Francisca González: "TVE está preparada para ser la BBC, pero no nos dejan por presiones"

RTVE desde dentro. Lo que no te han contado. Así, de este modo tan llamativo, titula Francisca González (Las Palmas de Gran Canaria, 1976), periodista de RTVE en el centro de producción de Canarias, el libro en el que, junto a su compañera Yolanda Sobero, abre debate y explica, con todo lujo de detalles, qué ocurrió en la Corporación desde la moción de censura contra Mariano Rajoy, en junio de 2018, hasta el pasado 26 de septiembre de 2022, día en que José Manuel Pérez Tornero, entonces presidente de RTVE, presentó su dimisión.

Días después de la publicación, EL CONFI TV ha mantenido una extensa conversación con González para profundizar en lo que sucedió en el concurso público que se abrió para aspirar a la presidencia de la Corporación y a su Consejo de Administración en julio de 2018. Un proceso que, "con toda la cautela del mundo", nuestra entrevistada duda que fuese "limpio" en su totalidad y no antepusiera las cuotas políticas a las habilidades de los candidatos.

"Estábamos a 900 metros del volcán. Solo pensé en que tenía que contarlo a la audiencia"

La imparable pérdida de audiencia de sus cadenas, el alejamiento del público joven y la falta de una parrilla sólida son solo algunos de los problemas a los que se enfrenta Elena Sánchez, presidenta interina tras la marcha de Pérez Tornero. Un máximo mandatario que, según la reportera de RTVE Canarias, deja más promesas y "titulares vacíos" que hechos y signos de una buena gestión para que, en definitiva, la pública sea la que queremos todos los españoles.

A pesar de todo, en sus más de 25 años en RTVE, Francisca González puede presumir de haber cubierto algún que otro acontecimiento histórico. Eso sí, sin lugar a dudas, el que más le marcó fue el que le tocó de forma más cercana. Concretamente, a solo 900 metros de distancia cuando sucedió: la erupción del volcán de La Palma. "Yo estaba pendiente de entrar en directo y, de repente, me dijo el reportero: "El volcán". Me di la vuelta y vi tres columnas eruptivas de gases", relata la comunicadora insular.

PREGUNTA. Al principio del libro, mencionáis a los compañeros que os han sabido guardar el secreto cuando lo estabais escribiendo. ¿Ha sido complicado que no trascendiese nada?

RESPUESTA. La gente que lo sabía, que eran 10 personas, sí que lo guardaron. Se trata de gente de todas las ideologías y que creen en el servicio público. Soy de las que piensa que no se puede categorizar ideológicamente a la gente. Hay gente decente, honesta y que hace periodismo, sin importar si votan conservador o progresista. Nosotras empezamos a escribir en enero de 2021, justo cuando el Congreso nos llama tanto a Yolanda como a mí para comparecer en el concurso público que había estado paralizado casi tres años.

Nuestra intención es abrir un debate. La moción de censura y el fracaso de José Manuel Pérez Tornero es solo la percha que utilizamos, pero queremos retroceder hacia el pecado original de RTVE, que es que no tuvo una transición democrática. Se mantuvieron las estructuras clientelistas del franquismo. RTVE es un microcosmos dentro de un macrocosmos, que es todo lo que está pasando en el país. Hay que profesionalizar todos los organismos del Estado para que lleguen los mejores y los más capaces.

"El señor Tornero daba muchos titulares, pero estaban vacíos"

P. ¿Habéis recibido alguna llamada de la Corporación después de publicarlo?

R. De RTVE no, porque el libro no se hace contra ellos, sino contra aquellos que la han gestionado y no han sido capaces de convertir un medio gubernamental en un medio público, pues no son lo mismo. Quiero dejar claro que esto no es algo que ataña exclusivamente al Partido Popular. Hemos tenido diferentes etapas con diferentes formas de manipulación.

Por eso es importante abrir el debate. En el libro hablan varios miembros del comité de expertos de ese concurso, como Enric Marín o Isabel Fernández. No puedes hacer un concurso público para luego pactar nombres y, encima, luego decir que una parte era por concurso y otra por designación. Te hablo de meter en un Consejo de Administración a tres aprobados y a siete suspensos, suponiendo, y esto te lo digo con toda la cautela, que el procedimiento haya sido limpio.

Hay gente que presentó su propuesta en el plazo, que acababa el último día de julio de 2018, y luego las bases se publicaron a mediados de agosto. Más tarde, se pierde un proyecto y a los candidatos se les da 15 días para cambiar los suyos. Por ejemplo, Yolanda y yo nos negamos a hacerlo, porque nos parecía que no era de recibo. Imagínate eso en un examen a abogado del Estado. ¿Por qué pasa con los periodistas?

P. Durante el mandato de Tornero, ha habido algunas polémicas, como la supuesta "intimidación" hacia la periodista Anna Bosch en un despacho por determinados tuits. ¿Hay novedades al respecto? ¿Sabes si es una situación que se ha producido más veces?

P. Anna Bosch es una de las personas con mayor credibilidad dentro de RTVE, no es una embustera. Si la llaman para una reunión que no está agendada, precisamente a Anna, que es una persona que no se calla, yo la creo cuando dice que había informes sobre periodistas.

En la casa, durante la etapa de Tornero, había rumores de que en Sant Cugat corrían listas de enriquistas, periodistas que en su día habían apoyado a Enrique Hernández [destituido en agosto de 2021 como director de Noticias]. De eso no tengo pruebas, pero sí corría el rumor y me parece fatal. Esto se hace con dinero público y el dinero público se debe usar de la mejor manera posible, no para conspirar dentro y fuera de la casa.

P. Hace poco, una gran conocida de la casa, María Escario, contaba en El faro de la Cadena SER que le preguntó a un periodista de la BBC si habían recibido presiones políticas en algún momento y este se quedó anonadado. ¿Qué tiene que aprender RTVE de la televisión pública británica?

R. Yo creo que estamos preparados para ser la BBC, pero no nos dejan, tanto por presiones externas como por connivencias internas. Si tú te prestas a entrar en un Consejo de Administración teniendo una nota de un 0, estás ahí por una cuota partidista. Si te quitan, no te puedes quejar porque has llegado ahí como has llegado. Creo que en RTVE existe la materia prima y existe la energía, pero necesitamos a gente potente pilotando. A la BBC le dejan ser; a nosotros no.

La BBC tiene la gran ventaja de que nació en una monarquía parlamentaria. Nosotros nacimos con el franquismo, en una dictadura. El problema es que, en RTVE, durante la Transición, no se transicionó. El otro día, nos hacían una entrevista para un medio extranjero y tuvimos que explicar en inglés qué era el Consejo de Informativos. Si le cuentas a un periodista anglosajón que dentro de la empresa hay un órgano que vela por la no manipulación en los informativos, no se lo cree. No existe una figura similar en Gran Bretaña.

P. La salida de Ana Blanco del Telediario fue sorprendente y explicada de forma algo escueta por parte del ente. ¿Está RTVE falta de referentes, de presentadores insignia, como pueden ser Matías Prats en Antena 3 o Pedro Piqueras en Telecinco?

R. Tenemos gente que hace marca, como Xabier Fortes o Carlos Franganillo, pero no se ha fomentado que exista una cantera que salga de la propia cadena. No tengo nada en contra de los fichajes externos ni contra la profesionalidad de estos, pero Antena 3 o Telecinco fabrican sus propias estrellas, no las traen de fuera. Les dan bola, las pasan de un programa a otro. Fortes, Franganillo, Almudena Ariza, Anna Bosch... hacen marca, pero eso luego no se potencia.

"Si Vasile hace una apuesta y sale mal, es el dinero de sus accionistas. En RTVE, los accionistas son los ciudadanos"

P. RTVE también está este año en el punto de mira por hacerse con el Mundial de Qatar 2022, un país donde no se respetan muchos de los derechos humanos. ¿Cómo valoras esta adquisición?

R. Me llama poderosamente la atención que, al final, se haya convertido a Tornero en víctima, cuando, en realidad, no eran necesarias presiones políticas ni nada por el estilo para que este señor se fuera. Tornero ha intentado salvar una parrilla a fuerza de eventos como el Benidorm Fest, Eurovisión o el Mundial de Qatar. Eso es pan para hoy y hambre para mañana. Te puede salvar un mes y dando por hecho que España vaya a llegar a la final.

Resulta tremendo que tú negocies por este evento y que ahora Movistar Plus+ pacte emitir todos los partidos en una plataforma, incluidos los que da RTVE. Es cierto que RTVE los da en abierto. Si negocias algo que cuesta tanto dinero, asegúrate de que solo lo das tú. Una parrilla no se salva con dos partidos de tenis, dos de fútbol y el Benidorm Fest, y es lo que se ha intentado hacer.

Me hace gracia cuando dicen: "No trabajamos por las audiencias". Tú prestas un servicio público en la medida que alguien te ve. No se trata de competir con el Deluxe (Telecinco), pero sí de que te vean. La gestión de Tornero, desde mi punto de vista, ha sido mala, no logró consolidar un equipo potente. También hubo contrataciones de personas cercanas a él, repartos de programas en la parrilla por cuotas políticas... En RTVE disparamos con pólvora ajena, es decir, con el dinero de la gente. Si Vasile hace una apuesta y le sale mal, es el dinero de sus accionistas y el suyo. Aquí, los accionistas son los ciudadanos. Tenemos una deuda pública de 588 millones de euros.

P. A nivel interno, ¿cómo están siendo estas primeras semanas sin Tornero? ¿Cómo se nota eso dentro de la casa?

R. Como se dice en Canarias, hay una calma chicha. Era evidente que no podíamos seguir así. Si no te ve la audiencia, si no tienes un pacto, si no logras tener un equipo directivo sólido que aguante más de un año, si haces iniciativas como La gran consulta y no tienen impacto... En la BBC, el sueldo de Tim Davie, que cobra unas 500.000 libras al año, está vinculado a unos objetivos. No puedes ganar 200.000 euros de dinero público y que ese dinero no esté vinculado a tu gestión, a unos resultados a final de año.

Hace 40 años, en las etapas de José María Calviño o en la de Pilar Miró, solo existía una única cadena. Hoy, no tiene sentido hacer una tele solo para unos o solo para otros. La gente elige qué ver y lo comenta en Twitter. La tele hace tiempo que salió del televisor, ¿cómo puedes creer que puedes manipular a la gente hoy en día?

P. En el libro destacáis que, durante la pandemia, la gente acudía al Telediario de TVE para informarse sobre el coronavirus. ¿Eso se mantiene ahora?

R. Creo que se ganó en pluralidad en los primeros meses de Rosa María Mateo. Es cierto que intentó cambiar un debate para que Pedro Sánchez viniese a TVE el mismo día que estaba pactado que iría al de Atresmedia. Tú no puedes hacer eso, pero, en esos primeros meses de Mateo, que veníamos de una etapa dura con el PP, con muchas denuncias por manipulación, la verdad es que los Consejos de Informativos ganamos independencia y pluralidad. Ahora, con la cobertura de la erupción de La Palma o con la de la guerra de Ucrania, se están haciendo unos productos muy buenos.

"Una parrilla no se salva con dos partidos y el Benidorm Fest. Es lo que se ha intentado hacer"

P. Yolanda y tú abogáis por una vuelta parcial de la publicidad a RTVE. ¿Podrías poner un ejemplo concreto de cómo sería eso posible?

R. Nosotras buscamos fórmulas, la tele francesa lo hace, por ejemplo, por franjas. Lo que no puede ser es que dependamos íntegramente del tanto por ciento de las telecos, que ahora con la nueva ley audiovisual van a dejar de aportar ese 0,9%, y que no te permitan buscar patrocinios. ¿Por qué MasterChef puede buscar patrocinios de Balay y un programa de la casa no? No sé qué nos deparará la guerra de Ucrania, pero, si podemos salir a buscar ingresos, ¿por qué no se nos deja? No nos dejan cobrar por patrocinios, por contenidos de la web...

Pilar Miró, de quien estos días se ha hablado mucho por el 25 aniversario de su muerte, fue la primera que consiguió aumentar la financiación publicitaria hasta tal punto de no necesitar ni una sola peseta de los presupuestos generales del Estado. Entiendo que en el mercado están Mediaset España o Atresmedia, pero no se puede ahogar financieramente a la televisión del Estado, y más si quieres hacer una cadena pública y no del Gobierno. A nadie le interesa que seamos totalmente autosuficientes ni totalmente independientes.

P. La pérdida paulatina de audiencia de la pública es un hecho. Sin ir más lejos, en agosto de 2022, La 1 marcó un 8,1%, su mínimo histórico desde que existen registros. ¿Dónde está el punto intermedio entre hacer televisión sensacionalista y apostar por un entretenimiento creativo y novedoso?

R. En los últimos meses, se ha producido un fenómeno muy curioso y es que La 2 ha superado algunos días a La 1 en audiencias. La segunda cadena tiene programas muy consolidados, como Imprescindibles o Cachitos. La 2 se ha consolidado como un refugio de la gente que no ve La 1. El problema es que, en el último año y medio, no se ha fijado una parrilla, sino que se han repartido programas.

Si te fijas, a Jenaro Castro, que entró como cuota del PP en el Consejo de Administración, le dieron un programa de entrevistas (Plano general); a Elena Sánchez, que hoy preside el Consejo de Administración de manera interina, le dieron uno de cultura (Encuentros). También el contrato a Javier Ruiz. No puedes repartir, y no lo digo por Javier Ruiz, la cuota entre PSOE, PP y un poco de Podemos. Una programación no se hace por criterios políticos, sino con criterios profesionales y de programadores. La gente no está para escuchar discursos, tiene un mando a distancia.

A los formatos no se les permite que se asienten. Me acuerdo de Quién educa a quién, con Mamen Asencio. Era un espacio muy potente, pero no pasaba de determinada audiencia. No hay rumbo.

P. ¿Cuál es el problema de TVE con el público joven? Intentos no han faltado, como pueden ser Playz o el Benidorm Fest...

R. Los niños nacen y crecen con nosotros en Clan, llegan a la adolescencia y se nos van. Para solventar eso, se puso en marcha la parte digital, que tiene Gen Playz o RTVE Play, ese Netflix de RTVE que también es para los adultos. El brazo digital ha sido estrangulado y se han producido salidas incomprensibles, como la de Miriam Hernanz. Ya ni te hablo de Fran Llorente [exdirector de la plataforma de la pública].

P. Ha sido también muy comentada La gran consulta, ese autobús que ha ido por distintas ciudades españolas preguntando a los ciudadanos sobre la televisión pública que querían tener.

R. No tuvo ningún impacto, no trajo nuevas audiencias. Las preguntas las debería haber hecho un organismo de demoscopia, me da igual si privado o público, pero no puedes preguntar simplemente si quieren una televisión plural. ¿Quién te va a decir que no quiere una tele plural? El problema es cómo hacerlo. Por eso uno de los capítulos se titula Vaniloquios, porque el señor Tornero daba muchos titulares, pero estaban vacíos. Dijo que iba a hacer un mandato-marco o un libro blanco, pero nada de eso está después de año y medio. La producción propia tampoco se ha consolidado, ni la audiencia. Y no me vale tampoco que hablen de la herencia recibida.

"Si quisiéramos medrar en esta empresa, no habríamos escrito el libro"

P. Centrémonos en tu trabajo como reportera de RTVE Canarias. ¿Cómo te ha cambiado la experiencia de cubrir la erupción de La Palma?

R. Me marcó muchísimo. Me mandaron un fin de semana para hacer una guardia, me aprendí todos los nombres de los volcanes para tener algo que contar en el Canal 24 Horas, porque supuestamente no iba a haber ninguna erupción. El domingo, 19 de septiembre, a las 10:52 hora canaria, sentimos un temblor que hace que se desprendan piedras y bajen por los escarpes del barranco de San Juan. Nos habíamos colocado ahí de casualidad, porque era la colada del volcán que había erupcionado en 1949. Sin saberlo, nos habíamos situado a 900 metros de la primera boca. Yo estaba pendiente de entrar en directo y, de repente, me dice el reportero: "El volcán". Me di la vuelta y vi tres columnas eruptivas de gases.

Lo curioso es que, el otro día, un técnico del Instituto Geológico y Minero de España (IGME), que estaba allí conmigo en la erupción, me dijo: "Paqui, no te quise decir nada, pero los primeros cinco minutos lo pasamos fatal, intentando dilucidar si ese volcán era efusivo o explosivo". Si era explosivo, no escapábamos de allí, porque se lleva todo lo que coge a 20 kilómetros a la redonda, y nosotros estábamos a 900 metros. No lo pensé, solo pensé en que tenía que contarlo a los espectadores. Ese día creí en el destino, nos pusimos ahí de casualidad. A partir de ahí, fueron cuatro meses de turnos de las cuatro de la mañana a las cuatro de la tarde.

P. Está claro que la televisión pública sacó músculo cuando se desató esta situación...

R. Las televisiones públicas, e incluyo a Televisión Canaria, sacaron músculo. La gente hizo muchas horas, se implicó. Sabíamos que teníamos que estar ahí y que esa era la noticia. A mí me cambió la vida. Vi nacer una cordillera delante de mis ojos, no existía cuando empecé a hacer directos.

P. Por cierto, ¿qué pasó con Vulcano, el perrito que os acompañó en esas conexiones en directo tan complicadas?

R. Se ponía todos los días a mis pies en los directos y de repente desapareció. Me dijeron que se lo había llevado la dueña, pero los vecinos aseguraban que no tenía dueña, sino solo a una señora que le daba de comer. Desde que salió en prensa, igual por miedo a que se lo quitaran, puede que se lo llevase. Vulcano no volvió a aparecer por allí. El tío aguantaba estoicamente como nosotros, en cada directo.

P. Cerráis vuestra publicación diciendo que, cada vez que se cambia de Gobierno, es como si los profesionales de RTVE volviesen "a la casilla de salida". ¿Te has sentido así alguna vez? ¿Has pensado en abandonar el barco?

R. Sentimos que estamos en la Restauración de Cánovas y Sagasta, hay dos lobbies y se turnan para gobernar. En medio, queda gran parte de la plantilla. Al final, ese juego se mantiene porque les sale rentable a unos y a otros. Cuando hablamos de profesionalizar, hablamos de eso.

No he pensado nunca en irme, creo absolutamente en el trabajo que hacen las teles públicas. Yolanda y yo no ganamos nada escribiendo este libro, en todo caso, nos puede hasta perjudicar por decir cosas que pueden resultar incómodas. Si quisiéramos medrar en esta empresa, no habríamos escrito este libro. Lo hacemos porque creemos que los grupos parlamentarios y las instituciones del Estado nunca han estado a la altura de RTVE.