'Una Navidad con Samantha Hudson': una fantasía 'trash' contra el odio

¿Qué ocurre cuando la cultura 'underground' escapa de los márgenes y se vuelve 'mainstream'? Es el dilema de fondo que nos plantea 'Una Navidad con Samantha Hudson', el rompedor programa musical que estrenó Atresplayer Premium este domingo, 19 de diciembre. Una de las artistas más irreverentes del momento, Samantha Hudson (León, 1999), ejerce como maestra de ceremonias en este especial navideño que, bajo un estudiado halo de frivolidad, aprovecha para reflexionar sobre la fama, mandar un mensaje de apoyo a la comunidad LGTBIQ+ y lanzar pullas a diestro y siniestro —Ayuso y Almeida incluidos—.

La joven de 23 años interpreta a una versión endiosada y pasada de rosca de sí misma, una diva que ha perdido la conexión con la realidad a la que ya solo aguanta Chelo (Anabel Alonso), su abnegada representante, cuyo nombre no parece estar elegido al azar. Samantha ha perdido la conciencia de clase al convertirse en una estrella mediática, pero la realidad es que se siente triste y sola. Es la forma que ha encontrado la artista de ironizar sobre las críticas de sus detractores, que la acusan de haberse dejado corromper por el perverso sistema capitalista tras concursar en la última edición de 'MasterChef Celebrity'; presentar su propio pódcast para Netflix, '¿Sigues ahí?', o colaborar habitualmente en programas como 'Vodafone Yu' (Europa FM) o 'Gen Playz' (RTVE).

Producido por SUMA Content, la productora de Javier Calvo y Javier Ambrossi, y con Alejandro Marín (director de 'Maricón perdido') al mando, el propósito del programa es poner en valor la cultura del transformismo, que vive uno de sus momentos más dulces tras la popularidad del concurso 'Drag Race España', también en Atresplayer Premium, aunque durante décadas tuvo que sobrevivir en reducidos círculos e incluso en las sombras. ¿No es el momento de que el movimiento 'drag' conquiste la cultura popular y utilice los mecanismos del sistema a su favor?

Para esta aventura, Samantha ha reclutado a varias de las 'drag queens' más conocidas de la escena madrileña, como Supremme de Luxe, La Prohibida, Pupi Poisson, Kika Lorace, Arantxa Castilla la Mancha, Gad Yola o Psicosis González, así como a rostros icónicos de la llamada cultura 'trash' como Yurena, Paco Clavel o Manuela Trasobares. No son los únicos rostros populares que han querido sumarse a esta particular fiesta navideña. La ya mencionada Anabel Alonso, Arturo Valls, Amaia Romero, Carlos González, Pepe Viyuela, Susanna Griso, Victoria Martín y Jordi Cruz son algunos de los famosos que se pasean por el especial, con mayor o menor protagonismo.

La provocación como religión

La figura de Samantha Hudson ha estado vinculada con la polémica desde su primera aparición. Fue hace ocho años cuando la artista revolucionó internet con 'Maricón', un 'single amateur' que grabó para un trabajo de clase y terminó haciéndose viral en las redes sociales. El tema, con rimas como "Soy maricón, pero también soy cristiano / Ellos no me aceptan porque fo*** por el ano", causó un gran revuelo en los sectores más conservadores de la sociedad. La organización Hazte Oír lideró una recogida de firmas para que el Defensor del Menor expedientase a Samantha y a la tutora encargada del trabajo, algo que finalmente consiguió tras recabar más de 27.000 firmas.

Con el paso de los años, Samantha se ha ido convirtiendo en todo un icono dentro del colectivo LGTBIQ+ gracias a sus afilados discursos y su compromiso político. Pero no solo recibe aplausos: algunas de sus declaraciones o sus provocativas 'performances' en los eventos a los que acude le han hecho ganarse el desprecio de muchos, a derechas y a izquierdas. Por un lado, desde la ultraderecha se burlan de su identidad de género y de su carácter provocativo, mientras que desde ciertos sectores de la izquierda la acusan de servir a los intereses económicos de las grandes élites. Por otro lado, está la facción transexcluyente del activismo feminista, que también ha encontrado en Samantha una diana perfecta en la que volcar su odio hacia las personas trans y no binarias.

Volver a los márgenes para seguir viva

A través de canciones como 'Por España', 'Perra' o 'Chicote' —recogidas en su último LP, 'Liquidación total'— o grandes éxitos de su carrera como 'Burguesa arruinada', la polifacética artista nos regala divertidas actuaciones que recogen la esencia de grupos como Ladilla Rusa u Ojete Calor, que también apuestan por el humor absurdo en sus letras para ironizar sobre la sociedad. Y es que, como han hecho siempre todos los que se ven obligados a vivir en los márgenes, Samantha utiliza el rechazo para transformarlo en comedia.

¿Es necesaria la presencia en televisión de una figura tan abiertamente ordinaria? En un contexto en el que los mensajes de odio campan a sus anchas en las redes sociales y han aumentado las agresiones homófobas, cualquier forma de activismo puede ser válida para despertar conciencias. Al fin y al cabo, el humor siempre ha sido el mejor vehículo para retratar la realidad y Samantha lo explota con ingenio y mucha soltura.

Precisamente, la crítica a la clase política está muy presente en 'Una Navidad con Samantha Hudson'. A través del personaje de la cómica Victoria Martín —reciente ganadora del Premio Ondas por su pódcast 'Estirando el chicle'—, el guion parodia a la presidenta del Partido Popular, Isabel Díaz Ayuso, e incluso se atreve a parafrasear las declaraciones de José Luis Martínez-Almeida, el alcalde de la capital, cuando dijo aquello de "porque seremos fascistas, pero sabemos gobernar".

La ficción nos muestra a un grupo de ultras violentos manifestándose contra el especial que Samantha va a protagonizar en Antena 3 porque pervierte los valores tradicionales de la Navidad. Tal es la presión que la cadena opta por cancelar el programa y Samantha se ve obligada a regresar al 'pub' de Chueca donde empezó a actuar y que ahora desprecia. Las 'drag queens' perdonan el divismo de su vieja amiga y aceptan que vuelva a formar parte de la familia. El sistema te puede utilizar para sus fines, pero también tirarte a la basura, y es ahí cuando entra en juego la red de apoyo de la familia que no se elige, que en el caso de Samantha son sus leales compañeras 'drag'.

El mensaje es claro: aunque los cerrados de mente, los homófobos y los intransigentes logren censurar en algún momento a los que luchan por la libertad, cada vez lo tendrán más difícil. "Cuánto más actuéis, más respuesta obtendréis por nuestra parte". Es uno de los mensajes que vemos sobreimpresionados en pantalla al final del especial. Y es que, como dicta otro de los letreros, "el colectivo LGTBI está en todas partes, cariño, y cuando nos unimos somos imparables".