La confesión que ha dejado en 'shock' a Carlos Sobera en 'First Dates': "¿Me tomas el pelo?"

"Literalmente me identifico con la Verónica Forqué de 'Kika' porque yo soy un poco igual. En plan 'ay, que yo no sabía que iba a maquillar a un muerto, pero lo maquillo. Y es que me enamoro, me enamoro todo el rato'". Así arrancaba este lunes, 8 de noviembre, el paso por 'First Dates' de Kike, un joven de 20 años dispuesto a encontrar a su chico ideal en el restaurante de Cuatro.

El estudiante de Interpretación y Filología Hispánica afirmó "no poder quejarse de sus experiencias en el amor", pues "ha conocido a gente muy guay". "Soy 'Kika' bastantes veces al mes. Voy en el metro y, de repente, me enamoro. Me voy de fiesta, me lío con uno y me enamoro. Y ya estoy una semana enamorado", reconoció el aspirante del 'dating show' de Mediaset España.

"Mi prototipo de chico es el de 'modernito', el de artista. Me gusta que sea yonqui"

Eso sí, Kike dejó claro que no se va con cualquiera y, por esta razón, desveló el curioso filtro que tiene para elegir a sus parejas. Una confesión que dejó sin palabras a Carlos Sobera: "Tiene que ser 'modernito', un artista. A mí me gustan los yonquis. Que esté en un banco, tú lo veas y digas 'me bajo de la vida'. Los macarras, no los buenos. Que tengan la ceja bien cortada, los aros, el chándal. Para mí esa es la gente de bien. No los que van con náuticos y el 'fachaleco'".

El presentador del programa de citas no daba crédito a lo que oía: "A mí me estás tomando el pelo, ¿no?". "No, no te estoy tomando el pelo, Carlos. A mí me gusta lo quinqui, el 'parquineo'". "No tengo nada más que decir, señoría. Voy a por tu cita", zanjó Sobera mientras se disponía a recibir al otro chico. "Yo quiero un 'antifa' que me regale mecheros. Mi madre va a matar", dijo Kike, entre risas, a Matías Roure.

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Nayín Costas

El espacio de entretenimiento dio en el clavo, al parecer. Javier, de 22 años y estudiante de Química, cumplía a la perfección el prototipo del comensal. A pesar de vestir camisa, la primera impresión de Kike fue buena, ya que su compañero llevaba aros en las orejas y tenía un aspecto algo desaliñado. "Se me ha hecho muy corta", explicaba el químico al final de una velada de la que habrá segunda parte.