Jorge Javier destapa su dolorosa conversación con Kiko Rivera tras 'Cantora, la herencia envenenada'

Kiko Rivera dinamitó el pasado viernes su relación con su madre, Isabel Pantoja, con una reveladora entrevista en 'Cantora, la herencia maldita'. El programa pulverizó registros de audiencia gracias a hacer tambalear los cimientos de la prensa del corazón, un éxito que Telecinco tratará de repetir con otro programa especial dedicado a la polémica herencia este viernes, 20 de noviembre.

Durante los últimos días, todos los programas de la cadena se han dedicado a explotar los datos, documentos y declaraciones ofrecidas por Kiko, pero hasta el momento poco se sabía de cómo gestionó el invitado todas sus emociones. Ahora ha sido el propio Jorge Javier Vázquez, presentador del espacio, el que ha querido dar detalles de lo sucedido tras las cámaras a través de su blog en la revista Lecturas.

Lo primero que el conductor de 'Sálvame' deja claro es la pregunta que Rivera le hizo nada más concluir el especial: "¿Crees que me llamará?". Jorge Javier reconoce que no fue capaz de decirle la verdad, que Isabel estará pensando otra vez que el mundo se ha confabulado contra ella para sacar audiencia, para ganar dinero. "Y supongo que creerá que lo que le hizo Kiko el viernes también fue por dinero, pero no", valora.

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N. Costas

Vázquez ve mucho más allá, profundizando en el que considera el verdadero motivo que ha llevado a Kiko a reventar de este modo: "Podría haber cobrado más en una revista, o negociado hasta la extenuación, pero lo hizo por cansancio, por agotamiento, por la necesidad de ser escuchado".

El presentador desvela además que, al verle tan flojo durante las pausas de publicidad en las que solo salía a fumar completamente abatido, se ofreció a ayudarle en todo lo que necesitase, recomendándole además que acudiese a profesionales para sobrellevar este terrible momento: "Los colaboradores le arroparon, y yo lo que le dije fue 'protégete, acude a psicólogos, ármate emocionalmente porque lo más complicado está por llegar". "Quien piense que Kiko Rivera disfrutó destrozando a su madre se equivoca", concluye muy rotundo el filólogo.