Cuando Pablo Motos era el chico de oro de Prisa
El éxito nacional del comunicador empezó en M80 y siguió en Cuatro, ambas propiedad de Prisa, donde fue líder de audiencia. Intrahistoria de una relación con muchos altos y bajos
Ni José María García, ni Luis del Olmo, ni Iñaki Gabilondo. Nunca un programa había dado tanto porcentaje de audiencia como el de Gomaespuma en M80, el 70% del total de la cadena, propiedad del grupo Prisa.
Cuando Gomaespuma decidió dejarlo, el marrón para encontrar sustituto fue de los gordos. Prisa se la jugó con Pablo Motos, que había pasado de Onda Cero Valencia a El club de la comedia en Canal Plus. La jugada salió redonda: No somos nadie, magazine mañanero de Motos, acabó batiendo el récord de M80 con un millón de oyentes (gran parte del equipo histórico de El Hormiguero ya estaba ahí con él).
El País dedicó varios artículos al desembarco de Motos en M80. Extractos destacados:
"Pablo Motos se queda sin vacaciones este verano. Debuta en M80 Radio con No somos nadie, el programa-despertador que agita en la coctelera información, música y un humor —algo más que risa— que combina actualidad y surrealismo… Motos no piensa limitar el abanico de oyentes a los que se dirige, y a muchos de los cuales le gustaría ver en el estudio: 'Cuando alguien hace un programa quiere ser como Emilio Aragón. Gustarle a los adolescentes, a los padres, a las abuelitas…".
"'La ilusión de mi vida era hacer un programa en la SER', confiesa Pablo Motos. Y ayer comenzó la fantasía a hacerse realidad con el estreno de No somos nadie, simbolizado por una hormiga, que así se siente el equipo del espacio. No en vano viene a ocupar el vacío dejado en las mañanas por el dúo Gomaespuma, 'un cambio generacional y cultural', según Daniel Gavela, director general de la Cadena SER".
¿El siguiente salto natural de Motos? La tele. Al poco de fundarse Cuatro, concesión gubernamental a Prisa para una generalista en abierto, nació El Hormiguero; primero, los domingos, luego entre semana, donde se convirtió en buque insignia de la cadena.
Con el tiempo, Mediaset se comería a Cuatro, Paolo Vasile y Motos discutirían por dinero y El Hormiguero sería líder de audiencia diez años en Antena 3 (hasta la llegada este curso de Broncano a TVE).
Pero lo que nos interesa hoy es la fase Pablo Motos chico de oro de Prisa, el comunicador alfa de la casa, como cortocircuito de la guerra cultural actual, en la que Motos se ha (y le han) convertido en el animador de cruceros de la derecha, y Broncano en el de la izquierda.
La hormiga atómica
En efecto, hubo un tiempo (no tan lejano) en el que el contenido estrella de El País Semanal era un kilométrico reportaje amable de Juan José Millás titulado "Pablo Motos, la hormiga obrera". Extractos del artículo:
Motos: "La ilusión de mi vida era hacer un programa en la SER"
“Un día en la compañía de Pablo Motos equivale a una semana en la de una persona normal. Se levanta al límite, desayuna al límite, entrena al límite, vive las reuniones de El Hormiguero al límite, se concentra una hora antes de empezar el programa al límite, se angustia antes de salir a escena al límite, y desea hasta la locura que se vaya la luz en toda España para que nadie vea ese día la televisión. Pero la luz no se va, y aparece una noche y otra en directo y hace, al límite, el mejor programa de entretenimiento familiar de la parrilla. Por la noche vuelve a casa al límite y se acuesta al límite y duerme al límite y sueña al límite. También cuida a su gente al límite", escribió Millás.
Hubo un tiempo, en definitiva, en el que Pablo Motos era David Broncano para El País.
En 2008, El Hormiguero ganó un Ondas por su "innovación, osadía y reinvención". Casualidad o no, la única vez que Motos logró el Ondas fue cuando trabajaba para el mismo grupo (Prisa) que da los Ondas vía Radio Barcelona/La SER. La Revuelta de Broncano recibió el Ondas hace unos días
Nos gustan los dramas
"¿La audiencia es oxígeno?", preguntó Millás a Motos en el reportaje. Respuesta del presentador: "Una audiencia baja es como quedarse sin oxígeno. Te quedas sin energías. Como si te hubieran puesto encima un peso de 80 kilos. El éxito da unas energías sin límite, un sentimiento de levitación".
Motos levitaba entonces por los cuarteles generales de Prisa, pero en toda relación siempre hay días malos, hasta cuando uno es el rey del mambo y está sobreprotegido. El pequeño borrón del noviazgo Prisa/Motos llegó con una contraportada de El País —cuando llevaban a los entrevistados a comer a un restaurante— que el entorno del comunicador consideró irónica sobre su vigor físico (Motos venía de aceptar un reto de la revista Men's Health: cuatro meses de ejercicio, proteínas y dieta le habían convertido en una especie de guerrero).
"A Motos le molestó que el artículo saliera en el mismo grupo donde él trabajaba"
Se lo contó Motos a Carmen Pérez-Lanzac en esa contraportada: "Como cinco veces al día, que adelgaza, y hago cena de pobre: pechuga de pollo o ensalada y nada de alcohol. Voy al gimnasio varias veces al día, pero eso no lo pongas. No quiero parecer un friki... que es lo que soy".
La periodista, que describió al comunicador como "cachas", describió sus manías culinarias al detalle: "Empezamos por el jamón ibérico, al que Motos le quita la grasa con el cuchillo loncha a loncha. Cuando una montañita blanquecina corona su plato, llega el segundo: dos enormes bogavantes sobre un lecho de ensalada. El camarero les quita la cabeza, que no le gustan al señor. "Ugg, no podría", dice arrugando el morro".
Narrado con ligereza costumbrista, el texto levantó ampollas en El Hormiguero, y en Cuatro algunos lo vieron como una "caricatura".
"Hubo follón interno", cuenta un conocedor de la situación, con mensajes cruzados entre El Hormiguero, El País y Cuatro. "No entendían que pasara algo así dentro del mismo grupo, se lo tomaron como si Alsina dedicará su editorial a meterse con Sonsoles", añade.
"El Hormiguero protestó a El País por escrito. También hubo quejas por arriba. Mi sensación es que a Motos le molestó que el artículo saliera en el mismo grupo donde él trabajaba, pero también sintió que una joven redactora se había mofado de él, aunque el artículo solo era una descripción de un personaje que daba juego", cuenta una fuente de El País.
Pese a las presiones, El País dio apoyo total al enfoque de la redactora, que no recibió sugerencia de sus jefes antes de la publicación, ni reproche posterior.
El artículo de El País sobre Motos fue la comidilla esa mañana en Cuatro, chascarrillo de oficina, como recuerda una antigua trabajadora de la cadena. "Whatsapp aún no existía, pero el artículo ruló bastante y provocó algunas risas”.
Consultadas varias personas familiarizadas con el enredo, el drama podría resumirse así: una periodista joven con ganas de sacarle jugo al entrevistado (es decir, haciendo su trabajo), un comunicador con alta sensibilidad y el dogma de que las empresas de un mismo grupo de comunicación solo pueden pelotearse entre sí.
El que fichaba
Daniel Gavela, ex director general de la SER y Cuatro, fue el hombre clave en el doble fichaje (radio y tele) del joven Pablo Motos por Prisa. Hasta el punto de crearle una situación profesional incómoda: "Cuando salí de la SER, me pidieron que dejara atado a Motos en M80, y lo hice, pero al llegar a Cuatro comprendí que había que ficharlo para la tele, y acabaría abandonando la radio. Hubo un poco de lío, pero el grupo entendió que Pablo podía aportar mucho más en la tele".
Hablamos con Gavela.
PREGUNTA. ¿Os contó convencer a Motos para que saltara a la tele?
RESPUESTA. Realmente solo puso dos condiciones inflexibles para sentarse a hablar. Que ficháramos también al productor Jorge Salvador [uno de los creadores de Crónicas marcianas] y al realizador Álex Miñana [que también venía de Crónicas marcianas, y fue fichado recientemente por Ibai y Piqué para las retransmisiones de la Kings League]. Es decir, Motos ya tenía claro que la factura visual y narrativa era clave. El lenguaje y el ritmo audiovisual siempre han sido importantes para él, que el programa nunca se detenga, que siempre esté pasando algo.
P. ¿Qué buscabais con 'El Hormiguero'?
R. Una solución para nuestro access diario, franja especialmente sensible en cualquier cadena, como empujón previo a las audiencias más importantes del día, el prime time. Nuestro Hormiguero duraba 35 minutos, luego lo alargamos un poco más (al principio, Pablo era reacio, se pensaba mucho los cambios). Ahora debe andar por los 80 minutos y más que access ya es prime time. Además, Cuatro era una cadena muy enfocada a los jóvenes; El Hormiguero debía permitirnos llegar a más tipos de público.
P. ¿Cuál era la idiosincrasia entonces del programa?
R. Era un entretenimiento absolutamente blanco. Su gran aportación fue renovar la tele familiar de toda la vida. Antes de la llegada de las privadas, que fragmentaron el consumo y las audiencias, aún había programas capaces de aglutinar a las familias. El Hormiguero volvió a conseguir que toda la familia se sentara delante de la tele. Muy pronto, empezó a dar el mejor dato de audiencia de la cadena.
P. Prisa dejó Cuatro. ¿Cómo acabó la relación con Motos?
R. Cuando Mediaset absorbió Cuatro, acabábamos de renovar a El Hormiguero por dos temporadas, así que el año y medio que estuvo con ellos lo hizo con nuestro contrato. Cuando les tocó renovarlo a ellos, no lo lograron, no recuerdo bien los detalles, era un momento complicado en la industria [arreciaba la crisis financiera].
P. Motos y Vasile no se pusieron de acuerdo sobre el coste por programa. Vasile, de hecho, le acusó luego de pedir una cantidad "indecente" de dinero, aunque Atresmedia pagó y le acabó saliendo barato, ¿no?
"La tertulia que mete un día a la semana, de apenas 20 minutos, le ha perjudicado, pero el problema es que molesta a Pedro Sánchez"
R. Atresmedia hizo una apuesta fuerte por él, pero también es cierto que Pablo no es de los productores que se reserva una parte importante de dinero para él, invierte en el programa lo que haga falta para que salga como él quiere [El Hormiguero lo producía al principio Gestmusic, de los hermanos Mainat, responsables de Crónicas Marcianas y OT, pero, a partir de la segunda temporada, Motos creó su propia productora con Jorge Salvador].
Lo que quiero decir es que Pablo se lo toma muy en serio. Es muy exigente, trabaja sin parar y crea un clima colaborativo fuerte en los equipos. Esas podrían ser las claves de su larguísimo éxito, fenómeno singular, porque si en la cima de El Everest hace frío, al menos solo estás ahí un ratito, pero en la tele hace frío todos los días, hasta que sale el dato de audiencia, mantenerte arriba tantos años es extraordinariamente complicado. El Hormiguero lleva más temporadas de éxito que Champions tiene el Real Madrid.
P. Casi nadie consideraba antes 'El Hormiguero' un programa polémico. ¿Qué ha cambiado?
R. La tertulia que mete un día a la semana, de apenas 20 minutos, le ha perjudicado mucho, aunque yo no veo nada malo en esa tertulia, a grandes rasgos sigue siendo el programa blanco y familiar que era antes. La maldita tertulia… que molesta a Pedro Sánchez, igual ese es el problema. No podemos hacer como si El Hormiguero fuera un informativo, porque es un programa de entretenimiento y las opiniones son libres.
Ni José María García, ni Luis del Olmo, ni Iñaki Gabilondo. Nunca un programa había dado tanto porcentaje de audiencia como el de Gomaespuma en M80, el 70% del total de la cadena, propiedad del grupo Prisa.
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