"¡Te has emocionado!": Sobera, sorprendido por las lágrimas de Matías Roure en 'First Dates'

"La generosidad es una de las formas que adopta el amor para hacernos felices, por eso, si quieres amar, no dudes nunca en dar". Con estas palabras introducía Carlos Sobera la cita entre Pedro y Raquel en 'First Dates', un consejo que tomaría forma de la mano del soltero de 54 años: entraba en el restaurante con un bonito regalo para su cita.

"Soy muy detallista, a mí no me hace falta esperar a una fecha indiada para tener un detalle con mi pareja. No tiene por qué ser un 14 de febrero, puede ser un 20 de mayo tranquilamente y presentarme con un ramo de flores", explicaba en su presentación a cámara, algo que demostraba al traer un obsequio con el que causar una buena impresión a Raquel.

"Es un árbol hecho con hilo de cable, el típico cable de la luz. Hecho a mano por mí", destacaba a Sobera, pero quien sorprendentemente se emocionaba era Matías Roure, el camarero del 'dating show'. Con lágrimas en los ojos, el argentino no dudaba en mostrar su emoción: "Esto lo hacía mi abuela, también con hilo de cobre, y ponía gotitas de cristal que, cuando se secaban, parecían hojas".

En lugar de cristal, Pedro utilizaba abalorios para embellecer sus árboles, una afición que le ayudaba mucho a rebajar el estrés del día a día. "Eso es arte, tal cual", terminaba apostillando Matías, con el presentador dejando patente su sorpresa por el emotivo momento de su compañero: "¡Te has emocionado con tu abuela!".

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Tras ser consolado con un apretón de manos a través de la barra, Raquel hacía su entrada en el programa y no podía hacer otra cosa que agradecer el gesto del soltero con ella: "Ha tenido un detalle precioso conmigo nada más iniciar la cita. Me gusta ese tipo de hombres. Muy bien con él". Aunque la velada arrancaba con buen pie entre ambos, finalmente no terminaba fluyendo, al menos por parte de ella.

En 'La decisión final', Pedro expresaba su deseo de tener una segunda cita, esperanzado en que pudiera surgir una bonita historia de amor. Raquel, en cambio, no tenía la misma opinión, dándole unas respetuosas calabazas.