Su peculiar forma de hablar complica las cosas en 'First Dates': "Me cuesta entenderle"

Anaís ha desembarcado en First Dates este viernes, 17 de marzo, afirmando haber estado "muy enamorada" de su anterior pareja, con la que estuvo siete años y con la que todo acabó a causa de "las mentiras": "A día de hoy no puedo decir que lo siga, pero yo sé que no voy a volver a sentir lo mismo". El programa de citas ha intentado que sea Sebastián, un uruguayo de 26 años, quien le desmonte esta creencia.

El chico se ha mostrado como una persona alegre y activa que busca "una compañía con la que poder tener una relación duradera". A Carlos Sobera no parece haberle caído mal, ya que ambos han bromeado con el hecho de que el concursante, al principio, no quisiera darle su chaqueta para colgarla y luego sí. "Llevo media hora pidiéndotela y no me haces ni puñetero caso", ha manifestado, entre risas, el presentador vasco.

Anaís no comprende lo que dice Sebastián: "Habla muy rápido"

Durante la velada, Anaís ha descubierto que le unían más cosas al soltero de las que pensaba. A la estudiante de Interpretación y amante de la música le ha maravillado que el residente en Madrid toque la guitarra y cante en el metro de la capital. Eso sí, mientras lo comentaban, la conquense ha reparado en un detalle que claramente estaba dificultando la comunicación.

"Me ha costado muchísimo entenderle. Habla muy rápido", ha señalado la joven de 24 años, que en varias ocasiones se ha visto obligada a pedir a su compañero que repitiese lo que estaba diciendo. Hasta le ha costado comprender su forma de expresarse cuando pronunciaba, a toda velocidad, un simple "qué edad tienes".

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Merce Moreno

La futura actriz tampoco captaba ciertas expresiones con las que músico trataba de encandilarla. En determinado momento, Sebastián ha prometido que, si la noche iba viento en popa, podría enamorarla "al toque". "Es que hay palabras que cambian mucho", ha recalcado la de Cuenca, y él lo ha asumido a la perfección: "Me cuesta bastante hablar acá".

Puede decirse que este particular modo de explicarse no le ha traído cosas especialmente buenas al camarero desde que vive en España. Al exponer que no suele salir demasiado, también ha desvelado que no tiene facilidad para entablar amistades: "Me cuesta conectar con la gente, porque no me entiende". Y es que, precisamente, a pesar del "agradable" rato que han compartido, Anaís no ha sentido ese feeling para tener una nueva cita con el comensal.