Alessandro Lequio aprieta a Marta Riesco y acaba confesando la mentira que dijo a Sonsoles Ónega

Marta Riesco sigue siendo uno de los personajes de moda en Mediaset España. Y como no podía ser de otra manera, la reportera de 'El programa de Ana Rosa' y colaboradora de Sonsoles Ónega en 'Ya son las ocho', está celebrando hoy, martes 5 de abril, su cumpleaños por todo lo alto, tanto dentro como fuera de la pequeña pantalla.

A cuestas con su verdadera edad

La joven ha recibido en la redacción del programa matutino de Telecinco varios regalos de su pareja, Antonio David Flores, hecho que ha servido para que conectara en directo con el 'club social' que lidera Joaquín Prat y gritar a los cuatro vientos lo feliz que está en general y, en particular, lo enamorada que sigue del exmarido de Rocío Carrasco.

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N. Costas

Pero claro, en una fecha tan señalada, el dato de los años que cumple no podía pasar desapercibido. Alessandro Lequio, su nuevo enemigo televisivo, le ha pedido que enseñara el DNI para demostrar si realmente cumplía 35 años, ya que Marta ha jugado con esta cifra a lo largo de los últimos meses para no desvelar los años reales que tiene. Incluso 'Sálvame' ha llevado una supuesta investigación exhaustiva para despejar las dudas. Finalmente, ella se ha mostrado dispuesta a hacerlo, pero al parecer no se puede por la protección de datos.

¿Mentira o lapsus?

Pero con esta cuestión sobre la mesa y en riguroso directo, Riesco se ha visto forzada a tratar la mentira que le dijo a Ónega hace algunas semanas: "Le dije que tenía 32 años y en ese momento tenía 34. Lo dije mal, fue un lapsus que tuve", pero Lequio no la creía y decía, de forma irónica, que claro, que se trataba de un lapsus linguae.

"A ver, imagínate, si me quito edad, me quito bien, no me quito dos tontos años, es una tontería. Lo importante es cumplirlos y hacerlo rodeada de las personas que quieres", añadía la periodista. En ese momento, Cristina Tárrega y otros tertulianos del espacio televisivo sacaban la cara por ella y argumentaban que su edad solo le pertenece a ella. Por lo tanto, que no tenía ni que dar explicaciones ni por qué decirla.

Lequio añadía de fondo que "cada uno tiene la edad que quiere", mientras la ya popular trabajadora de Ana Rosa Quintana no borraba la sonrisa de su boca y sujetaba los globos de su día, en los que por cierto, se veía un 35 bien grande.