Revilla desvela a Joaquín ('El novato') cómo casi dimite por culpa de Sardá y Telecinco

Este miércoles, 23 de noviembre, el equipo de Joaquín, el novato se ha trasladado hasta Cantabria para charlar de tú a tú con Miguel Ángel Revilla. Esta vez, Joaquín Sánchez se ha marcado como objetivo aprender a ser un político de altura, por lo que el presidente de la región del norte de España le ha dado varias instrucciones, aprovechando, además, para soltar algún que otro chascarrillo de los suyos.

Revilla, que lleva casi 35 años al frente del Partido Regionalista de Cantabria (PRC), ha tenido experiencias de todo tipo, pero quizá una de las más sorprendentes sea la que ha relatado en el programa de Antena 3. El de Salceda ha comentado que llegó a plantearse muy seriamente la dimisión, en un momento en el que su repercusión mediática se le fue de las manos.

"Miguel Ángel, te dije que la televisión iba a acabar contigo"

"Me invitaron a la boda de los Príncipes, actuales Reyes. Aurora [su mujer] y yo íbamos de punta en blanco. He ido a muchas bodas y, aquí, en Cantabria, se tira la casa por la ventana. Empiezan a sacar platos como locos", ha comenzado diciendo Miguel Ángel, explicando que luego comprobaría que no todos los enlaces matrimoniales, por muy reales que sean, son abundantes en lo que a comida se refiere.

Según el colaborador televisivo, cuando llegó con su pareja al Palacio Real a eso de las dos de la tarde, comenzaron a servir queso y jamón. "Resérvate, que abajo va a haber munición acorde con una boda real", le aconsejó Revilla a su esposa, ya que entendió que el menú sería copioso una vez pasaran los entrantes. Nada más lejos de la realidad: "Me fui a la mesa a ver qué había. Me mosqueé porque vi escrita poca letra y rara. Era un crêpe de croie a las finas hierbas, que al final era un canapé muy pequeño".

Al parecer, los segundos platos no fueron mejores, por lo que el político "comió lo poco que le dieron". Poco después, en una emisora local cántabra, Miguel Ángel fue preguntado por la celebración: "Yo hablé bien de la boda. De que la reina Letizia iba guapísima y que todo estaba muy organizado, pero también dije que a las siete de la tarde me tuve que comer un bocadillo".

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Estas palabras corrieron como la pólvora y llegaron a Crónicas marcianas, el irreverente show de Xavier Sardá en Telecinco, que abrió una de sus entregas con estas declaraciones. "Yo no vi el programa, pero seis millones de personas sí. Fue un programa de una hora dedicado a mí. Esa noche había un tribunal en plató en el que se decía 'esto pasa por invitar a gente de pueblo'. El único que me defendió fue Boris Izaguirre", ha recordado el escritor.

Al día siguiente, el economista recibió una llamada a su despacho que nunca olvidaría. Si bien no se ha llegado a aclarar de quién la recibió, el conductor del formato de Proamagna ha dejado caer que se trataba de Aurora. En aquella conversación, la persona que estaba al otro lado del teléfono aseguró "Miguel Ángel, te lo dije, la televisión iba a acabar contigo".

"¡Qué cruel!", ha exclamado Joaquín, al escuchar la frase por la que su invitado casi dimite del cargo que ostentaba y ostenta actualmente. Finalmente, el calor de su pueblo le hizo cambiar de opinión: "A las doce y media de esa mañana iba a presentar la dimisión, pero antes iba a ir a un acto en la Universidad Menéndez Pelayo, que le daba a Vargas Llosa una medalla de oro. Al bajarme del coche oficial, que me temblaban las piernas, oí un aplauso general. Pensaba que era para Vargas Llosa, pero no. Era para mí. Palabra de honor".