"¡Qué pinto aquí!": Chicote, a punto de abandonar la grabación de 'Pesadilla en la cocina'

Es de las pocas veces que Alberto Chicote se ha planteado seriamente recoger velas y no llevar a cabo su labor en Pesadilla en la cocina. La cocinera y el dueño de El Callejón alteraron sobremanera al chef y sus actitudes desafiantes y hasta irrespetuosas durante el servicio casi hacen que abandone.

Uno de los primeros encontronazos fue a costa de la titánica suciedad con la que se encontró la cocina, los fogones o el suelo, de donde no dejaban de salir cucarachas de entre la comida que luego iban a servir a los clientes. Fue durante el análisis del servicio cuando madre e hijo se lo hicieron pasar fatal al cocinero.

"Es el caso más difícil, porque me han demostrado que no quieren que esté aquí"

Chicote, como de costumbre, le empieza a hacer preguntas sobre su forma de trabajar o por la comida que tienen fuera de la carta o que no dispone de ella, y la respuesta de ambos fue a la defensiva e incluso ignorándolo. "¡Joder, me espera una buena!", comentó por lo bajo, a modo de suspiro. "¡Qué día nos espera aquí con Chicote!", gritó la madre contra el cocinero, sin venir a cuento y estando en estos momentos incluso callado.

Fue precisamente la madre quién más le hizo saber a Alberto que no le cae nada bien, "de nunca, desde que lo ve en la tele". Algo que el rostro de La Sexta seguía sin entender, ya que era la primera vez que se veían en persona. Más tarde, fue David quien casi se encara con él por una discusión acerca de los puntos de cocción de la carne, ya que una de las clientas devolvió su plato por estar demasiado pasado. El chef le quiso enseñar la manera correcta de hacerlo, pero el dueño no atendía a sus indicaciones y volvió a ignorarlo de manera aún más descarada. "Cuando no te interesa no me escuchas, majo", le reprochó indignado.

"Tengo claro que Tere no me aguante y no me quiere aquí. Lo que no tenía claro, y estoy descubriendo, es que, parece ser que David, que me llama, tampoco me quiere", reflexionó el cocinero fuera de cámaras, empezando a desencantarse por el trato de quien solicitó su ayuda. "¡No sé qué cojones pinto yo aquí!", se preguntó nuevamente Chicote, sin obtener la más mínima respuesta, después de otra conversación sobre la manera de ejecutar las comandas.

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Á. R

Sin poder más, el chef quiso reunirlos a todos tras terminar el servicio: "Hay muchas cosas, pero sobre todo una, que no termino de entender, ¿qué pinto yo aquí? Porque sé muy bien dónde no me quieren". "Me siento muy despreciado", dijo, tanto que hasta el dueño abandonó el local para salir a fumar en mitad del sermón. "Tengo mucho que pensar esta noche, y yo creo que tú también. Intenta venir con una actitud diferente a la de hoy", le propuso a David, visto que no querían ni escucharlo.

Y remata, con tono de ultimátum, previo a la reunión con el dueño del restaurante: "Ahora mismo, este es el caso más difícil que he encontrado. No por la dificultad del trabajo, sino porque me han demostrado que no quieren que esté aquí y donde no me quieren, ¿qué hago?".