Bochorno en 'Sálvame': el director, a gritos, amenaza a los colaboradores

'Sálvame' continúa cada tarde entreteniendo a los espectadores de Telecinco con diversas historias, polémicas, dramas y personajes. El show de la televisión más irreverente, que muestra casi cada día las espantadas de sus rostros y muchas de las cosas que suceden detrás de cámara, ha enseñado hoy una de sus caras más bochornosas.

Descontrol en plató

Desde hace ya un tiempo, David Valldeperas retomó la dirección del espacio que produce La Fábrica de la Tele para Mediaset España (tras un breve tiempo en manos de los dueños de la productora ante la crisis de audiencia) y con él volvieron sus ya famosos gritos y órdenes con modos cuestionables. Este jueves, 7 de julio, la cosa se ha descontrolado y ha explotado en directo contra los tertulianos.

Manuel Zamorano, triunfador de la tercera gala del 'Sálvame Mediafest', ha acudido a la versión diaria para contar aspectos de su vida privada. Tras ganar esta entrega especial 'Drag queen', el peluquero ha querido compartir con la audiencia la dura vida que ha tenido por tan solo ser él mismo.

En presencia de Marta López, Miguel Frigenti, Laura Fa, Rafa Mora, Carmen Borrego y Kiko Hernández, este 'Deluxe' improvisado con Terelu Campos y Adela González como presentadoras, la entrevista se estaba convirtiendo en un debate con todos opinando y queriendo hablar a la vez.

La amenaza de Valldeperas

Tras varias advertencias de Adela y Terelu, Valldeperas no ha podido más y se ha puesto a gritar a los trabajadores. El directo ha llegado a amenazarles con dejarles sin palabra si no respetaban las normas impuestas: "O dejáis hablar a Manolo o dejo solo a las presentadoras".

"Está aquí para escucharle. Escucharle. Habla él. Pregunta y respuesta. Tiene una historia humana buenísima", son las palabras exactas que se podían escuchar desde casa dado el alto nivel vocal empleado. Los colaboradores se quedaban blancos, exactamente igual que todos los presentes en el plató. Finalmente, el ambiente se ha relajado y el invitado ha podido narrar su vida sin tantas interrupciones.