Un micro abierto pone contra las cuerdas a Kiko Matamoros, obligado a dar explicaciones en 'Sálvame'

No es la primera vez que un micro abierto le juega una mala pasada a un colaborador de Sálvame, pero en esta ocasión ha sido probablemente una de las más polémicas que se recuerdan, tanto que el protagonista ha terminado dando explicaciones y pidiendo perdón tras el aluvión de críticas recibidas.

El susodicho no era otro que Kiko Matamoros, quien optaba por cortar el programa media hora después del incidente para ofrecer su versión de lo sucedido, consciente de que muchos espectadores se le estaban echando encima en las redes sociales. Él no desvelaba exactamente lo que el micrófono había captado, pero sí dejaba claro que el insulto no había sido dirigido hacia uno de los reporteros que se encontraban realizando una conexión en directo en el momento de su improperio, como el público le recriminaba.

"Tiene cara de subnormal", captaba su micrófono abierto, una salida de tono que rápidamente le afeaban con contundencia en Twitter. Kiko trataba entonces de salir al paso de las acusaciones, pidiendo hablar con Baby Solano para excusarse: "¿Está el reportero por ahí? Me gustaría que lo pincharan, si es posible".

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El magacín así lo hacía, por lo que él continuaba con su paso al frente: "En un acto de poca profesionalidad, porque estaba hablando de otra cosa durante la conexión, he proferido un insulto a otra persona, pero no era referido a ti. Que sepas que no era hacia ti, quiero dejarlo claro", subrayaba Matamoros.

En ese momento, Kiko Hernández le echaba un cable a su compañero, dejando constancia de que ambos estaban hablando del especial de Todo es mentira sobre el Tito Berni, por lo que en ningún caso hacían referencia al reportero canario. La excusa no terminaba de convencer a los usuarios en redes sociales, algo a lo que restaba importancia Kiko Matamoros, acto seguido: "Las redes me importan bien poco, me importa que él no crea que iba dirigido hacia él", sentenciaba, con el propio Baby Solano agregando que no tenía nada que perdonarle, ya que no se había dado por aludido en ningún momento.