"¿Dónde está la puerta?": una confesión sexual espanta a su cita en 'First Dates'

Lo de Marta y César en 'First Dates' no fue amor a primera vista, ni mucho menos. El joven llegaba al restaurante de Cuatro con la intención de conocer a una chica con la que dejar atrás su virginidad, pero lo cierto es que esa persona no sería Marta. Aunque a él le entraba por los ojos la soltera, la primera impresión no fue recíproca, lo que no impidió que aun así decidieran conocerse a lo largo de la velada... hasta que una confesión sexual hacía saltar la cita por los aires.

Los dos trataron de conocerse hablando de diferentes asuntos, e incluso no le dolieron prendas a la hora de abordar el terreno sexual. Marta, como en este momento no tiene pareja, no dudó en alabar las bondades del satisfayer, hasta el punto de que el soltero sintió curiosidad por probar el masculino. Y ya que estaban en harina, los jóvenes entraron al juego de los rascas del programa, donde les proponían hablar de prácticas sexuales que les excitaran.

Ella fue la primera en mojarse, asegurando que le gusta provocar en público: "Esos juegos me gustan, provocar así un poco al otro cuando hay gente delante". La idea no le desagradaba, en absoluto, a César: "Creo que el tema de hacer cositas en público puede tener su punto", reconocía a cámara, mostrándose además picarón con ella en la mesa.

Después le tocó el turno a él, que no se cortaba tampoco a la hora de reconocer que le gusta el tema de los disfraces: "Para eso soy un poco degenerado. Me gusta el tema de los cosplay". Su cita no tenía ni idea del asunto, por lo que César se lo explicaba: "Se llama así cuando las chicas se disfrazan de personajes de videojuegos, películas o series. A mí me pones eso delante y me pongo malo". "¿Dónde está la puerta? Necesito salir corriendo", comentaba acto seguido a cámara Marta, sin saber muy bien dónde meterse, extrañada por el curioso gusto del joven.

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Pese a este traspié, los dos accedían a terminar la velada en el reservado del 'dating show', donde otro juego volvía a distanciarles todavía más: a ella le tocaba besarle en el cuello, cosa que accedía a hacer, pero segundos después se cerraba en banda a que César le diera un beso. Esto debiera haber sido una pista más que suficiente de que no quería tener una segunda cita, pero aún así él optaba por tenderle la mano en 'La decisión final'.

Como cabía esperar, Marta concluía la entrega dándole calabazas, aunque de la forma más educada posible: "César me ha parecido una persona muy agradable, es muy majo, pero no creo que pueda pasar más allá de una amistad entre nosotros".