El efecto Broncano o cómo explicar el éxito del Jesús Quintero del siglo XXI con 'La revuelta'

Hasta hace poco había muchas certezas en televisión, pero en las últimas semanas un programa ha provocado una revuelta importante, por eso me pregunto si todo ha cambiado en la tele o si el causante es el llamado Efecto Broncano.

A nivel contenidos televisivos, antes del verano, se sabía que un programa que hubiera triunfado en plataformas tenía una difícil supervivencia en la televisión generalista, también que los debates de ciencia o de lingüística no tenían sitio en un programa de éxito. Era normal dar un tiempo entre las entrevistas a una misma persona en franjas de competencia. Por otra parte, se intuía que la actuación de un cuarteto de cuerda a la hora de máxima competencia era una locura. Estas y muchas otras certezas han quedado desmentidas en las últimas semanas.

El programa La revuelta puede entrevistar a personas desconocidas y conseguir un contenido de calidad, e incluso puede también entrevistar a los invitados de su competidor, como ocurrió con Ana Mena o con Hovik Keuchkerian. David Broncano puede permitirse el lujo de debatir con Juan José Millás y Juan Luis Arsuaga sobre la humanidad y hacer hincapié en la diferencia que hay entre conciencia y consciencia... Y todo esto sin dejar de tener éxito.

"Es capaz de jugar con el guion y los invitados para convertir la entrevista en un terreno incierto y desconocido"

¿Han cambiado las normas en televisión? ¿Hay errores en los datos de audiencia? No lo sé, pero lo que está claro es que esta temporada un comunicador diferente atrae nuestra atención, alguien que podría ser (salvando las diferencias) un Jesús Quintero del siglo XXI. Quintero tenía un estilo personal inimitable, pero recordemos que hacía entrevistas que se escapaban al control y a las posibilidades del resto de comunicadores de su momento.

David Broncano va descubriendo su potencial en los distintos pasos que va dando en los medios. Escuché hablar de él hace ya muchos años gracias a mi hijo, pero lo vi por primera vez en La resistencia y me di cuenta de que sin ser un buen entrevistador o, mejor dicho, sin ser un entrevistador riguroso, conseguía que sus invitados contaran cosas que nunca habían contado, que es lo que todo programa persigue.

Él, con su medido despiste y su supuesta dejadez, es capaz de crear en los invitados estados de ánimo muy extremos. Unos llegan confiados y terminan escaldados, otros llegan despistados y salen vapuleados, aunque la mayoría llegan relajados y se marchan encantados.

Evidentemente, en el programa hay un guion previo y una documentación sobre los invitados y el director (y el presentador) del programa lo conoce todo a la perfección, sin embargo, Broncano es capaz de jugar con el guion, con los invitados y con cualquier elemento que se le ocurra para convertir la entrevista en un terreno incierto y desconocido, es lo que podríamos llamar el Efecto Broncano, que genera incertidumbre en los invitados y expectación en quienes lo presencian, y eso, es fácil que guste al espectador.

David Broncano es alguien aparentemente normal, con aspecto joven (aunque ya no lo sea tanto), que podría ser el hijo, el hermano, el novio o el sobrino de cualquiera. Nació en Galicia, se crio en Andalucía y vive en Madrid, con lo cual puede ser gallego, andaluz y madrileño, pero, si se lo propone, también podría ser catalán, asturiano o vasco porque Broncano es un poco de todas partes, por eso puede ser feliz en un pueblo pequeño y crecer sin límites en una gran ciudad.

El Efecto Broncano comenzó hace años, pero aún no sabemos dónde está su límite. Seguiremos atentos a su evolución y también a cómo sigue revolviendo el panorama televisivo.