente no sabía a qué se debían las salidas nocturnas de su esposo, para comprar mercancía, por lo que decidió espiarle: "Él hacía unas salidas muy extrañas, pero yo creía que estaba con alguna. Quería pillarle con las manos en la masa para poder separarme de él".
Sin embargo, nada más lejos de la realidad. Lo que se encuentra es mucho peor: "Un día me dice por la noche que se va a la farmacia de la Moraleja porque le duele una muela. Yo le sigo, porque a esa hora sé que la farmacia está cerrada. Veo que se bajan unos hombres y le dan algo que no sabía que era. Cuando vi todo eso, me di la vuelta y me fui corriendo para mi casa. Tenía que llegar antes que él, para que no sospechase nada".
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F045%2F5f0%2F821%2F0455f0821d02a0c219158851e9306b23.jpg)
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F045%2F5f0%2F821%2F0455f0821d02a0c219158851e9306b23.jpg)
Al llegar, Ángel Cristo deja su chaqueta sobre la silla, y ella de forma disimulada le comprueba los bolsillos: "Me encuentro la funda de un carrete de fotos llena de cocaína". Tras esto, Cristo empieza a desvariar, "como un loco desencajado", porque no encontraba el carrete, temiendo que ella lo hubiera encontrado.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F7ba%2Fd9d%2F468%2F7bad9d468ee64b47e8f2153767cee0c0.jpg)
"Yo decía 'ay, dios mío', qué hago yo si no la encuentra. Él estaba completamente desencajado, con los ojos rojos, inyectados en sangre", relata Bárbara entre lágrimas, ya que en ese instante comienza a rememorar cómo temió por su vida: "En ese momento se me salía el corazón por la boca y sabía que como estaba, si me daba una paliza me mataba".
Rey tiró entonces el carrete como pudo, y le hizo ver que estaba en uno de los rincones en los que este no había buscado. En ese momento, el domador se calmó un poco, pero Bárbara solo podía pensar en una cosa: "Sabía que me iba a matar y decía: 'qué va a ser de mis hijos con este hombre". Bárbara, en evidente estado de shock, era incapaz de continuar con la entrevista, repitiendo en varias ocasiones esa dolorosa frase en voz alta. Tanto es así que el presentador se levantaba de su silla y rompía la distancia que mantenía con ella hasta el momento, ofreciéndole agua para que se recompusiese, destrozada en lágrimas: "Venga, paramos un rato", se le escuchaba decir a Acosta, bastante tocado por el desgarrador testimonio de la entrevistada.
Tras una primera entrega dedicada a su relación con el rey emérito, Bárbara Rey centró este lunes sus declaraciones en Telecinco en la figura tanto de Ángel Cristo como de su propio hijo, a quien trató de responder tras un año situándola en el disparadero. Aunque a la vedette le dolió mucho tener que afrontar todo lo que su hijo ha ido contando sobre ella, en su mayoría mentiras, según sus propias palabras, el peor momento de la grabación se produjo al recordar un incidente con el domador en el que temió seriamente por su vida.