"No me gusta nada": una viuda de 85 años huye despavorida de su cita en 'First Dates'

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Fuencis acudió este lunes a 'First Dates' feliz y con la ilusión de encontrar a un señor educado, que sepa estar y que comparta su pasión por el pasodoble y los boleros. De momento, tan solo buscaba conocer a un hombre, luego "Dios dirá". Lleva sola desde que enviudó, por lo que no tiene intención alguna de meter a otro hombre en su casa: "Vivo muy a gusto como estoy".

El programa le organizó una cita con José María, un jubilado de 90 años que acudió al restaurante cargado de energía. "Me tiene que poner la canción 'Mi Huelva tiene una ría', para bailar un pasodoble", le dijo a Carlos Sobera nada más aparecer. El presentador le dijo que lo harían porque precisamente a su cita le encanta bailar.

Pero antes de conocer a Fuencis, el soltero no tuvo otra ocurrencia que confesarle a Sobera sus trucos para triunfar en la cama. "Tengo un sistema en la cama con las mujeres para darles cariño y me da la vida. En invierno, sin bragas ni calzoncillos y la pierna echada por encima. Y en verano, desnudos los dos. Sin exagerarte, estaba echando tres pol*** cada día porque el roce hace el cariño y la unión". El presentador alucinó con las artes amatorias y sexuales del soltero: "¿Qué me estás diciendo? Me he quedado helado".

Sin embargo, nada más verlo entrar por la puerta, Fuencis empezó a fruncir el ceño y a indicarle a Matías Roure, el barman, que ese señor no encajaba con ella. "No me gusta nada. No es mi tipo".

Tras la presentación inicial, el soltero atosigó a Fuencis con una batería de preguntas y lo cierto es que ella no se lo tomó muy bien, sobre todo, cuando le preguntó por su edad. Completamente perpleja, le respondió que ella la edad no la decía nunca. José María, en cambio, no entendió la actitud de su cita y le confesó que él tenía 90 años.

Fue escuchar su edad y la cara de Fuencis cambió de un segundo a otro. Descompuesta, nerviosa e incluso con temblores, la mujer desveló que quería irse del programa: "Creo que me voy a ir". Su cita intentó convencerla, diciéndole que era un hombre muy cariñoso, que había trabajado de camionero, pero no sirvió de nada. La cara de Fuencis era un poema.

Sin saber donde meterse, le pidió a Carlos Sobera que se acercara, y con mucha educación, le pidió que anulasen la cena. "No me gusta nada. ¿Podemos cancelarlo, por favor?", le preguntó. El presentador no quiso retener a la mujer. Bastaba con verle la cara para saber el mal trago que estaba sufriendo.

"Es distinto a lo que yo estoy acostumbrada", confesó Fuencis en privado. "Mi marido era más señor, más elegante en su forma de vestir. Yo a este le he visto un poco dejadillo".

Así las cosas, el presentador anuló la cita y acompañó a Fuencis a la puerta del restaurante. "He preferido irme y no cenar con él para que no se ilusionara. No quería dejarlo luego plantado". José María, que en todo momento se mostró atento con ella, reconoció que la mujer tampoco era su tipo y que no iban a hacer buena pareja, pero no hubiese tenido ningún problema en que cenasen juntos. Tras este plantón, el jubilado onubense se recompuso rápidamente, tanto que se acercó a la barra del restaurante con una pregunta: "¿Hay otra?".

"Otra cita, sí, pero ahora no", le tuvo que aclarar Sobera. "Tendrás que regresar en otro programa". El hombre aceptó la invitación y se comprometió a regresar otro día. "Estoy buscando una compañera, una novia cariñosa, para todo, que sea como yo. Lo que quiero es compartir con ella lo que me quede de vida".