Se lleva las manos a la cabeza al ver a su cita en 'First Dates': "Me dejó plantada tras tener sexo"

Cuando María se apuntó al casting de 'First Dates' sabía que cualquier cosa podía pasar, pero con lo que a buen seguro no contaba es con que el programa le organizase una cita con alguien de su pasado que le había hecho bastante daño. La joven llegaba al restaurante con la intención de encontrar a un "pesado" que estuviese muy encima de ella con el fin de tener una historia de amor "romántico", y se daba de bruces con quien la dejó plantada después de una noche de pasión.

"Nos conocemos", soltaba María nada más ver entrar por la puerta a Marcos, llevándose las manos a la cabeza. La reacción de él no era menos llamativa: "¿Esto es verdad o es una cámara oculta?", preguntaba al aire. Carlos Sobera, ciertamente descolocado, les preguntaba en un par de ocasiones de qué se conocían, pero ambos tiraban balones fuera.

"¿Qué haces aquí? ¿De fiesta o buscando el amor? ¡Qué fuerte, tía!", le cuestionaba él, sorprendido por encontrarse con alguien a quien ya conocía. "¡No habrá hombres! Esto es el destino, no habrá hombres que tiene que venir él", exclamaba la soltera, sin dar crédito a la situación, viéndose obligada a rememorar un episodio que parecía no tener del todo superado.

Así lo ponía de manifiesto María frente al equipo del 'dating show': "No me olvidaré nunca de esa noche loca, porque los dominicanos son los dominicanos, no son como los españoles. El meneo de cintura no es el mismo. A la mañana siguiente, cuando me levanté, me dejó en mi casa y me dijo que me llamaba. Nunca lo hizo, me dejó tirada perdida", destapaba la comensal.

La reacción de él era bien diferente a la suya: "Es un pibón, es guapísima, a la vista está, y sí quedan cosas pendientes", afirmaba a cámara, lo que hacía presagiar una interesante velada entre ambos.

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De vuelta en la barra del bar, el presentador trataba de tirarles un poco de la lengua: "Habrá que estar a la altura del destino, chicos. Si le dices que se ponga las pilas, tuvisteis una noche loca y no repetisteis, es que algo falló". Era ella la primera en replicar, asegurando que Marcos es un golfo, con él poniendo la pelota en su tejado: "Porque me daba miedo, no ves la caña que me mete ya y aún no hemos empezado todavía".

"Él era muy golfo, y yo con los golfos no puedo", sentenciaba la joven, que aún así pasaba a resolver "sus cuentas pendientes" con el soltero a lo largo de una velada en la que tuvieron tiempo para todo. Y es que desde el inicio estuvieron dispuestos a desatar nudos, con ella afeándole que fuese un "flipado que se había pegado cuatro ciclos y se pensaba que era Dios".

Marcos no se lo negaba, haciendo autocrítica: "Era un chulo y me comía el mundo, pero el mundo me acabó comiendo a mí". Y es que, como él mismo le confesaba, la pandemia y la muerte de su padre le llevaron a tocar fondo, cayendo en una depresión. Es por esto que ahora es una persona nueva, por lo que le gustaría que le diese una segunda oportunidad.

María no las tenía todas consigo, pero la conversación fluía tan bien y existía tanta química entre ambos que finalmente se dejaba llevar hasta el punto de besarse. "Me tendría que demostrar mucho para poder confiar en él", llegaba afirmar antes de 'La decisión final', pero aún así apostaba por su cambio y le concedía una segunda cita, que en su caso sería ya la tercera. Él apostaba todo también: "Podemos acabar como el rosario de la Aurora o casándonos", un riesgo que estaba dispuesto a tomar porque la joven le gustaba mucho. Así, superado el obstáculo inicial, se iban juntos de la mano con la esperanza de un futuro junto: "Es la chica que estaba buscando".