Le da calabazas a su némesis política y saltan chispas en 'First Dates': "Has sido falsete"

El programa de Carlos Sobera emparejó este lunes a Susana y Manuel, dos comensales con ideologías extremas que acudieron al programa en busca del amor. La política nunca suele ser un buen tema para romper el hielo entre dos desconocidos, sin embargo, no se cortaron en absoluto a la hora de hablar de su orientación política.

"Yo soy muy abertzale, de extrema izquierda total", confesó el vigués de 46 años antes de empezar a cenar. "Yo de extrema derecha", replicó Susana sin poder creérselo. La comensal, de 47 años, reconoció ser simpatizante de Vox e incluso explicó la relación que mantuvo su familia con el franquismo. "Mi familia siempre ha sido de derechas, muy de extrema derecha, mi abuelo era guardia Real de franco. En mi casa han sido muy franquistas", afirmó orgullosa. "Mi madre y mis tíos han mamado siempre lo del 'Cara al sol' y a mí me ha llamado siempre la atención".

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Lo que su cita no podía esperarse para nada es la fijación que tenía Susana con el líder de Vox. "Yo soy mucho de Abascal... además, tiene un polvo que no se lo quita ni Centella... Está muy bueno". Manuel, por su lado, intentó tomárselo con humor: "¿Sí? Pero ¡qué dices! Jo***, con esas barbas, ¿dónde va?".

Una vez mostradas sus cartas, la pareja decidió dejar de lado la política y buscar otros puntos en los que ambos estuviesen mucho más conectados. Manuel, por su lado, reiteró en varias ocasiones que la diferencia ideológica no iba a ser un obstáculo para conocerse y quién sabe si para algo más. "Entonces, no te importa que sea de Vox, ¿no?", preguntó ella. "A mí me importa una mierda que seas de Vox. Eso es divertido. Daría mucho juego", recalcó él, pensando en una hipotética relación.

Sin embargo, en la decisión final, Manuel se quitó la careta y dio calabazas a Susana. Ella, que fue la primera en hablar, aseguró que la cita entre ambos había ido "más que bien". La complicidad de la pareja fue palpable durante toda la velada, pero para Manuel no fue suficiente.

"Sinceramente, sí me echa un poco para atrás... el rollo Vox. Me echa muchísimo para atrás, muchísimo", desveló, sacando de nuevo a relucir la ideología de cada uno. "Chocamos en muchas cosas... Para mí no sería una pareja viable. Prejuicios en la calle no los tiene nadie, pero en casa sí los iba a haber". La justificación del técnico de orquesta molestó especialmente a Susana, que dijo que sí le hubiese gustado tener una segunda cita, sobre todo, después de que Manuel le asegurase que la política no era un problema. "Has sido un poco falsete... Tienes prejuicios como todos. Ya está, cariño", le espetó ella bastante molesta por este repentino giro de guion.