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Pilar Cebrián (Psicóloga): "Todos los colaboradores de 'Sálvame' tienen algún trastorno"
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ENTREVISTA EXCLUSIVA EL CONFI TV

Pilar Cebrián (Psicóloga): "Todos los colaboradores de 'Sálvame' tienen algún trastorno"

Charlamos con una experta en psicología, expresentadora de un formato de terapias de Cuatro, sobre el impacto del trabajo de los contertulios televisivos en su vida personal

Foto: Pilar Cebrián, psicóloga. Foto personal.
Pilar Cebrián, psicóloga. Foto personal.

De un tiempo a esta parte, las bajas laborales en los diferentes programas de televisión están a la orden del día. Las salidas de tono, los chillidos, los ataques de ansiedad o incluso las expulsiones del plató se han convertido casi en elementos característicos de determinados formatos. Desde fuera, los espectadores lo ven como algo normal e incluso habitual, pero como nos explica la psicóloga Pilar Cebrián este tipo de comportamientos podrían incluso hundirles la vida.

En El CONFI TV hemos hablado en exclusiva con la que fue presentadora de Mejor llama a Pilar, un espacio de terapias de pareja que emitió Cuatro en enero de 2016 y donde la psicología era el hilo conductor de todos los comportamientos de sus protagonistas. Siete años después recurrimos a esta experta, con casi dos décadas de consultas a sus espaldas, para llevar a cabo una radiografía de los actuales contertulios de televisión, analizar el peligro que conlleva el hecho de llegar a obsesionarse con tener una silla en plató o conocer el truco para que esto no les termine por superar.

"Todos conocemos gente que se ha arruinado física, emocional y económicamente"

PREGUNTA. Algunos programas han abierto las puertas de la televisión a sus participantes para trabajar posteriormente como colaboradores, una vía directa para ganar dinero 'fácil'. ¿Es tan idílica como se piensa la profesión de contertulio televisivo?

RESPUESTA. Es tan idílico como tú decidas hacerlo. Para poder llevar adecuadamente una vida emocional sana y a la vez dedicarte a un trabajo donde estás tan expuesto, tienes que aprender a diferenciar la persona del personaje. Estás exponiendo tus debilidades, y si expones las debilidades que son tu talón de Aquiles, lo que estás haciendo es sacar a la luz aquellas cosas que te dañan. Y si decides sacarlas, tienen que estar muy trabajadas para no darle a nadie el poder de que te dañe emocionalmente.

Se puede hacer, pero tiene que haber un trabajo previo y una estabilidad mental previa, sin ninguna duda. Si lo haces a bocajarro, te vas a terminar dañando tarde o temprano y se te va a empoderar el personaje. Puedes ganar así dinero rápido, pero es caduco. Esto es como una dieta exprés o milagro: puedes perder muchos kilos de golpe, pero esto va a tener una repercusión en tu organismo, en tus pautas alimentarias. Es decir, es algo inviable de mantener a largo plazo, porque solo se mantienen los cuatro de siempre. A corto plazo sí, siempre y cuando seas carismático y lo sepas hacer.

P. ¿Conoces algún caso que no se ha recuperado de haber elegido esta vía rápida laboral?

R. Caso concreto, no. Pero, en la televisión, estamos constantemente viendo casos que se han arruinado. Es que, cuando adquieres dinero fácil, lo que no aprendes es el esfuerzo y la constancia. Ese dinero te lo gastas conforme te llega y si no tienes una idea de ahorro o de inversión y te crees que eso va a estar ahí siempre, en ningún momento haces un plan de futuro, como un trabajador de a pie. Todos conocemos casos de gente que se ha arruinado, tanto física, emocional, como económicamente.

placeholder Encarnita Polo, en 'Socialité'. (Mediaset)
Encarnita Polo, en 'Socialité'. (Mediaset)

P. ¿Esta obsesión de querer meterse en televisión, como vía laboral para ganar dinero rápido, es culpa de la sociedad o de lo que transmite la propia televisión?

R. Empezó siendo culpa de la televisión y ha terminado siendo culpa de la sociedad. Al final, estamos expuestos a través de las redes sociales a vidas idílicas, postureos, que en el fondo no son reales. Si no sabes discernir la realidad de la ficción y te crees todo lo que ves en las redes (o en la televisión) y no lo coges como algo totalmente ficticio, al final te terminas creyendo que esa es la vida normal que tienes que tener. ¿Qué acaba pasando? Que te frustras porque no la tienes. Y eso también te va a pasar factura cuando realmente no alcances las metas que habías imaginado, pero que eran irreales desde el principio.

"Ya no solamente en 'Sálvame', cada vez están saliendo más famosos que han tenido depresión"

P. Vemos a menudo, en programas tan longevos y cercanos como Sálvame, bajas por depresión, ansiedad, y otro tipo de cuestiones. ¿Cuál es el verdadero impacto del trabajo de un colaborador de televisión con su vida personal, con su entorno íntimo?

R. Lo que veo en este tipo de programas es la autoexigencia con el físico. Tener que estar siempre perfecto, el cuerpo perfecto, vestido perfecto, la competencia, los problemas de ego... El que más destaque es el que más hueco y el que más minutos va a tener, y eso te lleva a un nivel de autoexigencia extrema, que es irreal, porque es materialmente imposible para la mente humana mantenerse siempre en la cresta. Todo eso no te permite fallar, no tienes una comunicación contigo mismo, no puedes parar y eso tarde o temprano, hace que tengas unas carencias que van cogiendo protagonismo y que un día se juntas todas y te hacen estallar.

P. ¿Has detectado como telespectadora algún caso de algún colaborador que esté trabajando con depresión?

R. Totalmente. Cuando de repente hay algún acontecimiento, donde debería ser neutral, hay algún colaborador que se pone histérico o se pone a llorar, que parece no estar relacionado con lo que se está hablando. Ahí son muchos traumas que se han estado gestando durante años de televisión, que la persona no trata y que termina generándole esto.

placeholder Las presentadoras de 'Sálvame', Lydia Lozano y María Patiño. (Mediaset)
Las presentadoras de 'Sálvame', Lydia Lozano y María Patiño. (Mediaset)

A todos los colaboradores de televisión, actualmente, sobre todo en Sálvame, podría hacerles un diagnóstico personalizado. Todos tienen algún tipo de trastorno. Por ejemplo, María Patiño es una persona superinsegura y superfrágil, pero no lo puede mostrar, porque si muestras una debilidad emocional, automáticamente te van a quitar la silla. Si algo sana emocionalmente a una persona es reconocer su debilidad y trabajarla, si tiene que estar ocultándola, no la va a trabajar, y tarde o temprano se le va a apoderar. Ya no solamente en Sálvame, sino que cada vez están saliendo más famosos que han tenido depresión. Habría que analizar hasta qué punto la fama genera este estado.

Al final, la televisión no deja de ser un escaparate y un colaborador de televisión tiene un punto de actor. Son personas que no termino de ver 100% naturales en ninguno de los casos y como psicóloga me chirría. Una persona que está sana mentalmente la ves natural, me pueden criticar, pero, como estoy sana mentalmente, no me van a hacer estallar nunca, porque estoy trabajada. Si tienes un cuadro emocional-depresivo es normal que estés en guerra contigo mismo, y cuando te sirven en bandeja de plata un conflicto te enganchas, porque hará que liberes ese cortisol que estás almacenando y que no puedes liberar en otro acontecimiento. Te enganchas a una bronca, porque te liberas.

P. En ocasiones, los propios colaboradores de televisión cuentan cómo su matrimonio o relación sentimental se rompe, en parte, motivada por la televisión, ya que uno de los dos no quiere pertenecer a ese mundo. ¿Se llega a anteponer la fama al amor? ¿Por qué?

R. Absolutamente. Solo habría que ver una estadística de las personas que tienen relaciones sanas y trabajan en la tele al mismo tiempo. Al final, una relación precisa tiempo, tienes que estar con tu pareja, hacer planes, y en la televisión te llaman de un día para otro y tienes que acudir. Le empiezas a dar prioridad a un trabajo y no a una relación, y es cuando esa relación va a empezar a hacer aguas.

Por otro lado, en la televisión conoces a muchísima gente con la que luego se va de copas, están relacionados con el mundo de la noche y del ocio. Hay muchísima más tentación de cometer una infidelidad que en un trabajo de oficina. La gente está en postureo máximo y estás constantemente necesitando gustar, porque te están pagando por gustar y terminas desarrollando una especie de personalidad más disponible.

P. A priori, pensamos que todo el mundo sirve para estar delante de una cámara, pero ¿cuál es el perfil de un colaborador televisivo? ¿Qué necesita tener y qué no para tener éxito en esta profesión?

R. Hay dos polos antagonistas aquí. Está el colaborador al que odias, el que te pone nervioso, pero te gusta verlo, tipo Aida Nízar, que ha sido muy televisiva porque necesitabas odiarla y ver a alguien opuesto a ti. Y, por otro lado, un personaje al que admirar, que por humanidad, poder y fama pueda crear en ti esa ilusión de que pertenece o tiene una vida que anhelas. Pero para ambas cosas tienes que tener carisma.

Un personaje plano no triunfa nunca en televisión. ¿Qué gusta en la televisión? Lo que no tienes en casa. Para ver un reality show donde ves reflejado tu día a día, no lo ves, sino que lo ves como un espectáculo. Quieres ver el conflicto, las emociones, los sentimientos que de normal tú no ves, si no, no irías al teatro ni al cine, donde queremos ver superhéroes.

"Me parecen brutales, porque mantienen sus vidas alejadas de la TV, Ion Aramendi y Sobera"

P. Cítame dos ejemplos actuales de colaboradores brillantes, dos que a tu juicio saben separar su trabajo en televisión de su vida personal, y otros dos que no sepan hacerlo.

R. Dos que me parecen brutales, a nivel global, porque son profesionales en lo suyo y a la vez mantienen sus vidas personales alejadas de la televisión, son Ion Aramendi y Carlos Sobera. Son dos cracks, porque son cercanos, naturales, no entran en conflicto, no muestran un ego y eso los humaniza. Eso al telespectador les gusta.

En el lado contrario, un personaje que la televisión destrozó y que tenía un carisma brutal fue Ylenia Padilla. La cagó al dejarse llevar por todas sus taras. Tenía una catapulta, era carismática, caía bien, la gente la quería, incluso justificaban sus arranques y se los permitían. Y otro que se está catapultando es Ana María Aldón. Es antipática, altiva, diva... Me parece que no lo está haciendo bien, y tarde o temprano se va a estrellar. No te la crees, no te identificas con ella, es como Aida Nizar. Te produce rechazo, pero es una persona que no va a triunfar ni se va a hacer un hueco en la tele. En cuanto se le pase este tema [su separación] se hundirá.

placeholder Ana María Aldón, en 'Fiesta'. (Mediaset)
Ana María Aldón, en 'Fiesta'. (Mediaset)

Las personas que han llegado a la televisión a través de otra persona o hablando de otras personas, son la crónica de una muerte anunciada. El caso de Ana María Aldón, que está constantemente contenida y se cree por encima del bien y del mal, es el de una persona que venía de muy abajo y que se encuentra de repente con la fama. Es mucho más fácil que la destruyan frente a otra que ha vivido y mamado esto desde siempre como, por ejemplo, Isa Pantoja.

P. Y, siguiendo la estela psicológica en televisión, ¿le ha venido bien a Rocío Carrasco exponerse tanto en sus dos docuseries?

R. Creo que sí, porque terapéuticamente está muy trabajada. Ha empezado a hablar cuando se ha visto emocionalmente preparada para hacerlo. Si lo hubiese hecho antes, es posible que le hubiera repercutido emocionalmente, pero ha lavado su imagen, ha estado mucho tiempo sin hablar, ha creado mucha expectativa, y creo que le ha venido bien, porque había muchísimo trabajo psicológico detrás.

P. La audiencia de Sálvame no termina de ser estable y, ni de lejos, retiene a la abrumadura cantidad de hace unos años. ¿Crees que hay cierto hastío psicológico por parte de los telespectadores?

R. Sálvame necesita novedades. La audiencia se ha cansado, porque son siempre las mismas tramas y caras nuevas. Mantendría algunas, como, por ejemplo, Lydia Lozano, pero los fichajes que han hecho, como Canales Rivera, no aportan nada. Metería frescura y temas de actualidad que puedan interesarle al espectador.

Cuando hay un tema candente, como fue la infidelidad de Marta López, la audiencia se dispara. Las tramas las estiran muchísimo y el telespectador se cansa. Tampoco dan bombo a las tramas de Pesadilla en El Paraíso o La isla de las tentaciones. No los están cubriendo y les daría para que lleguen a la audiencia.

"El hecho de ser fiel en 'La isla de las tentaciones' no te libra de que seas un infiel"

P. La actual edición de La isla de las tentaciones la tachan de floja. ¿Dirías que la audiencia se ha malacostumbrado al contenido hardcore?

R. ¡Claro! Cuando pones la televisión quieres que te sorprendan y encontrarte con cosas que no ves en tu día a día. Por morbo, el espectador quiere ver a otras personas sufrir. A la gente le gusta ver el drama y los entresijos de otras personas. En La isla de las tentaciones no hay trama diferente. Se quieren o se tienen la lección aprendida, porque se han comido otro montón de entregas y han podido hacer un ejercicio de autocontrol.

El hecho de ser fiel en La isla de las tentaciones no te libra de que seas un infiel. Las parejas son muy tóxicas. En las evaluaciones iniciales escucho frases que me hacen sangrar los oídos. Y en este programa parece que la indifelidad es que te tires a un tío. Es decir, que si estás en un sofá haciéndome caricias con un chico y diciéndole: 'No te beso porque estoy casada', tienes un problema. Yo llevo años casada y no tengo ninguna tentación. Hemos naturalizado que no se hayan acostado. No han sido infieles porque hay cámaras, sino sería sodoma y gomorra.

placeholder Las novias en 'La isla de las tentaciones'. (Mediaset)
Las novias en 'La isla de las tentaciones'. (Mediaset)

Javi ha corrido por Claudia que no le dio ni un beso a su tentador. Actualmente, de todas las parejas, la única más sana es la de Andreu y Paola. Cuando tienes que ir a una isla a demostrar tu infidelidad, es que algo está fallando. Hay muchas frases de que le han puesto los cuernos no sé cuántas veces y una más ya no la tolera: yo a la primera no lo aguanto y ya me ha dejado claro que no puedo confiar.

Y también hay muchos que participan para buscar una colaboración en televisión. Los concursantes van superaprendidos a este tipo de programas y, al final, pierde la naturalidad con la que conquistó al principio al telespectador. Igual que las tramas de Sálvame.

P. ¿Cómo te gustaría volver a televisión?

R. Que me dejen ser psicóloga sin teatrillos, dejándome hacer lo que llevo haciendo 18 años en consulta. Creo que vendría bien hacer este tipo de tereapias en televisión, contando problemas de gente real y resolviéndosela.

Por otro lado, estoy disponible para hacerle un autodiagnóstico personalizado a todos los colaboradores de Sálvame, en directo. Puedo hacerlo porque sé de lo que hablo, porque a mí la televisión me jodió mucho, me creó un trastorno de alimentación, una crisis con mi marido, y he vivido en primera persona el daño que te puede hacer si no lo sabes canalizar. He sido la primera que he sufrido en mis propias carnes el daño de la tele, no lo supe gestionar y yo iba como profesional para ayudar a otros, imagínate otra persona que no esté trabajada y que no tenga los conocimientos de psicología que yo tenía.

De un tiempo a esta parte, las bajas laborales en los diferentes programas de televisión están a la orden del día. Las salidas de tono, los chillidos, los ataques de ansiedad o incluso las expulsiones del plató se han convertido casi en elementos característicos de determinados formatos. Desde fuera, los espectadores lo ven como algo normal e incluso habitual, pero como nos explica la psicóloga Pilar Cebrián este tipo de comportamientos podrían incluso hundirles la vida.

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