Óscar Díaz ('¡Boom!'): "Desde casa, no se percibe la sensación de inminente peligro que se vive en el plató"

Arrancaron su aventura en '¡Boom!' en octubre del año pasado y tras nueve meses Los Dispersos continúan persiguiendo el bote del programa. Este lunes el espacio de Antena 3 pondrá en juego 1.515.000 euros, el tercer bote más alto en la historia del formato en España. Hasta la fecha tan solo en dos ocasiones se ha superado esa cifra, la primera vez con RockCampers (1.935.000) y la segunda con Los Lobos (4.130.000).

"Evidentemente el premio económico no deja de ser un aliciente añadido, pero lo que busco cada vez que aparezco en televisión es pasar un buen rato", asegura Óscar Díaz, traductor de profesión. Lo mejor de esta experiencia es que la está viviendo junto a sus amigos, y es que los miembros de 'Los Dispersos' mantienen desde hace años una estrecha relación de amistad fuera de los platós.

PREGUNTA. Arrancasteis vuestra andadura en '¡Boom!' hace ya nueve meses. Pasado este tiempo, ¿qué sensaciones tenéis?

RESPUESTA. Nos encontramos muy a gusto y muy 'empastados'. Al margen de funcionar bien como equipo, lo bueno que tenemos es que somos amigos desde hace más de 11 años. Así que si hay que fallar, se falla. Nunca va a haber un mal gesto o una mala cara, y eso hace que todo sea más fácil. Al principio, tuvimos la prevención típica y tópica del que no controla el formato porque una cosa es verlo tranquilamente desde casa y otra muy diferente ver cómo se desarrolla en plató.

'¡Boom!' tiene unas diferencias notables con respecto a otros formatos, sobre todo, 'Saber y ganar', que es en el que más tiempo hemos estado todos. Hay ciertos detalles que hay que cuidar y tener en cuenta como la rapidez y la agilidad a la hora de dar las respuestas, la manera de cortar los cables e incluso la manera de actuar en la 'Bomba estratégica'.

P. Eres el integrante de Los Dispersos con mayor experiencia y trayectoria en televisión. ¿Qué tiene la TV que te atrae tanto? ¿Tienes algún objetivo concreto?

R. No sé si hay una meta objetiva. Evidentemente el premio económico no deja de ser un aliciente añadido, no te voy a negar que es atractivo. Pero te voy a soltar una cosa que va a sonar muy típico, y que la gente podrá creer o no, pero lo que busco cada vez que aparezco en televisión es pasar un buen rato. En este caso, dado el formato del programa, me permite pasar un buen rato con mis compañeros, que encima son buenos amigos.

También hay otra parte de reto subjetivo, es decir, ponerme a prueba y ver que tal me las apaño en estas circunstancias. Al otro lado de la pantalla uno está cómodo como espectador, pero me gusta verme en esa situación de fuego real. No es algo que se me pase, siempre tengo la curiosidad de que ver que tal se me da en diferentes formatos, en este caso en '¡Boom!'.

"No tenemos nada en contra de los equipos formados de forma artificial, pero nosotros somos amigos y por eso nos apetece concursar juntos"

P. ¿Siempre es igual? ¿Desde casa tienes una sensación y luego es completamente diferente cuando pisas el plató?

R. Siempre hay pequeñas sorpresas, aunque efectivamente si eres espectador de los diferentes formatos, más o menos, conoces las pruebas y la mecánica. En '¡Boom!', concretamente, hay una cosa que me ha llamado la atención y es la sensación de peligro inminente que vives en plató. Desde casa ves que hay programas igualados y otros más decantados, sin embargo, mientras grabamos siempre tienes la sensación de que a la tortilla se le puede dar la vuelta en cualquier momento.

Tengo la sensación de que con dos o tres momentos puntuales, que pueden suceder en cualquier entrega, la cosa puede cambiar radicalmente y eso da un punto de tensión adicional al concurso. Es algo que me gusta, que te mantiene pendiente y atento hasta el final.

P. ¿Cuáles son esos momentos tan determinantes o decisivos?

R. En las bombas iniciales, acertar es importante, pero luego en la bomba clasificatoria el hecho de fallar una pregunta son 200 puntos que no ganas y 100 puntos que te quitan, con lo cual eso ya son 300 puntos de vaivén, si eso lo multiplicas por dos, tres o cuatro preguntas, que nosotros las hemos llegado a fallar en varias ocasiones, estamos hablando de 1.200 puntos de posible vaivén entre un equipo y otro. De manera que por muy decidida que parezca un programa siempre tienes la sensación de que se puede liar. Estás en tensión hasta el final. Esa es una de las cosas que en casa no ves, no lo percibes. En el plató estás implicado en el desarrollo del juego y lo vives más.

P. Manu, de Los Lobos, confesó tras el programa que durante los primeros meses no había sabido disfrutar de la experiencia por culpa de la tensión...

R. Algo parecido me dijo Erundino. Realmente nos encontramos más afianzados y más seguros en el programa una vez llegamos a la cifra de Las Extremis, que supongo que serían esos 100 programas o una cifra cercana. Cuando llegas a un programa el primer objetivo es superar el primero y nosotros no estamos en esa circunstancia. No nos hemos planteado aguantar hasta una cifra concreta. Evidentemente sabemos que es un programa con una gran exposición, sobre todo, gracias al empujón de otros equipos como Las Extremis o Los Lobos.

Creo que nos hemos encontrado muy a gusto desde el principio. Para nosotros cada programa es un regalo y estamos ya muy a gusto. Todos los programas tienen su componente competitivo y habrá programas en los que estemos más apurados y otros más tranquilos. Pero te aseguro que estamos disfrutando la experiencia desde el primer momento.

P. Los cuatro sois amigos desde hace bastante tiempo, pero ¿cómo os conocisteis? ¿Qué fue lo que os unió?

R. Hay dos nexos. El primer nexo es como espectador. Manolo fue el primero en salir en 'Saber y ganar' y, dado que era espectador, yo lo admiraba. Más adelante, en 2006, yo entré a concursar llegué a ser 'magnífico'. Ese mismo año hubo una serie de especiales con los mejores de ese año y como gané me reenganché. Allí coincidí con Victoria, que estaba concursando en 2007. Estuvimos juntos en algunos programas y congeniamos bastante.

Un poquito más tarde, Cuatro lanzó 'El gran quiz', un formato bastante curioso que juntaba a un montón de gente por grupos de edad. Allí coincidí con Manolo y con Miguel Ángel. Al margen de las grabaciones, que pasamos 2-3 meses juntos, se hizo mucha vida alrededor de las grabaciones y eso nos permitió entablar una relación de amistad bastante estrecha.

Después, Miguel Ángel fue a 'Saber y ganar' y esa relación que al principio estaba circunscrita al ámbito televisivo nos la llevamos al terreno personal. Hemos compartido viajes, han estado en mi boda, nos hemos visitado los unos a los otros... Esto parece un equipo Frankenstein. Seguro que muchos han pensado que nos hemos juntado cuatro de 'Saber y ganar' para intentar llevarnos la pasta de '¡Boom!', pero no es así. Somos amigos y por eso nos apetece concursar juntos. El caso de Los Lobos, por ejemplo, fue inverso. Ha sido a raíz del concurso cuando han entablado una amistad estrechísima. Pero que quede claro, no tenemos nada en contra de los equipos formados de forma artificial.

"A mí no me duele pagar impuestos. Cuando me ha tocado pagar algo a Hacienda, lo he hecho sin mayores problemas"

P. Tal vez los lectores no lo recuerden, pero incluso participaste en 'Pasapalabra en familia' (Telecinco).

R. Surgió la oportunidad de participar en 'Pasapalabra en familia' con mi mujer y con mi hermana. La verdad es que se nos dio bien porque nos llevamos el bote. La experiencia fue muy chula y espectacular. La idea, por parte de mi hermana y mi mujer, era conocer a Christian Gálvez y ver 'in situ' cómo se hacía el programa. Íbamos sin ningún tipo de expectativa, pero la cosa salió redonda. En aquella época, los niños de mi hermana eran muy pequeños, así que el hecho de disponer de días para grabar el programa fue complicado. Sin embargo, salió todo de maravilla.

P. ¿Qué has hecho hasta el momento con el dinero que has ganado concursando en televisión?

R. La verdad es que se vive un poco mejor o más tranquilo. Llevo 20 años apareciendo en distintos formatos, con distinto éxito y de manera intermitente. La gente, al final, se piensa que estamos siempre los mismos. Si divides el dinero ganado en estos años y le quitas la parte proporcional que se ha llevado Hacienda, la verdad es que te queda una parte que está muy bien. Es un buen complemento para vivir. No obstante, yo sigo viviendo de alquiler y con un coche en el garaje de hace 11 años. Gracias a lo que he ganado en los concursos se vive más desahogado.

P. Eres autónomo pluriempleado. Cuéntanos, ¿cómo se organiza uno para trabajar y pasar tantas horas en televisión?

R. Yo lo tengo fácil, al ser autónomo. Salvo momentos puntuales del año no tengo obligaciones fijas en cuanto a fechas. Tengo que cumplir con mis clientes y con mis fechas de entrega y, por lo general, es a costa de trabajar los fines de semana, las noches o buscar horas ajenas a los planes de grabación.

Los planes de grabación son dos días a la semana o cada 15 días, así que eso te deja unos 5 días hábiles a la semana. Los planes son parecidos para los cuatro. Manolo es quizá el que está más atado con la librería y porque tiene su trabajo en el ayuntamiento de Jerez. Victoria, Miguel ángel y yo somos autónomos, y eso nos permite un poco más de flexibilidad para afrontar las grabaciones de '¡Boom!'.

P. Hay concursantes que se quejan abiertamente de las altas cantidades que se ven obligados a pagar a Hacienda tras ganar un bote millonario. ¿Crees que se debería cambiar el sistema tributario en lo que respecto a los concursos?

R. No me lo he llegado a plantear, pero a mí no me duele pagar impuestos. Se tributa como incremento patrimonial. No sé, igual soy un poco pardillo, pero no le doy demasiadas vueltas. Tampoco he estado dos años concursando como hicieron Los Lobos. Igual la perspectiva cambiaría si, de repente, un concurso, se convierte en tu 'ocupación'... Cuando me ha tocado pagar algo, lo he hecho sin mayores problemas.

P. En total, lleváis acumulado 670.000 euros, lo que equivale a una media de 4.700 euros diarios...

R. No está nada mal, la verdad. Me suelo fijar en la cifra cuando acabamos cada grabación, pero a los cinco minutos ya he conseguido olvidarlo. Le suelo preguntar mucho a Miguel Ángel. Lo cierto es que es mucho más rentable que estar en casa, pero no hacemos muchas lecturas del dinero acumulado o de la media por cada programa. Tenemos claro que al igual que un día entramos al concurso, también saldremos.

P. Vuestro objetivo grupal es montar una red de librerías. Explícanos ese sueño. ¿En qué consiste exactamente y cómo nace ese proyecto?

R. Evidentemente, la casa madre ya existe, que es 'El Laberinto', en Jerez. Es importante que exista la base porque la labor de Manolo durante estos años nos aportaría muchísimos conocimientos, sobre todo, en lo relacionado con las distribuidoras. No empezaríamos de cero.

En cuanto a la temática, una de las posibilidades de que un negocio tan peliagudo como es una librería tenga cierto éxito en tiempos de internet y de la distribución digital es la especialización. Miguel Ángel habló de montar una librería sobre arquitectura y temas afines; en mi caso, yo optaría por una librería sobre cultura pop y literatura de género; Victoria habló de asuntos de historia, arqueología y arte... La idea sería buscar esa pequeña especialización y luego esa dispersión a la que hace referencia nuestro propio nombre. No hay que olvidar que cada ciudad tiene sus especialidades. Es un proyecto bonito bonito, pero complejo porque hay que invertir mucho dinero.

P. ¿Por qué crees que a muchos de los grandes concursantes de la TV os apasiona el mundo de las librerías? Es realmente curioso...

R. Igual nos gusta complicamos excesivamente la vida o puede que seamos mejor concursantes que empresarios. Puede incluso que estamos abocados a perder el dinero que ganemos. Nos gusta estar rodeados de libros.

P. Formas partes de la historia de 'Saber y ganar'. Solo tres personas son bicentenarias y tú eres una de ellas.

R. Es realmente un orgullo, es una de esas cosas que pasan y no sabes cómo ha sucedido. Recuerdo que la primera vez que estuve en 'Saber y ganar' estuve a punto de caer eliminado, con lo cual no habría pasado todo lo que he podido vivir. El hecho de haber aguantado tanto y alcanzar los 200 programas como Manolo Romero y Víctor Castro, dos personas a las que admiro profundamente, es una maravilla. Gracias a eso he compartido grandes momentos con muchos concursantes y, sobre todo, con el equipo del programa. Es un programa fantástico, muy familiar, y más humilde en cuanto a presupuesto que otros formatos, pero si lleva 23 años en antena es por algo.

Si aguantas un tiempo allí, el roce hace el cariño y el trato con ellos es genial. Están obesionados en hacerte sentir de maravilla y hacen lo imposible para que te sientas muy a gusto. Ese cariño se nota, tanto en Jordi Hurtado, Pilar Vázquez, Juanjo Cardenal como en Sergi Schaaff (director), Àngels Peñarroya (subdirectora) o Marisa Pérez (directora de 'casting'). Es una gran familia de la que estoy muy orgulloso de perteneceer.

En '¡Boom!', no sé si por osmosis o porque hay ideas que permanecen o se transmiten de un formato a otro, pero el trato que se dispensa a los concursantes también es maravilloso. Antena 3 y Gestmusic hacen que te sientas como en casa.

P. En tu currículo hay un dato especialmente llamativo y que no todo el mundo conoce. Fuiste presentador de un programa sobre golf en televisión. ¿Cómo acaba un traductor de profesión en una cadena como Canal+?

R. La historia es un poco enrevesada, la verdad. A mí el golf siempre me había gustado, pero nadie de mi entorno lo practicaba. Cada vez que ponían algún torneo me volvía loco. Hace 30 años no había apenas publicaciones y por televisión se retransmitía muy poquito. Ese interés puramente de aficionado se fue reforzando gracias a la lectura y, al final, con 30 años empecé a jugar.

A través de un amigo, al que le habían regalado un curso, nos apuntamos cinco parejas y nos empezó a hacer gracia. Para entonces yo ya estaba bastante enganchado, tanto al deporte como al aspecto histórico, así que decidí montar un pequeño blog. Por un lado, hacía un resumen de prensa con las noticias principales sobre golf que recopilaba de diferentes medios y, por otro lado, había articulos que no tenían que ver con el golf pero que yo me los llevaba a ese terreno (literatura, música, historia...). Curiosamente, esa web empezó a tener cierto impacto y empecé a asomarme a torneos y actos, que me permitieron conocer a mucha gente, como por ejemplo a los responsables de lo que entonces era Canal+ Golf (Hugo Costa y Manuel Evira).

En aquella época, me invitaron a alguna tertulia suelta y aprovechando el espíritu que tenía les plantee una propuesta para un formato de televisión, que es lo que acabó siendo 'Locos por el golf'. Los responsables del canal fueron un poco suicidas. Les estaré siempre agradecido por la confianza. Yo no era periodista profesional y tuve que aprender mucho. Aquella experiencia me abrió otras puertas profesionales y lo disfrute muchísimo, pero hace ya más de tres años que decidí abandonarlo. Sigo como espectador y encantado de aquello que pusimos en marcha.