Ana Rosa hace autocrítica y explica por qué no fue tan incisiva con Ortega Cano

Ana Rosa Quintana regresó este lunes, 10 de octubre, a Telecinco tras once meses apartada de los focos para luchar contra un cáncer de mamá, y lo hizo con varias exclusivas bajo el brazo. Una de las más llamativas, la entrevista en plató con Ortega Cano, rompiendo su silencio tras meses en la picota por el relato de Rocío Carrasco contra él en 'En el nombre de Rocío', pero también por su supuesta separación sentimental de Ana María Aldón.

El extorero tenía muchos frentes abiertos en su esperada reaparición mediática, y lidió como pudo con algunos de ellos. El más importante, por las acusaciones vertidas contra él por la hija de Rocío Carrasco, lo ventiló de un plumazo al leer un duro comunicado en el que anunciaba que emprendería acciones legales contra lo que considera "difamaciones" sobre su persona. Además, acusaba a Rocío de tener "maldad, odio y vileza".

Poco más se pronunciaba sobre este asunto, pese a que durante los últimos días desde 'Sálvame' se instaba a que diese una réplica más contundente sobre la acusación de "no dar buen trato" a Rocío Jurado. Ana Rosa no le interpelaba directamente sobre esta cuestión, ni sobre muchas otras igual de polémicas, motivo por el cual surgieron varias voces en contra de la entrevista.

Es por esto que Quintana quiso hacer un pequeño inciso en 'El programa de AR' este martes, 11 de octubre, explicando a los espectadores el por qué de esta decisión personal: "Él traía su escrito y la gente puede decir lo que quiera, pero sinceramente, yo no quería ahondar más en el tema. Era un día muy especial para este programa y para mí y me apetecían, fundamentalmente, cosas positivas y no conflictos", comenzó poniendo sobre la mesa, sincera.

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La presentadora era consciente de que podría haber sido más incisiva en determinados asuntos, pero prefirió apostar por una charla mucho más amable en un día tan importante y esperado para ella: "No quise ir más allá. No sé si él quería, pero no le dejé", sentenció con rotundidad, despejando así cualquier posible duda sobre preguntas o temas pactados o directamente vetados.

Y es que para la comunicadora no era un día cualquiera. Tras once meses apartada de la televisión, de su rutina, de su profesión y de su día a día, tomaba las riendas "supernerviosa", como ella misma le reconocía a Joaquín Prat en el arranque del magacín matinal. "Me costó dormir los días previos. Había muchas emociones, era muy difícil de gestionar", subrayaba ahora Ana Rosa, haciendo más entendible el hecho de que optase por una entrevista más cómoda, aunque ello fuera en detrimento de generar grandes titulares.