Corte en la muñeca y un mareo: siguen los sustos en las pruebas de 'El Desafío'

"¡Es agotador!", terminó diciendo Lorena Castell al término de la nueva prueba que han tenido que afrontar, tanto ella como El Monaguillo, en 'El Desafío'. Ambos tenían que romper literalmente todo el mobiliario de dos habitaciones para después meterlo en unos contenedores en un tiempo determinado.

Los dos concursantes se han tenido que batir en duelo por conseguir el mayor número de residuos, o, al menos, el que más kilos de peso consiguieran anotar. Tanto Lorena como El Monaguillo se han puesto a romper con una gran mazo sillas, mesas, cómodas y demás muebles que se iban encontrando. Para ello tenían dos minutos de tiempo en esta primera parte, y al final, en 20 segundos, recoger el máximo escombro en los contenedores.

El Monaguillo, sofocado: "¡Perdón! Es que me ahogo. ¡De verdad!"

Ya lo alertó el experto que los ha guiado desde los ensayos, y que por supuesto ha estado a su lado durante toda la prueba: "El riesgo es dar mal y que se hagan daño. Tienen que saber dar, porque se pueden hacer mucho daño". Una advertencia que tuvo su importancia, ya que, tanto ella como él, cobraron las consecuencias de la rapidez por querer romper todo lo que podían.

El primer fue El Monaguillo, y segundos antes de terminar su tiempo, tuvo que salirse de la zona de pruebas totalmente sofocado. "¡Perdón! Es que me ahogo. ¡De verdad!", atinaba a decir, mientras abría la boca todo lo que podía para coger algo de aire. Su compañera quiso cogerlo para aliviarlo, pero la quitó de encima del agobio que estaba viviendo en ese momento.

"¡Ay! Que me ahogaba", logró decir momentos después, cuando se recompuso algo más del mal rato por querer aligerar todo lo posible y ganar la prueba. Ella también sufrió las consecuencias de las prisas, aunque en la parte final del reto, cuando se esmeraba en recoger todo el destrozo y meterlo en el contenedor para sumar kilos.

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Á. Roldán

"Me he rajado. Me he hecho un arañazo", se quejaba la concursante, mientras enseñaba a cámara la herida menor que se había hecho en una de sus muñecas mientras acarreaba escombro de maderas rotas. "Ahora los compañeros que acudan, evidentemente. No es ninguna broma del riesgo que podría pasar", remató Roberto Leal.