Fernando Díaz de la Guardia se sincera sobre su año fuera de la televisión y su futuro frustrado en Mediaset: "Tenía proyectos"
El presentador andaluz reaparece, tras sufrir una parálisis facial, con 'Imbatibles', un ciclo de historias de superación en el que narra su experiencia vital junto a Irene Villa, entre otros invitados
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A lo largo de su carrera, Fernando Díaz de la Guardia ha sido testigo de numerosas historias, pero ahora el periodista es el que se ha convertido en el protagonista de una una vital historia de superación. Y es que la vida del granadino daba un giro de 180 grados hace casi un año, cuando sufría una parálisis facial que le obligaba a alejarse de la pequeña pantalla tras fichar por Mediaset.
"No hay nadie invicto, pero todos podemos sentirnos imbatibles", es el poderoso mensaje que Fernando Díaz de la Guardia transmitirá en su regreso a la vida pública el próximo viernes, 22 de noviembre, con Imbatibles, un proyecto en el que entrevistará a personas que han sufrido grandes adversidades, además de sincerarse sobre su último año, y que ya ha agotado todas las entradas del auditorio Caja Rural Granada.
"Lo hago porque forma, por suerte o por desgracia, parte esencial de mi vida en estos momentos. Porque quiero compartirlo, porque creo que puedo ayudar a los demás, humildemente así lo considero", explica sobre los motivos por los que se abre en canal en esta entrevista y en su evento, que cuenta con el sello de compromiso social de la productora andaluza Lapa Creativa, responsable del formato Patas arriba de Canal Sur.
"¿Lo que sucede, conviene? A mí no me conviene lo que me ha ocurrido, pero me adapto. Lo que sí he intentado es extraer enseñanzas que me ayuden a vivir", expone sobre el viaje personal que ha vivido en el último año, además de revelar su situación actual con Mediaset y poner en valor la cobertura televisiva de la tragedia de la DANA en Valencia y en el resto de provincias.
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PREGUNTA. ¿Cómo te encuentras tras este período de recuperación?
RESPUESTA. He evolucionado, estoy mejor y mentalmente estoy fuerte. Todavía mantengo alguna secuela y, aunque he recuperado el tono de la voz, la dicción y la sonrisa, que es muy importante, aún no parpadeo, por lo que me muevo constantemente con unas gafas de sol para protegerme de la luz, en particular de la eléctrica. Esto condicionó mi trabajo natural porque me dedicaba a la comunicación como presentador y dejé de hacerlo de forma drástica, que no puedes controlar porque no es un tema laboral, es un tema que te supera. Se llama salud y, en este caso, es ausencia de ella.
P. ¿Cómo comenzó todo, hace diez meses?
R. El día de Reyes, el 6 de enero, sufrí una parálisis facial como consecuencia de un herpes, que se llama herpes zóster, o mejor dicho, un virus que provoca el herpes zóster, que es el virus de la varicela. La varicela está en nuestro organismo desde que pasamos la enfermedad, normalmente de jóvenes o de niños, y se reactivó en mi cerebro por una bajada de defensas. De forma que provoca una enfermedad rara que se llama síndrome de Ramsay-Hunt. El pronóstico en ese sentido es complicado porque no saben exactamente cuando va a remitir la enfermedad del todo, se basan en estadísticas.
P. ¿Cómo nace tu próximo proyecto, Imbatibles?
R. Durante la convalecencia, en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, conocí a diferentes pacientes con problemas de distinto grado facial. Por ejemplo, personas que les han extirpado un tumor de la cara y que les ha obligado a vivir un tiempo sin nariz hasta que se les ha reconstruido. Tan extremo era el contexto que me daba incluso apuro contarles mi problema, pero empatizaron rápidamente conmigo y me advirtieron que yo debía vivir mi problema y que, al final, es una dificultad severa para alguien que se dedica a mi oficio.
Aprendí de ellas, lo veo en femenino porque eran sobre todo mujeres con las que traté. Me impregné de ellas y me ayudaron. Entonces, decidí que quizás yo también podría ayudar a otras personas con mi testimonio. Me vengo grabando mes a mes mi evolución. Al principio, sin más afán que ir observando mis avances. Pero luego, al repasar los vídeos, vi que había una evolución y que podía ayudar a otras personas que tienen problemas y complejos por culpa de cualquier lesión facial y que podía ayudarles. Y no me quise quedar en eso. Decidí también entrevistar a ejemplos de superación.
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P. ¿En qué consiste este ciclo de entrevistas?
R. En realidad son charlas motivacionales donde yo cuento mi caso, el de un presentador que vive de su talento pero que cuenta con una herramienta fundamental que es la expresión de su cara y que la había perdido. Y a partir de ahí, cómo se adapta a esa nueva situación. Al mismo tiempo, entrevisto a ejemplos de superación conocidos y admirados, como el de Irene Villa, Pablo Pineda y José Manuel Ruiz Reyes en Granada, que es donde he querido hacerlo porque nunca me he visto en una situación así, ni he hablado de mí, y quería probarlo en mi tierra.
Son tres experiencias de superación, no es un 'cuentapenas'. No es para decirle a nadie lo que debe hacer, pero si prestas atención y escuchas los testimonios, quizá pueda resultarte enriquecedor lo que aquí se cuenta porque yo, por ejemplo durante mi convalecencia, he extraído enseñanzas positivas.
"Antes vivía en el mañana, en el objetivo, en el programa. Ahora vivo en el presente"
Imbatibles se basa en la autenticidad. Esto no es una pose, ni que a mí de repente me haya dado por ahí. Lo hago porque forma, por suerte o por desgracia, parte esencial de mi vida en estos momentos. Lo hago porque quiero compartirlo. Lo hago porque creo que puedo ayudar a los demás, humildemente así lo considero. Porque puedo transmitir ideas que antes no tenía.
P. Detrás de Imbatibles también se encuentra Nacho Lagos y su productora Lapa Creativa.
R. Nacho Lagos es mi amigo. Durante la convalecencia he tenido mucho trato con él y le trasladé y compartí con él mis inquietudes y las ideas que yo tenía. Fue de las primeras personas a las que participé de mi sueño de compartir mi situación y poder aportar a la sociedad, desde la comunicación, un testimonio que pudiera ayudar a otras personas a identificarse y a sentirse reconocidas de alguna manera. Nacho no dudó ni un segundo en empatizar y en ponerse también manos a la obra para redondear este proyecto.
Lapa Creativa es una productora que tiene el sello de Nacho Lagos. Nacho es una buena persona y además tiene un sentido de la comunicación que a mí me gusta y es la comunicación útil de la que antes hablaba. Los proyectos que aborda Lapa Creativa son proyectos sociales de servicio público que son compatibles, por supuesto, con resultar atractivos para el gran público. Como, por ejemplo, Desafío ártico o Patas arriba. Tiene todo el sentido, por tanto, que además Lapa apoye a un proyecto como Imbatibles.
P. ¿Echas en falta más presencia en los medios de personas con discapacidad?
R. He dedicado gran parte de mi carrera profesional a escuchar a quienes no acaparan titulares de prensa ni cabeceras de informativos, sino a personas anónimas para la mayoría, pero que eran importantes para su comunidad y, por tanto, entendía que era relevante darles su espacio en los medios de comunicación y allí donde estuve procuré hacerlo. Desde luego, en la televisión pública, Canal Sur, tenía todo el sentido.
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A partir de ahí descubrí a muchos ejemplos de superación, a personas con discapacidad y con problemas muy condicionantes en su vida. Y creo que, si bien vivimos en una sociedad algo más integradora, bastante más que hace décadas, queda mucho por hacer y pienso que los medios de comunicación en ese sentido podemos ejercer una responsabilidad muy importante.
P. ¿Cuál es tu situación laboral actualmente?
R. Yo tenía una plaza, aunque estaba en excedencia trabajando en Mediaset, en Canal Sur. Ahora me siento capaz para editar el magacín dominical que dirige y presenta Inmaculada Casal, que estrenamos el pasado domingo, 10 de noviembre, Andalucía de tarde, donde estoy como editor. Para trabajar detrás de cámaras me parecía que tenía más sentido volver donde está mi familia y mi plaza natural, con independencia de que con Imbatibles pueda moverme por otros sitios de España.
Yo creo que ahora mismo es bastante, después de todo lo que he pasado. Son dos proyectos bonitos, uno más personal que otro, como es natural, y es en lo que ocupo mi tiempo actualmente. Si la experiencia de Granada me gusta, que eso es básico, pues es posible que continuemos por otras ciudades. Con respecto a Mediaset, yo tenía proyectos. La verdad que la dirección de la cadena conmigo se ha portado muy bien. Pero claro, yo no me encuentro ahora mismo para estar en un plató.
P. ¿Cómo se fraguó tu salto a la televisión nacional?
R. Me llamó Mediaset. La verdad que fue una sorpresa porque normalmente los grandes saltos en televisión, salvo que tengan tu nombre a escala nacional muy afianzado, suelen producirse a una edad más temprana. Entonces, me llegó en un momento que me sorprendió, pero al mismo tiempo muy cuajado, muy maduro, y esto me ha ayudado mucho en Mediaset donde, la verdad, guardo muy buen recuerdo del equipo, porque se portaron muy bien conmigo desde el minuto cero y fue una experiencia estupenda la de trabajar en Mediaset y en Cuatro al día.
Desgraciadamente, la salud se cruzó y todo se precipitó y, como antes te contaba, pues al final mi familia está en Sevilla, yo por desgracia no estoy para presentar en un plató. Entonces, ejercí mi derecho a la reincorporación a la que ha sido mi casa profesional la mayor parte de mi carrera.
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P. ¿Cómo has vivido tu regreso a Canal Sur?
R. Sabía de alguna forma que más tarde o más temprano volvería a Canal Sur. En estas dos etapas en las que he estado en Madrid, en ambas me fui con una excedencia a Televisión Española para trabajar en Prado del Rey con María Casado en La mañana de la 1 y después en Mediaset, porque me tira el sur, me gusta mucho Andalucía y en Sevilla ha nacido uno de mis hijos y los dos estudian aquí.
Siempre ha estado abierta esa puerta para volver, por lo que me parece casi hasta lo natural. Aquí me encuentro como en casa y ahora mismo lo que necesitaba era estabilidad por mi situación de salud, especialmente. Ya veremos donde nos lleva la aventura de Imbatibles, que por lo pronto está siendo muy emocionante y muy reconfortante. ¿El futuro? Yo ya he aprendido a hablar de hoy.
P. ¿En la televisión pública uno tiene la libertad de olvidarse un poco del dato de audiencia?
R. Yo creo en el servicio público con público, ese es el sentido. Por tanto, creo que hay que estar igualmente vigilantes al seguimiento de audiencia sin obsesionarse, sí. El objetivo fundamental es el de construir un espacio donde los espectadores, contribuyentes por otra parte porque es una empresa pública, sientan que su televisión responde a una serie de paradigmas que forman la esencia de Canal Sur y de la televisión de todos, pero insisto en que eso es compatible con intentar ser atractivos y competir.
Dicho esto, no es algo que me obsesione, tampoco lo era en Cuatro al día. Al final, yo creo que somos todos elementos o piezas de una gran cadena de trabajo. La televisión es un trabajo en equipo donde todos somos importantes, tenemos un papel relevante y tampoco lo asumía como una angustia personal. Yo siempre he vivido las alegrías y las tristezas de esos momentos en equipo, con lo que eso significa.
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P. ¿Has echado de menos no poder estar al pie del cañón ahora con los desastres de la DANA?
R. Es un horror, sí. De hecho, los momentos duros y tristes de mi carrera profesional están vinculados a noticias trágicas que he vivido como reportero. Recuerdo, por ejemplo, las trágicas inundaciones de Cártama (Málaga) hace unos años, en las que murieron varios vecinos. Yo estuve allí y son circunstancias muy desagradables. Ahora, creo que también se hace mucho bien en contar y en dar voz a los damnificados.
Creo que la televisión es sumamente útil y cuando estás en ese contexto, pues de alguna manera sientes que tu trabajo tiene, si cabe, un valor mayor. Recuerdo, por ejemplo, cuando estuve con diferentes damnificados de la erupción del volcán Cumbre Vieja, en la isla de La Palma y también sentía la necesidad de mostrarle al mundo lo que allí estaba ocurriendo y los testimonios de las personas que lo estaban sufriendo en primera persona. Forma parte de mi vocación.
P. ¿Cuáles son esas enseñanzas, que me comentabas, que has extraído de este año?
R. Yo antes vivía en el mañana. Vivía en el objetivo. Vivía en el programa. Ahora vivo en el presente. Y esto no es un aforismo de azucarillo de tetería o el eslogan de una marca publicitaria de 'vive el momento'. Sino de lo que realmente creo que es la vida. La vida es este instante. Esto que puede resultar una perogrullada para mí es importante, porque he aprendido a aplicarlo en mi día a día.
Otra que, cuando viene el monstruo a visitarte, procuro que mi mente esté ocupada. Como lo hacía yo en los momentos más severos de más tristeza de mi convalecencia. Soy un gran aficionado a música y escuchaba ojo, no oía, escuchaba música y los detalles de la canción. Paseaba a mis perros, por una zona cercana a mi casa, donde hay un pinar y simplemente vivía ese momento. Por lo tanto, el monstruo no entraba porque no había espacio para él. Y cuando al final se empeñaba y derribaba la puerta, conseguía mirarlo a los ojos.
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Cada uno, pienso, que lo puede intentar y lo puede hacer a su manera. Para mí, la vía de escape era la música. Esto casa con la importancia del tiempo libre, porque no le prestamos atención. El tiempo libre debe formar parte de nuestra rutina como si fuese un espacio más de la vida profesional. El tiempo libre es necesario, hay que buscarlo, hay que trabajar en ello. Lo que sea que impida que la toxicidad y los malos pensamientos entren en tu cabeza.
Otra enseñanza que he extraído es que, para saber qué significa estar bien, por desgracia muchas veces hay que vivir un mal momento. Y ahí es donde se hace realmente el criterio. Yo ahora me levanto cada mañana y valoro muchísimo lo que tengo. Valoro mucho más la vida. Pero quiero dejar claro lo siguiente, ¿lo que sucede conviene? A mí no me conviene lo que me ha ocurrido, pero me adapto. Lo que sí he intentado es extraer enseñanzas que me ayuden a vivir. Y eso es lo que he aprendido durante mi convalecencia.
P. Por tanto, has aprendido a alejarte de la vorágine de la profesión para adaptarte a tu nueva situación.
R. Por supuesto que esta es una profesión donde la adrenalina y el estrés positivo existen. Y también existen otro tipo de sensaciones que te pueden dañar, eso es cierto. Pero yo esencialmente soy comunicador y necesito, aunque sea con mis gafas oscuras, ejercer mi oficio. Porque está en mi naturaleza y quiero hacerlo en un escenario. En un escenario donde tiene sentido estar con las gafas oscuras porque el proyecto trata sobre lo que me ha ocurrido a mí, en parte.
Realmente, lo que he conseguido es ordenar las prioridades y encajar las piezas del puzle del sin vivir, de una constante y permanente persecución que no hace más que abocarnos a la ansiedad. Creo que lo estoy consiguiendo. No es fácil, pero lo estoy consiguiendo.
P. ¿Cuáles serían los titulares de este año de tu vida?
R. Hay un titular que lo tengo ya marcado y que es un poco el eslogan de Imbatibles, y es que no hay nadie invicto, todos perdemos en la vida, pero podemos sentirnos imbatibles o intentarlo. El intentarlo es la clave, si nos quedamos con que todos nos podemos sentir imbatibles, habrá quien diga 'eso lo serás tú, el otro, yo no puedo…', al menos intentarlo y tener la actitud adecuada para tomar aire y afrontar lo que tenemos, que es la vida. Eso es algo maravilloso a lo que no se le da la importancia suficiente cada día.
Luego, que le damos importancia a cosas que no son un problema. Y, cuando llega la hora, es cuando de verdad discernimos la categoría de lo que es un problema frente a lo que realmente no lo es. En televisión, muchas veces, es muy importante la labor que desempeñamos, pero ojo, no estamos operando a corazón abierto. Yo sí conozco a profesionales que, por ejemplo, han extirpado la nariz a una paciente para salvarle la cara, se la han reconstruido y le han creado una sonrisa a esa persona. Eso sí que me parece verdaderamente importante y que soluciona un problema. A partir de ahí, yo creo que tienes criterio para hacer, como en televisión se establece, la escaleta de prioridades.
A lo largo de su carrera, Fernando Díaz de la Guardia ha sido testigo de numerosas historias, pero ahora el periodista es el que se ha convertido en el protagonista de una una vital historia de superación. Y es que la vida del granadino daba un giro de 180 grados hace casi un año, cuando sufría una parálisis facial que le obligaba a alejarse de la pequeña pantalla tras fichar por Mediaset.