Lydia Lozano: "Cuando paso por la puerta de Telecinco cierro los ojos"

Hace ya 17 meses desde que Mediaset España puso punto y final a Sálvame, uno de los programas más transgresores que ha tenido la televisión en España, aquel que rompió la cuarta pared e iba más allá del decorado, el que convirtió a sus colaboradores en protagonistas de las tramas, el que levantaba filias y fobias, pero nunca dejaba indiferente a nadie.

Lydia Lozano se incorporó al programa al poco de que este pasara del late night, donde comentaban las hazañas de Supervivientes, a tener entidad propia en las tardes de Telecinco. Fue entonces cuando se convirtió en una de las imprescindibles del show. Siendo una de las más queridas de la audiencia, la periodista vivió sus años más agitados en la pequeña pantalla.

Pero Lydia es una de las clásicas de los programas del corazón. Ha pasado por el polémico y recordado Tómbola; era una de las potentes de A tu lado; ha formado parte de TNT, La noria, los debates de Confianza ciega o Gran hermano; y, ahora, ha decidido repasar su trayectoria profesional en La venganza de la llorona (La esfera de los libros), su primer libro: "Es una venganza hacia esa gente que cree que solo soy una llorona y la del chuminero, para sacarles todo lo que he hecho en la profesión".

Con motivo de su lanzamiento, desde EL CONFI TV ha tenido ocasión de charlar con ella en exclusiva para conocer algunos detalles de su nuevo proyecto y trabajo en televisión. Tan sincera como siempre, con su energía arrolladora, natural y entregada, Lozano nos responde a todo.

PREGUNTA. Lydia, te han hecho muchas propuestas a lo largo de los años, ¿por qué has decidido publicar ahora tu primer libro?

RESPUESTA. Quizás porque acabó Sálvame. Los que trabajamos en televisión estamos siempre pendientes de la audiencia. De hecho, hay noches que no he dormido si la parte gruesa de Sálvame o Sálvame deluxe era mía por miedo a que bajara el dato. Y supongo que con la emisión en Telecinco no estaba dispuesta a no vender libros y que me lo sacaran constantemente. Me hubiera deprimido. Pero por suerte sé que se está vendiendo muy bien y estoy muy contenta.

"He quitado cosas del libro porque me excedía un poco y me metía en mi vida privada"

P. ¿Tenías claro lo que querías contar y cómo lo querías estructurar?

P. No, no tenía ni idea. Los libros ahora se escriben muy deprisa y desde la editorial me ofrecieron ayuda, pero les dije que no, que era periodista y que cómo iba a necesitar ayuda. Pero la ayuda era para ordenar todo lo que quería contar porque me disperso mucho. Mis amigos me dicen: 'Si te hemos preguntado por Camilo Sesto, ¿por qué acabas hablando de Lola Flores?' [risas].

Mi guía fue como entrevistándome y yo iba contándolo todo durante horas sin que nadie me cortara. Pedí que se me grabase en audio porque yo quería hablar como en televisión. Hay un sistema que te lo pasa automáticamente a escrito y ese bruto fue el que yo he revisado mil veces quitando y poniendo mucho contenido. He revisado el libro al completo tres veces. He quitado muchas cosas...

P. ¿Qué has quitado, Lydia?

R. No lo voy a decir.

P. ¿Y por qué lo has quitado?

R. Porque es un libro sobre mi vida profesional y contaba muchas cosas personales. Me excedía un poco y me metía en mi vida privada. Hay cosas que tienen que quedar para mí, pero como normalmente cuando me pongo a hablar soy como un libro abierto... nunca mejor dicho. Si algún día tengo que contar mi vida amorosa, lo haré en modo de ficción y así pondré eso de que los personajes que aparecen han sido ficcionados y cualquier parecido con la realidad ha sido casualidad [risas].

P. ¿Cuánto hay realmente de ti de persona y ya de personaje?

R. Yo no soy Errejón. No hay una persona y un personaje, soy Lydia Lozano. Lo que se ve de mí es lo que realmente soy. Creo que por eso he gustado tanto en la tele, es lo que atrapa, ser real y uno mismo. Es lo que más gustaba de las personas que hemos hecho Sálvame. Nos ha importado tres narices mirar a cámara y ser reales. Si teníamos un 'cara a cara' nos volcábamos en ello sin importarnos si estábamos bien peinados o maquillados.

P. ¿Sientes que el público te conoce realmente?

R. Sí, lo que no sabe mucha gente es todo lo que he hecho en mi vida profesional. Por eso está ahora este libro. Hasta mis íntimas amigas que lo saben todo de mí se han sorprendido con cosas que no sabían. Charly no se lo leyó hasta que no me mandaron unos ejemplares a casa. Recuerdo que yo estaba inquieta y le preguntaba por lo bajini qué le parecía... y su crítica fue buenísima. Me dijo que también le había sorprendido y que no recordaba muchas cosas que me habían pasado, que era muy entretenido. Y que esto venga de una persona que lleva 34 años a mi lado, y me conoce tanto, fue como tener una primera cita de nuevo con él. Me encantó.

"Sálvame' es el programa que más me ha marcado. Es donde más he llorado, he reído, he discutido con Charly por mi profesión..."

P. ¿Qué programa de todos los que has hecho es el que más te ha marcado?

R. Sálvame, sin duda. Es donde más he llorado, he reído, he discutido con Charly por mi profesión... ha sido muy fuerte ese programa. Ahora lo veo todo tan quieto en televisión... Pero he de decir que siempre, desde Tómbola o A tu lado, he sentido el cariño del público.

P. ¿Qué amistades te has llevado de Sálvame?

R. Yo he sido muy amiga de todos, pero ellos no sé qué piensan de mí. Pero Kiko Hernández, por ejemplo, ha sido íntimo amigo mío. Mi mejor amigo de la tele. Luego cambiaron las cosas, pero Netflix nos unió otra vez y volví a conectar con él. Hoy en día le siento de nuevo como mi amigo, aunque él tiene ahora otra vida. También he sido muy amiga de Gema López y sé que si levanto el teléfono o tengo un problema, me va a responder. Es de esas tías fieles.

P. ¿Y tus grandes decepciones?

R. A Carmen Borrego también la consideraba íntima mía, pero no te sé decir qué ha pasado. Yo sé los mensajes que le he mandado. Hemos estado juntas muchas horas: los viernes entrábamos a la 1 de la tarde y salíamos a las 3 de la mañana, después de hacer el Deluxe, pero no sé más.

También he sido muy amiga de Rosa Benito, pero por lo de Mañaneros me empezó a poner a parir y no entendí que no me llamara y me dijera si algo le había molestado. En su momento, por defenderla, me cayó una demanda de Fidel Albiac. Esas cosas duelen mucho. Por lo tanto, ahora soy yo la que no quiere saber nada más de ella. Si me la encuentro en cualquier sitio, miro para otro lado y no la saludo.

"Entiendo que Paz Padilla se cabreara por lo que pasó y por cómo la echaron, pero no puedes hacer lo que hizo"

P. De todos los presentadores que ha tenido Sálvame, ¿con quién estabas más cómoda trabajando?

R. Con Jorge. Hemos tenido un hilo de unión de muchos años, pero con María Patiño me he reído muchísimo. Con Carlota, por ejemplo, he trabajado fenomenal y con Paz también he estado bien, lo que pasa es que ella no ha hablado bien de nosotros. Se fue un día al programa de Emma García y nos puso como lo peor. Y se ha olvidado de que Sálvame le puso en los altares.

Entiendo que Paz se cabreara por lo que pasó y por cómo la echaron, pero no puedes hacer lo que hizo. Es como si yo ahora solo dijera y recordara lo mal que lo he pasado en Sálvame, cuando ahí yo he aprendido, he disfrutado, me he disfrazado, me he reído lo más grande, he tenido grandes caídas, he vivido tres operaciones durante esos años, pérdidas de familiares... es parte de mi vida.

P. También estás en Mañaneros de La 1 de Televisión Española. ¿Qué es lo mejor de estar en este programa?

R. Que los periodistas y colaboradores no somos personajes y no hay temas que tengan que ver con nosotros. Cuando empecé recuerdo que iba muerta de miedo porque impone trabajar en la pública. Te pueden llamar la atención si te pasas en ciertas cuestiones o forma de comunicar porque es un medio de todos los españoles, en la privada es diferente.

Me ha costado adaptarme al vocabulario porque yo venía, ya desde la época de A tu lado, con adaptaciones del tipo 'bar de lucecitas, hija de hospital, agua con misterio...' o sin poder citar directamente a las revistas. Este formato es muy americano, todo muy picado y por eso llevamos pinganillo, para controlar los tiempos. Y esto me encanta porque en Sálvame me he tirado tres horas hablando de la Pantoja y aquí va todo muy de titular, muy directo.

"Estoy en otro punto en 'Ni que fuéramos' porque no me apetecía volver a pasarlo mal"

P. ¿Y cómo estás en Ni que fuéramos, esta continuación de 'Sálvame' que hacéis ahora en Ten?

R. No noto grandes diferencias a cuando estábamos en Telecibco porque somos los mismos, pero con otra esencia. María lleva el programa de otra forma, se ha relajado y es mucho más bromista. Hemos pasado de la adolescencia a la madurez. O de la madurez a la vejez [risas], por ciertas edades, como la de Matamoros y la mía [risas].

Al principio, lo temí por la parte negativa de enfrentamientos y machaques, pero como les conozco tan bien a todos, he cambiado el chip y tengo otra forma de comunicarme e interactuar con ellos. Estoy en otro punto porque no me apetecía volver a pasarlo mal.

P. ¿Has pasado ya página del final en Mediaset o te sigue doliendo?

R. Todavía cuando paso por sus instalaciones cierro los ojos. Soy muy impulsiva y si me encuentro a mis antiguos compañeros, tengo ganas de saludarles y abrazarles, y de esta forma no les veo. Porque ese día en el que llamaron a seguridad cuando yo estaba grabando una promoción divertida y sin maldad... me da pavor ver a gente y no poder reaccionar por cómo soy yo.

Lo que me duele realmente es el veto, las formas, pues no es bonito, pero vetarnos... Cuando hemos hecho todo lo que nos pedía [Paolo] Vasile, desde meternos en una casa okupa, a tirarnos desde un trampolín a una piscina. He hecho tantas cosas por esa casa... nunca he dicho no.