"No lo puedo permitir": Risto aplica censura a un ciudadano de 'Demos', por sus afiladas palabras

Esta semana, Demos: el gran sondeo ha puesto sobre la mesa la inmigración y la delincuencia de nuestro país. Un agitado debate que trajo consigo un afilado discurso de uno de los ciudadanos del programa, suprimido automáticamente ante los telespectadores.

"Los españoles nunca hemos sido racistas, solo cuatro energúmenos", empezó sentenciando Óscar, un vecino español que formaba parte de la representación de los que tenían más de 60 años. Unas palabras que venían a contradecir el testimonio anterior de otra ciudadana, que defendió el derecho "innato" de ser inmigrante.

"El que venga a cagarme encima o a violar a mis mujeres, le aprieto el pescuezo"

"Nosotros también hemos sido inmigrantes, ¿qué suizo, alemán o argentino ha hablado mal de un español? Toda inmigración que venga a aportar o a traerme algo a mi país y a crear riqueza, bienvenido sea. Le abrimos las puertas", continuó expresando el interviniente del espacio de Risto Mejide, que preguntaba si la inmigración y la delincuencia iban de la mano.

Sin embargo, el cierre de su alegato incomodó sobremanera al presentador y a buena parte de los presentes en el plató: "Pero, el que venga a cagarme encima, le aprieto el pescuezo. Sí, sí. El que venga a cagarme encima o a violar a mis mujeres, le aprieto el pescuezo". Mejide lo cortó ipso facto: "¡Hombre no, Óscar!".

Una repetida expresión que quiso censurar el rostro de Telecinco de manera inmediata. "Vamos a hacer una cosa. Gracias por tu opinión, pero, Silvia, te voy a pedir, por favor, que no conste en acta la opinión de Óscar", conminó indignado el presentador, con orden directa a la taquígrafa del espacio de Mediaset que transcribe todas y cada una de las intervenciones de la jornada.

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Á. R

"Paso de que opiniones como, 'le aprieto el pescuezo', aparezcan en el programa de hoy. Lo siento, hay cosas que no puedo permitir, porque esto es televisión. Se puede decir todo, pero con respeto", zanjó Risto, recibiendo a su vez un sonoro aplauso de todas las gradas para condenar también la salida del aludido ciudadano.