"No pongamos esa imagen": la dicotomía con la que lucha Iker Jiménez en sus programas

La invasión de Ucrania por parte de las tropas de Putin nos está dejando miles de imágenes. Nunca antes habíamos podido seguir una guerra prácticamente en tiempo real, con todo lo que eso conlleva.

Iker Jiménez quiso este domingo poner el foco en esas dramáticas imágenes que nuestro cerebro se está acostumbrando a ver desde finales de febrero. "El poder de la imagen es algo misterioso, es algo que se infiltra en nosotros. Por eso los medios, los publicistas, los artistas... las empleamos para llamar su atención y de alguna manera para quedarnos dentro de ustedes. Esto tiene una doble corriente que puede ser incluso perniciosa". Según el presentador de 'Cuarto milenio', la sobredosis de ciertas imágenes puede llegar a ser "algo peligroso".

"¿Se puede informar sin dañar el cerebro de las personas de lo que pasa?"

Desde el inicio del conflicto, ha habido una imagen que ha impresionado a Iker: la de una madre ucraniana llorando el cadáver de su bebé: "Yo he pedido a mi equipo que no pongamos esa imagen en mis programas, no por nada, sino porque creo que es tan dramático todo... En un bebé caben todas las guerras del mundo. No puede ser. Eso clama contra la naturaleza humana".

"No es que el resto de seres humanos, según la edad que tengamos, valgamos menos, pero atentar contra un bebé es como que toda la creación entera falla", llegó a afirmar este domingo en el cierre de 'Cuarto milenio'. "Cuando uno ha sido padre lo es de todos los niños del mundo e infiere una herida profunda ese tipo de información. Los periodistas nos encontramos entonces con ese dilema de que tenemos que informar. Ese es el gran debate".

"Esto pasaba también con el terrorismo en España", recordó el presentador. "Sacamos las figuras de las personas desfiguradas, reventadas, o no las sacamos. Si no las sacamos hacemos un bien porque no metemos esa aguja negra en el alma de las personas, pero... al mismo tiempo no estamos dando la dimensión del terrible y real dramatismo de lo que está sucediendo".

A su juicio, esas imágenes no son asépticas o inocuas, sino que "se quedan en alguna parte", en nuestro interior. "Si uno lo que pretende es que usted aflore la lágrima... es otro cantar. Si uno lo que pretende es que llegue un enfrentamiento y que ustedes se queden más tiempo es otro cantar. Si uno lo que pretende es aprender al mismo tiempo que ustedes, comprender lo que sabe y no dejarse llevar por esas motivaciones tan primarias como el llorar o el enfrentarse, entonces se encuentra con estos dilemas".

"La imagen no es inocua y para informar hay que ponerla"

Según destacó Iker, la saturación de imágenes de este tipo puede llevar a anestesiar nuestra mente y nuestra conciencia, aunque como periodista tiene muy clara la importancia y el valor que tiene mostrar lo que ocurre. Una dicotomía complicada a la que se tiene que enfrentar uno.

"No se puede obviar la guerra", subrayó este domingo. "Para saber que hay civiles que están siendo ametrallados hay que ver, pero... ¿Cuánto? ¿De qué forma? Depende de cómo se planteen esas imágenes no son más que circuitos oscuros metiéndose en el cerebro de ustedes. Lo que yo intento hacer tiene una forma de proceder y es que ustedes se enteren hasta de lo que no se puede contar".

"Me estoy encontrando con muchas dificultades", aseguró Jiménez en Cuatro antes de despedirse, "pero sortearemos esas dificultades como podamos, porque no queremos llenarles el cerebro de oscuridad y de cosas malas".