Dinamita su cita de 'First Dates' con un gran arranque de sinceridad (y hasta una cobra)

"Soy muy bohemio, me gusta la vida contemplativa, disfrutar de la naturaleza. Si me tengo que tirar un día entero sin hablar con nadie, lo hago". Así se describía nada más entrar por la puerta del restaurante de 'First Dates' Fran, un chico de Granada que salta a la vista que se toma las cosas con tranquilidad. El 'dating show' presentado por Carlos Sobera hizo que conociese a Alejandro, con quien, en principio, no tenía demasiado en común.

"Para ligar no tengo ningún tipo de problema, pero sí que es verdad que a veces me siento como un muñeco o un objeto sexual. Al final solo se fijan en mí por la apariencia y no por lo que tengo dentro, que es más bonito que lo de fuera", comentó el andaluz, que al parecer no tiene muchos problemas de autoestima: "Sí me dicen que soy un poco flipado. Si vivir, cumplir tus fantasías y sentirse seguro con la vida es de flipado, pues bienvenido sea".

El hastío de Fran en 'First Dates': "Ha sido una cita como aburrida"

Un poco más activo era el otro concursante, un cubano de 26 años, que confesó que le gustaba cuidarse: "Me encanta el 'ligoteo' en la playa, ponerme el bañador y marcar cuerpazo". "Solo resaltaría de él los labios. El tupé y eso no me atrae nada. No me gustan los 'pijitos'", reconoció fuera del 'set' Fran, que incluso definió a su cita como "muy de Sevilla" por su atuendo.

Ya durante la velada, ambos participantes del programa de Cuatro descubrieron que habían vivido su sexualidad de forma distinta. "Yo no siempre fui gay, estuve con chicas. Siempre me faltaba algo, pero no estaba claro lo que era. Luego vi que eran los chicos cuando lo probé", relató Alejandro. El dependiente, por su parte, lo tuvo cristalino desde siempre: "Yo salí del armario a los 14. Lo publiqué en Tuenti [...] Jugaba con muñecas y me atraían los chicos".

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N. Costas

La cena no iba a dar más de sí, así que el equipo intentó que la posible futura pareja pasase a la acción. Para ello, le propuso el juego de sacar órdenes de una bola de plástico, planteando a los jóvenes darse un "beso húmedo". Sus caras lo dijeron todo. "Mejor no, ¿no?", preguntó Fran, que más tarde calificó la cita de "aburrida" a pesar de los esfuerzos de su compañero por hacerle reír. "Me lo podría tirar y ya está", fue lo máximo que tuvo que decir el chico de 27 años sobre Alejandro, antes de rechazar la posibilidad de una segunda quedada.