Pablo Motos emociona a Tamara Falcó con sus palabras en 'El hormiguero': "Me voy a poner a llorar"

Un jueves más, Cristina Pardo, Tamara Falcó, Juan del Val y Nuria Roca han sido este 12 de septiembre los protagonistas de la tertulia de actualidad de El hormiguero, un debate en el que han abordado diferentes cuestiones políticas y antropológicas, con Pablo Motos poniendo sobre la mesa en última instancia un estudio de Harvard sobre las personas de alta inteligencia emocional, un asunto que terminó con la marquesa de Griñón al borde de la lágrima por el piropazo del presentador.

Cerca de concluir la tertulia, Motos introducía este asunto: "Los rasgos que distinguen a las personas de alta inteligencia emocional son tres. Uno: hacen sentir especiales a los demás, interesándote por sus opiniones. Dos: crean un clima de confianza en sus interacciones. Y tres: hablan de sus fracasos igual que hablan de sus éxitos".

Nuria Roca era la primera en mojarse, dejando claro que no terminaba de creérselo del todo: “A veces somos un poco falsos. Tú haces creer que tienes inteligencia emocional, porque tratas muy bien al otro, porque hablas poco de tus éxitos y fracasos, pero a lo mejor no te interesa en el fondo un carajo hablar de tus fracasos”, reflexionaba.

En este sentido, Tamara parecía sentirse un poco identificada con la definición dada por Pablo: "A mí es que me preocupa el resto, me encanta saber las cosas del resto. Y me encanta compartir. De hecho, a mi madre le preocupaba un poco porque de pequeña iba a las fiestas de niños y me sentaba con sus amigas y después le decía que era como hablar con una amiga. No sé si eso es inteligencia emocional", sostenía.

Pablo Motos le decía entonces que él tiene la sensación de que "la gente con cierto nivel nunca contáis penas": "Es como que os pasa algo malo, y si se dice, se dice de pasada. Es un poco como que no explicas nada”. Tamara no podía hacer otra cosa que darle la razón: "Es como que pasas esa energía a la otra persona, cuando tú cuentas malos rollos, como que se los pasas a la otra persona y se vienen abajo", confirmaba.

Juan del Val tomaba entonces la palabra: "Seas rico o seas pobre, a mí lo de exhibir las penas no me gusta, en general. Puedes tener momentos de debilidad y los puedes compartir con alguien que sea un amigo tuyo o alguien a quien quieras, pero yo prefiero compartir las alegrías. Es más, me gusta estar cuando mis amigos están alegres, no cuando estén tristes".

"Eso suena horrible", le espetaba rauda Falcó, recalcando lo mal que había sonado su intervención: "Eso de 'me gusta estar con mis amigos solamente cuando están alegres, no cuando están tristes' suena horrible". "Te lo voy a argumentar, porque yo creo que está completamente sobrevalorado esto de estar. Evidentemente, si alguien tiene una desgracia, vas y le acompañas. Pero esto se identifica algunas veces con las buenas personas, y yo creo que esto no es así. Creo que las llamadas hay que recibirlas, sobre todo, cuando te va bien. Hay muchísima gente que piensa que tienes que llamar cuando le va mal, que por supuesto, pero cuando hay que llamar es cuando te alegras por lo que le está pasando a la otra persona", replicaba el escritor, una respuesta que parecía convencer más a su compañera.

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L. Quintela

Cristina Pardo intervenía acto seguido para dejar clara su opinión al respecto: "Me parece que define mucho a las personas que tengan la capacidad de exhibir sus éxitos con moderación, y, en cambio, ser capaz de hablar con desenfado de sus fracasos, poniendo en evidencia que no es oro todo lo que reluce y que no hay nadie a quien le vaya siempre bien. Creo que eso define a las personas".

Esta valoración hacía que Pablo Motos saltase como un resorte para lanzar alabar a la hija de Isabel Preysler: "Ahora estás definiendo a Tamara. Cuando has pasado por alguna dificultad y estábamos en algún momento crítico, cuando teníamos la conversación de qué vamos a hacer ahí abajo, siempre tenías un chistaco, un chiste diez en mitad del drama", le ponía en valor el comunicador de Atresmedia.

Este piropo inesperado sobre lo bien que había estado en los malos momentos de Pablo hacía que Tamara se emocionase: "Me voy a poner a llorar", reconocía en voz baja, fundiéndose en un abrazo con él que ponía fin a este tema en la tertulia, con el presentador despidiendo el programa por esta semana.