Grison se sincera sobre los chistes de Pablo Motos y el éxito de 'La revuelta': "Nos ha venido bien que intentaran desprestigiarnos"

"Desde la competencia se han hecho contra mí pullas de mal gusto, de manera continuada, camufladas de humor, cuando en realidad son ataques". Así de rotundo calificaba Pablo Motos hace solo unos días los chistes que desde La revuelta se hacen sobre El hormiguero, y sobre el propio presentador, prácticamente a diario. El rostro de Atresmedia, sin embargo, las asume como peaje por la gran exposición que le da un programa como el suyo en Antena 3, pero que, en cambio, los responsables del show de la competencia no lanzan en ese sentido, o al menos eso es lo que Grison ha querido aclarar ahora, con la polémica entre ambos shows amainando.

Porque el mediático colaborador de Broncano ha querido aprovechar su última entrevista en El País para desmarcarse de lo que Motos considera "ataques" por su parte, ya que precisamente es él quien suele lanzarle dardos de su espacio en TVE. Preguntado sobre sus límites para el humor, Grison los tiene claros: "No me gusta el body shaming [burlarse de alguien por su apariencia física], los chistes soeces, muy de cuñado o que dejen mal a la mujer. El límite de la comedia es no hacer pequeño al que le estás haciendo la broma, que se entienda que es un chiste".

A este respecto, le viene a la mente el presentador rival: "Incluso lo que decimos de Pablo Motos no va para nada con maldad. Me encantaría que entendieran los chistes y que se acercaran a nosotros", agrega Marcos Martínez, nombre real del joven, emplazando así a una tregua al equipo de El hormiguero tras semanas de enfrentamiento televisivo (y años de confrontación por invitados, según la versión ofrecida por Broncano en pleno programa).

Esta petición de acercamiento cobra mayor sentido en boca de Grison, ya que cabe recordar que en el pasado fue también colaborador esporádico del formato de 7yAcción, donde durante varias temporadas recurrían a él para sorprender a ciertos invitados con sus habilidades en beatbox. No obstante, era campeón del mundo de loopstation y campeón del mundo del Grand Beatbox Battle.

Es por esto que no extraña que quiera acercar posturas con un espacio que le dio la visibilidad necesaria para terminar fichando por La resistencia, pese a que nunca tuvo cercanía con el propio Motos, como él mismo aclara: "Nunca en la vida me ha escrito. Nunca tuve relación con él más allá de estar en el plató para hacer los ensayos. Sí que tengo relación con Juan y Damián y sigo queriéndoles un montón", desvela, un cariño que, en cualquier caso, no ha sido impedimento para las tensas fricciones entre ambos programas.

Por último, Grison no duda en valorar el éxito de La revuelta en su salto a la televisión en abierto. Cuando se anunció su fichaje por la cadena pública, no pocas fueron las voces que cargaron contra la decisión, tildándola de política. El contrato blindado por dos temporadas fue interpretado por muchos como un movimiento ideológico y estratégico de Moncloa para torpedear a El hormiguero, e incluso desde la propia mesa de actualidad Pablo Motos y sus colaboradores azuzaban esa teoría.

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Ahora, dejada atrás la incertidumbre inicial sobre su rendimiento en el access prime time de La 1 y certificado su éxito como oferta líder, el análisis de Grison no puede ser más contundente. "Al principio nadie sabía lo que iba a pasar", reconoce el colaborador, quien confiesa alegrarse por el respeto que han tenido de TVE al formato: "Cuando llegué a casa y vi que no habían recortado nada del primer programa, me llevé las manos a la cabeza y pensé: '¡Esto es histórico!”.

"Nos ha venido bien que desde ciertas cúpulas hayan intentado desprestigiarnos. La polémica siempre viene bien. Y ha sido un renacer porque estábamos bajando en motivación y popularidad. Ahora nuestro objetivo es que la gente se olvide de sus problemas ese rato. Es como droga instantánea", bromea Marcos, y no va desencaminado, ya que cada día más de dos millones de espectadores permanecen "enganchados" a La revuelta.