"No tengo paciencia para esto": una soltera se despacha a gusto contra su cita en 'First Dates'

La cita entre Tania y Diego este jueves, 4 de mayo, en First Dates parecía abocada al fracaso desde el inicio. El joven se sobresaltaba al encontrarse en la barra del restaurante con la tía de esta, creyendo que sería con quien pasaría la velada, pero la reacción de la soltera al verle no sería mucho mejor: "No me gusta nada, no me pondría a hablar con él en una discoteca", soltaba sin ningún tipo de miramiento en uno de los confesionarios del programa.

Pese a este difícil arranque, ambos pasaban a cenar al restaurante, donde poco a poco, entre confidencia y confidencia, surgían risas y una cierta conexión que daba esperanzas al soltero. Sobre todo porque, cuando le preguntaba por cómo estaba transcurriendo la velada, ella le decía lo bien que se lo estaba pasando con él. Y no solo eso, ya que Diego le preguntaba por la impresión que le había causado físicamente, llevándose un cumplido por su parte.

"La verdad que yo soy muy clara. En la cara te lo suelto todo. Si te tengo que decir una cosa mala, te la voy a decir, igual que la buena. Aunque te moleste cualquier cosa, también te la voy a decir, aunque me equivoque", reconocía Tania al equipo del programa, pero nada más lejos de a realidad, ya que era incapaz de decirle a su cita que no le gustaba lo más mínimo.

En la mesa se limitaba a decirle que "muy bien físicamente", pero su pensamiento era otro muy diferente: "No me ha gustado. No me ha gustado nada", le confesaba a los redactores del dating show, una contundente opinión que Diego estaba a punto de conocer en la siempre delicada Decisión final.

Él llegaba confiado al tramo final del programa, afirmando que le gustaría seguir conociendo a Tania más allá de Cuatro: "Yo he estado muy a gusto. Me he descojonado. Por eso tendría una segunda cita, me ha parecido muy simpática y muy alegre".

Ella, en cambio, no tenía ninguna intención de volverle a ver, y así se lo hacía saber: "Yo no la tendría. Me veo una mujer con mucho carácter, muy echada para adelante, y tengo un estilo de vida que tú no llevas. Yo tengo a mi hijo y me dedico completamente a él, tengo una vida muy cuadriculada. No te veo con el mismo carácter, aunque no te conozco y quizá me equivoco, pero no creo que tengamos el mismo carácter para sobrellevar el día a día que yo llevo".

Diego asentía con la cabeza, dándole la razón, lo que no hacía más que exasperarla: "¿Ves como es muy apacible? Es que no puedo, yo no tengo paciencia para esto. ¡No tiene sangre! Yo me lo como con papas. ¿Ves lo que yo te digo? ¡Es que me lo como con papas!", le decía a la redactora del programa, en presencia de él.

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"¿Qué quieres que te diga si tienes razón?", esgrimía el joven, colmando la paciencia de Tania: "¿Has visto? ¡Es que tengo razón! Yo le digo que por aquí, y él va por aquí. Yo no puedo con él, tengo un niño, no tengo dos. No puedo arrastrar a otro más. Yo voy por delante, creo yo".

Este paso más allá no gustaba, en absoluto, al soltero, que, esta vez sí, se ponía firme: "Bueno, con eso no estoy yo tampoco de acuerdo". Su cita ponía cara de circunstancia, momento en que First Dates daba por finiquitada la secuencia, dada la escalada de tensión en estas broncas calabazas. Cada uno se marchaba por su lado, como no podía ser de otro modo.