Una palabra siembra la polémica en 'Reacción en cadena': ¿favoritismo o error de los guionistas?
El equipo veterano, 'Los pancetillas', salió victorioso de la última entrega, beneficiado por la sospechosa repetición de una palabra en la prueba eliminatoria del concurso
La supuesta falta de paridad en la dificultad en los concursos es la principal crítica a la que se suelen enfrentar por parte de los espectadores. El ejemplo más claro de ello es Pasapalabra, donde ya es casi una tradición que el público ponga en cuestión si los roscos de los dos concursantes presentan la misma dificultad, acusando a los responsables del formato de favoritismo hacia uno u otro. El caso reciente entre Orestes Barbero y Rafa Castaño es solo el último de una larga lista, con una parte de la audiencia poniendo el grito en el cielo cuando el sevillano se hizo con el bote en un rosco tachado de sencillo, pese a tener dos importantes "cerrojos" (aquellas definiciones dispuestas para evitar en la medida de lo posible la entrega del bote).
Pero el caso de Pasapalabra no es el único en este sentido, ya que no es extraño leer en redes sociales críticas casi a diario contra Reacción en cadena por esta misma cuestión, asegurándose que el programa beneficia supuestamente a su equipo veterano frente al nuevo, sobre todo a la hora de ser más permisivo con las formulaciones (aunque Aramendi trata de ser ecuánime en este sentido) en Complicidad ganadora, prueba en la que se decide qué grupo permanece en el concurso y, por tanto, opta al premio final.
Es por esto que, al estar bajo la lupa, sorprende que sus responsables no pongan especial cuidado para que no sucedan cuestiones que puedan avivar este tipo de controversias, como ha sucedido esta semana: la repetición de una palabra se ha presentado decisiva para la continuidad de Los Pancetillas, el equipo más longevo desde que Cocolocos dijo adiós al formato, levantando suspicacias.
Hay que remontarse a la entrega de este miércoles, 22 de marzo, para encontrarnos con el equipo en situación de desventaja frente a sus rivales: a falta de solo 10 segundos de tiempo, Los Pancetillas logran dar la vuelta a la tortilla en Complicidad ganadora de la mano de la palabra "zeta", sumando un séptimo acierto que les situaba por delante y les mantenía, por tanto, dentro del programa. Tras él, el equipo lograba sumar todavía dos más, ganando la entrega con cierta holgura.
Hasta aquí, una tarde normal en el formato. El problema surgía cuando en la tarde siguiente, el grupo veterano volvía a verse con el agua al cuello frente a sus nuevos contrincantes: Maestros del triple concluía Complicidad ganadora con ocho aciertos, lo que les obligaba a mantener su excelente nivel en dicha prueba, ya que es habitual en ellos que se muevan en torno a las nueve respuestas correctas.
Sin embargo, tras atragantárseles algunas palabras, los veteranos llegaban con empate a ocho aciertos a sus últimos seis segundos de tiempo. No tenían ya opción de pasar en caso de encontrarse con algún término complejo, por lo que la última palabra se presentaba decisiva para su permanencia, y era aquí cuando entraba en juego nuevamente "zeta". Como no podía ser de otro modo, Los Pancetillas tiraban de la misma formulación que tan buenos resultados le había dado la tarde anterior ("¿Qué letra va después de la y griega?"), alcanzando así la victoria a falta de solo dos segundos de tiempo.
El grupo veterano sumaba un nuevo triunfo, dejando en la estacada al equipo aspirante con una jugada un tanto sospechosa por parte de los guionistas al repetir una palabra lanzada al mismo equipo el día anterior (o mejor dicho, hacía solo unas horas, si tenemos en cuenta que se llevan a cabo varias grabaciones consecutivas en un mismo día). Una llamativa repetición que probablemente responda a un mero error, una casualidad que, sin embargo, no hace otra cosa que echar más leña al fuego entre los que buscan cualquier excusa para acusar de favoritismo a este tipo de formatos.
El movimiento resultaba más controvertido si cabe si se tiene en cuenta que en Reacción en cadena no existe ningún sobre con las palabras a las que se enfrentarán en cada prueba, lo que sin duda contribuiría a la transparencia en el programa. En este caso, los términos con los que jugar son lanzados aleatoriamente en pantalla, pudiendo beneficiarse a cualquier equipo con la colocación de algunos de formulación más sencilla, como es el caso de palabras con antónimos claros y simples (alto Vs. bajo, arriba Vs. abajo). Solo en la prueba final dejan constancia de la existencia de un sobre que contiene lacrado el término que, en última instancia, les dará o no el dinero acumulado en cada entrega, por lo que extender esta práctica a otras pruebas como la tan determinante Complicidad ganadora ayudaría a desterrar suspicacias contra el programa.
La supuesta falta de paridad en la dificultad en los concursos es la principal crítica a la que se suelen enfrentar por parte de los espectadores. El ejemplo más claro de ello es Pasapalabra, donde ya es casi una tradición que el público ponga en cuestión si los roscos de los dos concursantes presentan la misma dificultad, acusando a los responsables del formato de favoritismo hacia uno u otro. El caso reciente entre Orestes Barbero y Rafa Castaño es solo el último de una larga lista, con una parte de la audiencia poniendo el grito en el cielo cuando el sevillano se hizo con el bote en un rosco tachado de sencillo, pese a tener dos importantes "cerrojos" (aquellas definiciones dispuestas para evitar en la medida de lo posible la entrega del bote).