"No se lo había contado nunca a nadie": Albert Espinosa se sincera e impacta a Ana Peleteiro en La Sexta

Albert Espinosa consigue hacer que, con El camino a casa, todos sus invitados se abran en canal, ya sea por la complicidad, cercanía e intimidad que consigue con cada uno de ellos o por el poder de los recuerdos que poseen de cada lugar por el que transitan. Pero no solo ellos están con la emoción a flor de piel, sino que el propio entrevistador también conecta con esos sentimientos y comparte con sus entrevistados, como ha hecho con Ana Peleteiro al destapar una poderosa anécdota con una de sus enfermeras que no había contado nunca.

Espinosa se encontraba visitando la pista de atletismo que lleva el nombre de Peleteiro cuando le vinieron a él recuerdos muy personales ligados a este deporte: "Cuando yo tenía 14 años, conocí a una enfermera que era increíble, con la que hice mi último baile a dos piernas. Mi médico me dijo que le hiciera una fiesta de despedida a la pierna, la hice, pero no tenía con quien bailar. Ella se ofreció y tuvimos un baile muy bonito", comenzó rememorando el escritor.

Pero Albert fue mucho más allá, desvelando una historia hasta ahora jamás revelada a nadie: "Un día, cuando ya me habían cortado la pierna, me dijo que la fuese a ver saltar. Yo no sabía que ella saltaba, porque era mi enfermera favorita. Ella me dijo que sí, que hacía triple salto en Barcelona, y me invitó a ir. Esto no se lo había contado nunca a nadie. Me impresionó porque yo no sabía por qué me estaba invitando a verla saltar, pero ella me dijo que el primer salto es a la pata coja. Yo en aquel tiempo tenía miedo de si podría saltar o no. Ella me llevó para ver cuánto podía saltar a la pata coja. Fue muy emocionante verla saltar. De repente, yo salté con ella a la pata coja. Fue muy bonito porque yo no conocía ningún deporte en el que hubiera que saltar a la pata coja".

"Ella me regaló este libro, que he guardado como un tesoro durante años y te lo quiero dar", le decía acto seguido a su invitada, sacando un antiguo libro de su mochila. Ana no salía de su asombro, tocada por su historia: "Qué impresión me está dando esto. ¡Ostras!".

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"Este libro es del año 1971, se llama Salto de longitud y triple salto y me lo dedicó, escribiéndome que saltase lejos. Lo he guardado con mucho cariño, pero ella se marchó pronto, por un cáncer que le vino, y me da la sensación de que a ti puede ayudarte. Quizá en los próximos JJOO, con esto, y con la ayuda de los que se fueron, como tu abuela, pueda ayudarte", le decía a Peleteiro, notablemente emocionado.

Pese a sus reticencias iniciales, a la deportista no le quedaba más remedio que aceptarlo, después del precioso gesto de Albert Espinosa con algo que tenía tanto valor sentimental para él: "Lo guardaré con todo el cariño", le prometía antes de pasar a hablar precisamente de su abuela, ya fallecida, con quien había mantenido una relación muy especial.