"Ni una sentencia, ni un juicio": Juan y Medio marca distancia con respecto a los formatos de la competencia
El presentador celebra los 15 años de su programa vespertino en Canal Sur y se sincera sobre la vuelta de los 'talk shows' a la televisión, el final de 'Sálvame' y su competencia con Ana Rosa Quintana
Es uno de los rostros más queridos y reconocidos de Andalucía y así lo demuestra su ininterrumpida década y media en televisión. Juan y Medio y todo su equipo de La tarde, aquí y ahora (Canal Sur) cumplen 15 años acabando con la soledad de nuestros mayores y dando compañía a sus espectadores con un imprescindible formato de servicio de público que no da síntomas de agotamiento, pese a su larga trayectoria en la pequeña pantalla tanto en Andalucía como en Castilla-La Mancha, con Ramón García.
Un celebrado aniversario que coincide con la nueva fiebre por los programas y secciones de testimonios en las cadenas nacionales, como El diario de Jorge o Y ahora Sonsoles, un hecho que no dudó en señalar el presentador en los últimos meses. "Ahora todo el mundo se acuerda de la soledad, ¿dónde estabais cuando nadie hacía un programa para ellos? ¿Ahora estáis muy compungidos?", se preguntaba el presentador en Canal Sur a la vuelta de sus vacaciones de verano.
"Ellos han visto que es lo más visto en la comunidad más poblada del país y ahora quieren incorporar esa comunidad, entre otras, a su número", reflexiona en esta entrevista exclusiva con EL CONFI TV sobre la vuelta de personajes anónimos a la televisión, además de poner en valor el trabajo de El diario de Jorge, formato que presentó en Antena 3 justo antes de ponerse al frente de La tarde, aquí y ahora en la televisión pública andaluza.
Juan y Medio: "La televisión es muy dura y no tiene piedad"
Así mismo, el presentador valora cómo vivió el final de Sálvame, el que fuera uno de sus grandes competidores en las tardes, y opina sobre el reciente desembarco de David Broncano en Televisión Española, con el que guarda un gran recuerdo después de coincidir con él en el FesTVal de Vitoria en 2019. "Él y su equipo están preparados para afrontar esto", apunta.
PREGUNTA. 15 años de La tarde, aquí y ahora, ¿qué balance haces de este éxito televisivo?
RESPUESTA. Llevo 23 años por la tarde y 15 de Menuda noche, que en términos televisivos es medio siglo. Primero, incrédulo, porque cuando uno empieza una cosa de este tipo nunca puede imaginar que se va a convertir en el magacín más antiguo de la tarde y que más tiempo ha estado en antena en la historia de la televisión de España. Pero, sobre todo, el balance no puede ser más positivo en el momento en el que muchísimas personas han dejado de sufrir y han dejado de estar solas. Hablamos ya de miles de personas si le sumamos a sus familias.
Por aquí ha pasado todo el mundo. De todos los países, etnias y de todas las condiciones. Lo que a mí más me llama la atención es que, aparte de ayudar a esas personas directamente, ha habido un cambio general de mentalidad que no se puede atribuir solo a nosotros, sino que hemos colaborado para que la gente ya no vea mal que una persona mayor busque compañía. Ya comprenden que quieren vivir sus últimos años mejor, que tienen derecho a enamorarse, que no es ninguna guarrería que dos personas mayores se junten. Esto sí que me conmueve y me satisface, este cambio de mentalidad y este mirar hacia lo que todo el mundo ha esquivado toda la vida, que es la soledad. Es el leitmotiv del programa.
P. En los inicios, hay quien no entendía o no quería entender la función social del programa.
R. O no ha podido. Han necesitado un tiempo para que la gente se desengañase porque en estos programas de testimonios, con personajes llamativos en alguna ocasión, uno tiende a banalizarlos. Piensan que es un show y que es como otros muchos programas de testimonios de otras cadenas, en los cuales dudan si se están burlando de la persona que viene. Aquí ya han comprobado que no es así. El mayor logro nuestro es ese: el humor puede hacer cosas muy serias, o lo más serio del mundo puede hacerse con humor.
P. Con el regreso de los programas de testimonios, criticabas recientemente que "ahora todo el mundo se acuerda de la soledad" en televisión.
R. El comentario no lo hago como crítica, lo que hago es evidenciar un hecho. Ahora la gente ha vuelto la cara hacia los testimonios y yo me alegro porque son más personas que pueden ser atendidas, que pueden decir lo que piensan y pueden verse representadas en un programa de televisión. Lo veo estupendo, me parece muy bien.
Lo que ocurre es que aquí hay un trabajo por un interés. De repente, se han dado cuenta de que toda la parafernalia tan artificiosa, de realities y todo eso no estaba... [funcionando]. Sin embargo, aquí [en Andalucía y Castilla La-Mancha] había un reducto en el que nos ocupábamos del día a día de las personas reales.
Ellos han visto que es lo más visto en la comunidad más poblada del país y ahora quieren incorporar esa comunidad, entre otras, a su número. Es lógico que digan '¿cómo podemos hacerlo? Allí parece que funciona el charlar con la gente' y entonces se han volcado en este tipo de contenidos.
P. ¿Has podido echar un vistazo a El diario de Jorge? ¿Qué te ha parecido?
R. Sí, profesionalmente es impecable. Me parece una labor excelente de producción y de todo, son muy buenos profesionales. Telecinco es una de las cadenas referentes del país, pero no es para mí el paradigma del programa de testimonios.
Yo pienso que hay que escuchar más porque dispones de más tiempo, que no es una crítica en ningún momento a Jorge Javier ni al programa, porque el programa está hecho muy bien. Yo me quedo embobado mirándolo porque, madre mía, tener medios es una maravilla.
P. Curiosamente, antes de que empezases con La tarde, fuiste presentador de El diario en Antena 3 ¿en qué se diferencia el formato con el de Canal Sur?
R. Pues que tienes que ventilarte los casos en 7-10 minutos. Tienes que ir mucho a lo que llama la atención y muchas veces lo urgente no es lo importante. Te condiciona mucho, pero tiene mucho ritmo. Se vivían situaciones verdaderamente interesantes, divertidas y sobrecogedoras. Es que pasaba mucha gente.
P. Desde hace un año contáis con la competencia de Ana Rosa Quintana y vuestros datos de audiencia apenas han variado, ¿por qué crees que no ha terminado de despegar en las tardes de Telecinco?
R. Es que las tardes son muy difíciles. De noche todo el mundo está en su casa y por la tarde no: ya está variando el consumo. También, en las tardes es el momento en el que la gente deja de trabajar y no necesariamente ve la tele, y el que ve la tele, pues, a lo mejor no quiere complicarse la vida escuchando o viéndola.
No es nada fácil la tele por la tarde. Ana Rosa era una de las reinas de la mañana junto a Susanna Griso y ahora ha pasado a una zona, con una competencia y un target, que es distinto. Todo requiere tiempo, los cambios requieren tiempo.
P. También está Sonsoles Ónega, que presenta un formato muy parecido, mientras vosotros ofrecéis un programa distinto.
R. A lo mejor pasa como en pandemia, cuando todo el mundo hablaba del coronavirus. Yo di la directriz aquí, a todos, de que no se oyese la palabra coronavirus ni una sola vez en todo el programa. No quiero ni pandemia, ni coronavirus, porque no había programa de entretenimiento o informativo que no hablase de eso. Y la gente vino aquí como diciendo: 'Coño, aquí no hablan de esto'.
Hay que tratar de distinguirse, de tener cada uno su personalidad y hacerla valer. Para eso te tienes que distinguir y para distinguirte tienes que hacer las cosas de una manera que la gente te vea diferente al otro y te identifique. Buen humor, valores, respeto, alegría, realidad, ayuda… Y así a lo mejor sacas la cabeza del agua.
P. En estos 15 años habéis tenido también en frente a un gran competidor como era Sálvame, ¿cómo valoras el fin del programa?
R. Fue algo gradual, fueron perdiendo audiencia. No dijeron de repente: 'Mañana no hay Sálvame'. Era nuestro adversario directo y ya había muchos días que, efectivamente, les ganábamos y otros días nos ganaban ellos. Nosotros lo teníamos asumido y vimos que ya perdían brillo y fuerza.
Conozco la tele y pensamos: 'Uy, esto no va a durar mucho'. Es como el que se pone enfermo. No me sorprendió, ni me impactó, ni me cambió la vida. Es más, si me apuras, piensas: '¿Qué va a meter ahora ahí Telecinco?'
P. Hace unos años hiciste buenas migas con David Broncano en FesTVal de Vitoria, cuando La tarde fue premiado con un galardón, ¿qué opinas de su polémico salto a TVE?
R. Yo a David le tengo cariño y le admiro. Es un gran comunicador y un hombre con una mente privilegiada. Él tiene que progresar, es la búsqueda que tenemos todos, la mejoría. Este cambio yo creo que le favorece, porque pasa de estar en una plataforma digital en la que solo te ven los suscriptores a, de repente, pasar a una nacional. Es un salto considerable.
Yo creo que él y a su equipo están preparados para afrontar esto. Pertenecen a un conglomerado de empresas como es El Terrat con una experiencia brutal, con unos profesionales, para mí, de los mejores del país. Confío en que harán un producto digno.
P. Sobre los 14 millones de euros que cuesta La revuelta por temporada, ¿hace falta divulgar más todo lo que implica producir un programa de televisión?
R. Sí, yo creo que hace falta darlo a conocer más. Existe mucha ignorancia sobre lo que supone hacer un programa de televisión… Tiene un personal muy especializado y una maquinaria muy sofisticada que necesita inversiones permanentemente. Enseguida aparece la televisión digital, luego es láser, 4K, OLED, luego son pantallas líquidas… Eso es un gasto.
Además, la creatividad también cuesta. Nosotros somos casi 100 personas aquí y hay veces que dicen: 'Cuánto vale el programa'. Pero si tú divides, luego quitas lo de Hacienda, el IVA, y más cosas… Son sueldos muy normales para todo el mundo.
P. ¿Cómo crees que se recordará este programa cuando acabe?
R. Si te soy sincero, no lo sé. Mi deseo es que se recuerde con ternura, que haya ayudado a muchas personas. Que haya reconciliado a otras con la televisión, que no lo vean como algo necesariamente nefasto, y yo aspiro a que mis compañeros hayan vivido sus mejores años laborales a mi lado.
Que la gente me siga demostrando el cariño, porque sigue teniendo el recuerdo del programa y piensa que su televisión pública ha hecho algo por el público de manera demostrable, fehaciente. Yo con eso me conformo, simplemente con que no lo recuerden con malestar, sino que piensen: 'A mí este hombre me ha entretenido, este programa me ha parecido bueno, me ha parecido útil, aquí durante tantos años estuvo Juan y Medio'.
Hemos tratado a miles de personas. No hay ni una sentencia, ni un juicio, ni nada de nada y estamos tocando las relaciones personales que se han vuelto muy delicadas últimamente y, sin embargo, aquí no ha habido ni un solo problema. Mimbres tiene para ser recordado con respeto y ojalá que sea con cariño. Que nadie diga: 'Había una basura después de comer, menos mal que han puesto esto'. Pero también te digo que la televisión es muy dura y no tiene piedad. Lo mismo que te quiere todo el mundo, a lo mejor provoca el rechazo de todos. Es muy delicado todo, muy difícil, pero a la vez muy interesante, muy sugerente.
Es uno de los rostros más queridos y reconocidos de Andalucía y así lo demuestra su ininterrumpida década y media en televisión. Juan y Medio y todo su equipo de La tarde, aquí y ahora (Canal Sur) cumplen 15 años acabando con la soledad de nuestros mayores y dando compañía a sus espectadores con un imprescindible formato de servicio de público que no da síntomas de agotamiento, pese a su larga trayectoria en la pequeña pantalla tanto en Andalucía como en Castilla-La Mancha, con Ramón García.
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