El director de 'Sálvame' hace llorar a Lydia Lozano tras una falta de respeto

El funeral de Jesús Mariñas ha sido este martes, 14 de junio, el centro de la polémica en 'Sálvame'. El magacín recogía en un bonito vídeo las palabras de numerosos compañeros en su adiós al veterano periodista. Entre ellos, varios rostros del magacín de Telecinco, entre ellos Lydia Lozano. La colaboradora no dudaba en poner en valor todo lo que el gallego le había enseñado, su gran maestro en televisión, unas preciosas palabras que quedaban empañadas por el comentario que previamente había realizado en plató: "¡Qué pereza!".

Kiko Hernández era quien hacía saltar la liebre al filo de las cinco de la tarde, destacando lo mucho que le habían sorprendido las palabras de cariño de Lydia, en contraste con lo que dijo horas antes del funeral: "Me ha gustado mucho lo que ha dicho, ha sido muy bonito, pero pensaba que ella no iba a ir. Me ha sorprendido escucharlo porque antes no la habéis nombrado entre las asistentes, lo que me cuadraba tras decir '¡qué pereza ir ahora al funeral!' cuando terminó ayer el programa".

Lozano trataba de defenderse argumentando que lo había dicho por el calor que hacía en Madrid, con casi 40 grados, y tras toda la jornada de trabajo. Sin embargo, su argumento no convencía al polemista, que seguía echándole en cara ese feo gesto con un amigo. Ella no podía hacer otra cosa que romper a llorar, derrumbándose: "Nunca apetece ir a un funeral, no apetece ir a despedirse de un amigo. ¡Qué sucio, de verdad, qué manera de ensuciar! Si es que solo quieres echar mierda".

"No confundas al público, a nadie le apetece tener que despedirse de un amigo, pero eso es lo que hay que hacer, arropar a su familia y seres queridos. No se dice 'qué pereza' ir a un funeral de un amigo", le espetaba él. Lydia explotaba definitivamente: "Cada día que pasa aquí os veo más alejados, en lugar de estar más unidos. ¡Lo sacáis todo aquí como si yo fuera una mierda! ¿Es necesario contar eso?", repetía una y otra vez.

"Llevamos haciendo esto 13 años, ahora no vengas a reinventar 'Sálvame'. Tú has dicho eso, no me he inventado nada. Es algo que tú le has hecho al director y a mí me choca ahora verte diciendo en el vídeo lo bien que estás en el funeral. Eso es falsedad, solo te pido un ejercicio de empatía con Mariñas y, sobre todo, su pareja", replicaba entonces Hernández.

Lydia Lozano ya no podía más y, tras discutir a voz en grito con su compañero, terminaba marchándose del plató a lágrimas viva. Kiko iba detrás, con el fin de destensar la situación y hacerle ver que se trataba todo de un juego para animar el programa. Ella no entraba en razón, saliendo fuera delas instalaciones de Mediaset. La cámara les perseguía, pero poco podía captar más allá del mosqueo de la colaboradora.

Minutos después, con los ánimos más calmados, ambos regresaban al plató. Al pasar por la parte de la dirección del programa, David Valldeperas la llamaba al orden con un gesto para que se situase a su lado. Ella, en lugar de obedecer, se revolvía: "¿Aquí? ¿Me estás diciendo aquí? ¡Siéntate Bunny, que ahora te doy de comer, siéntate!", le decía ella, poniendo voces como si le estuviese hablando a un perro.

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Á. R

Al director no le sentaba nada bien esta mofa y se ponía serio: "¿Quieres que te hable como a un perro?". "No", respondía muy seca Lozano. "¿Estamos trabajando o no estamos trabajando?", le abroncaba Valldeperas. "Sí", continuaba la periodista, con monosílabos que dejaban a las claras la tensión del momento. "Vale, pues ya está, vuelve a tu sitio", le pedía entonces el director.

Así lo hacía ella, no sin antes disculparse con su jefe por las malas formas: "Lo siento, de verdad, perdóname". Ya en su asiento, Lydia volvía a derrumbarse, esta vez por el encontronazo con su director: "Lloro por lo de David. Quería hacer un poco de broma para reírme, pero se lo ha tomado a mal. Necesitaba vacilar, nada más, y no me ha entendido. Él es el director y creo que no me ha entendido, por eso estoy ahora así". "Te está diciendo que ya está, que no pasa nada, que te recompongas para continuar hablando de otros temas", le decía entonces Adela González, por boca de Valldeperas. Kiko Hernández aprovechaba entonces para disculparse con ella y sellar la paz con un bonito beso y abrazo, enterrando así el hacha de guerra.