Inesperada reacción ante las calabazas de su cita en 'First Dates': "Te dije que te mataba"

Natalia llegó al restaurante de 'First Dates Café' definiéndose como "intensa, apasionada, romántica y un poco tóxica", una presentación que no dejó indiferente a Jesús Vázquez, atrapado por la arrolladora personalidad de la joven. Jefferson, por su parte, explicaba que es "romántico, cariñoso y a veces un poco raro, pero eso es parte de la vida".

Con las cartas sobre la mesa, la primera impresión entre ambos fue muy buena. Los dos se mostraban muy satisfechos en sus respectivos confesionarios, dejando claro que físicamente se habían gustado. Ella incluso afirmaba que era "uno de los chicos más guapos y con más 'flow' que ha visto en el programa". A partir de ahí fue surgiendo una conexión fruto de los gustos comunes, tanto que incluso la soltera se arrancaba a cantar y bailar un poco, ya que es artista.

El arrebato de Natalia gustaba, y mucho, a Jefferson, pero aun así parecía no tenerlas todas consigo respecto a cómo saldrían del programa. El joven aprovechaba una pausa para ir al baño para sincerarse con una amiga, donde dejaba entrever que albergaba muchas dudas porque ella, a diferencia de él, no tenía ningún hijo.

Tras la segunda parte de la cita llegaba el esperado momento de 'La decisión final'. Natalia era la primera en sincerarse, poniendo de manifiesto sus ganas de seguir conociendo al comensal: "Yo si tendría una segunda cita con Jefferson porque me gustaría ver cómo de bien nos podemos llevar fuera, además tenemos muchas cosas en común".

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Á. Roldán

Él, en cambio, no pensaba lo mismo: "Con ella me ha gustado el tema de esa voluntad que ha tenido de cantarme que me ha gustado mucho la verdad, todo, pero no tendría otra cita. Ha habido algunos percances que no me han molado mucho", reconocía Jefferson.

Natalia no contaba, en absoluto, con esta salida del joven, a juzgar por su reacción: "¿Pero y cómo así? Yo te dije que te iba a matar si salías por esa puerta después de haberme dicho que no", le espetaba con sorna. Jefferson trataba entonces de restarle hierro a sus calabazas, asegurando que, al menos, se lo habían pasado muy bien en la velada juntos. Estas palabras contentaban un poco más a Natalia, que se despedía de él con una sonrisa tras chocar los puños, aunque no cambiaba nada entre ellos, ya que cada uno terminaba marchándose por su lado.