El ataque de risa sin control de Carlos Sobera en pleno directo de la gala de 'Secret Story'

A la organización de 'Secret Story 2' se le ha ocurrido la idea de meterle algo de emoción a las primeras nominaciones de la edición. Los concursantes han tenido que ir desfilando por el cubo para emitir sus votos en presencia de un loro, motivo por el cual Carlos Sobera no ha podido dejar de reír por lo que le ha ocurrido a Álvaro.

El primero que ha estrenado la ceremonia de nominaciones de la edición con anónimos ha sido precisamente el último participante en entrar a la casa de Guadalix de la Sierra bajo la careta de búho y un huevo (de la discordia). El joven se ha quedado impactado y casi sin saber hablar cuando se ha topado con el exótico animal posado detrás del sillón del antes llamado confesionario.

El loro les regalará seis puntos extra en las nominaciones si consiguen que hable

Lo primero que hizo el presentador fue intentar explicarle la función del loro, y, efectivamente, se quedó en un breve intento, ya que un movimiento del animal hizo pegar un respingo a Álvaro que provocó una carcajada incontrolada de Sobera.

Tras repetirle que él era el concursante que arrancaba con las nominaciones, Carlos se preparaba para decirle que contaba con un tiempo determinado para lanzar sus 3, 2 y 1 puntos a sus compañeros, cuando el loro volvía a interrumpir, o, más bien, otro bote del jugador. "¡Comienzan las primeras nominaciones de 'Secret Story'!", dijo finalmente el comunicador sin poder contener la risa.

Las lágrimas de Carlos Sobera llegaron segundos más tarde cuando no pudo seguir mirando la cara de asustado de Álvaro y los movimientos del animal. "El loro va a tener un papel superimportante...", se proponía contarle cuando tuvo que volver a cortar con otro ataque de risa. "¡No puedo!", repetía sin apenas poder hablar.

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Tras numerosas interrupciones en las que el presentador tuvo hasta que taparse la cara de la incontinencia de sus carcajadas mientras hablaba con el concursante, por fin consiguió darle permiso a Álvaro para que emitiera sus votos, y, por supuesto, para intentar que el loro hablase en lo que le quedara de tiempo para tener de regalo seis puntos extra.