Premios Odeón (TVE), una gala en la que solo disfruté cuando se calló el presentador

Recogen el testigo de los Premios Amigo, los galardones musicales que llevaban doce años arrumbados en el ostracismo. Sí, desde hace más de una década los premios de la música en España brillaban por su ausencia. Justo en una etapa en la que los reconocimientos al cine y a la televisión han crecido exponencialmente, los premios de la música desaparecieron aferrados a la crisis de la industria musical. No en vano los Premios Amigo fueron un espejismo que tan solo duró seis ediciones, pero anoche resucitaron bautizados como Premios Odeón y de la mano de la Asociación de Gestión de Derechos de Propiedad Intelectual (AGEDI).

[TVE reconoce la baja calidad de la gala de los Premios Odeón]

Nace con fuerza esta nueva cosecha de premios musicales, con altura de miras y con ganas de llegar, por lo menos, a cumplir la mayoría de edad. Para ello, en su estreno contaron con el Teatro Real como anfitrión de una gala dirigida por Javier Reboredo, retrasmitida en directo desde La1 de TVE, con un aburrido, obvio y falto de gracia Quequé transformado en el maestro de ceremonias y con una escenografía creada por Suso 33, el artista urbano precursor del grafiti iconográfico, escenógrafo y 'performer' que con su particular lenguaje trasladó a los espectadores a uno de los rincones más 'underground' de cualquier ciudad cosmopolita del mundo.

Como gala inaugural las ausencias no auguran un gran futuro. Si ni los músicos se creen estos premios, ¿quién se lo va a creer?

Desde que se conociera el renacimiento de estos galardones la intriga pululó sobre las estatuillas. Nada se sabía de su gala, salvo que los Odeón llegaban ordenados en 10 categorías diferentes: Mejor Canción, Mejor Álbum, Mejor Vídeo, Mejor Álbum de Flamenco, Mejor Directo, Artista Odeón Femenino, Artista Odeón Masculino, Grupo Odeón, Artista Odeón Latino y Artista Revelación, y que su entrega estaría salpicada por las actuaciones de grandes figuras de la música, la organización llegó incluso a retar a los fans para que adivinaran las confirmaciones a través de los acertijos que subía en sus redes sociales. En un claro guiño para enganchar a las nuevas generaciones.

Puntual la sorpresa se desveló a las 22:20 de la noche. Quequé arrancó su monólogo recordando que la prensa ya había bautizado a estos nuevos premios como los Goya de la música, "lo cual está muy bien, sabiendo que Goya era sordo", bromeó escaso de gracia. "¿Que sería la vida sin música?", se preguntaba el humorista mientras repasaba los últimos hitos musicales y pedía al público que no dejaran de ir a los conciertos y que no dejara de bailar.

Por fin, se calló el presunto narrador. Laura Pausini y Pablo López abrieron el fuego. Juntos fueron los maestros de ceremonias encargados de entregar el primer Odeón de la historia al Mejor Álbum a Alejandro Sanz por '#Eldisco'. El cantante madrileño protagonizó la primera de las 15 actuaciones de la noche un popurrí de sus temas más conocidos, primero de la mano de Paul Grach, juntos cantaron 'El trato'; con Pablo López entonó un parte de 'No tengo nada' y a dúo con Laura Pausini terminó con 'Mi persona favorita'.

Mucho tienen que crecer estos premios porque salvo por el poder de la música en directo, el resto de la gala fue tediosa, muy tediosa. Aburrida, soporífera, sosa y escasa de ritmo. Las apariciones intermitentes de Quequé no hacían más que cortar el rollo. Sonaron las voces bien. ¡No se puede esperar menos en un noche protagonizada por la música! El resto resultó insoportable, con una realización antigua, tan pasada de moda que recordaba a las noches de los primeros Goya. Por un momento me pareció ver entre bambalinas a Fernando Rey, a punto de salir al escenario del Teatro Lope de Vega de Madrid. Aquella noche del 17 de marzo de 1987 la primera gala de los Goya estuvo presidida por los entonces Reyes de España don Juan Carlos y doña Sofía.

En la primera gala de entrega de los Premios Odeón como personal institucional solo asistió el recién estrenado ministro de Cultura, José Manuel Rodríguez Uribes, que defendió que "la música también es una forma de hacer España".

Aunque el coliseo madrileño pasó de Mozart y de su 'Flauta mágica', anoche la música pululó por el Teatro Real. Repitió la jugada del verano, cuando al terminar la temporada de ópera, cede sus tablas al Festival Universal para que por sus inmensas tablas suene el flamenco, el rock, el pop y lo que tenga que sonar para amortizar gastos.

Anoche, Rosalía se alzó, nunca mejor dicho, con el Odeón al Mejor Vídeo con su 'Con altura'. Ella no asistió a la gala, porque estaba preparando la de la MTV. Y así empezó el gran divismo. La cantante barcelonesa que se situaba como una de las grandes favoritas de la noche con nueve nominaciones, en ocasiones compitiendo incluso consigo misma, a pesar de ser una de las más esperadas, plantó a sus compañeros. Tampoco recogieron su galardón al Mejor Grupo Latino los componentes de Morat. Como gala inaugural las ausencias no auguran un gran futuro. Si ni los músicos se creen estos premios, ¿quién se lo va a creer?

José Luis Perales recogió el primer Premio de Honor Odeón justo cuando está a punto de iniciar 'Baladas', su gira de despedida. Un merecido reconocimiento a toda su carrera, un homenaje de la industria a sus 50 años como cantautor, un merecido premio otorgado según la propia organización "por ser el autor de algunos de los himnos más emblemáticos de la música española, embajador de nuestra cultura y referente en la memoria popular de varias generaciones".

Los triunfadores de los Premios Odeón se alzaron con la estatuilla gracias a un método innovador. Con la intención de ser lo más objetivos posible, los reconocimientos se decidieron basándose en los datos del año que acaba, así como la contabilidad de las listas de ventas, las descargas en redes y los streamings a lo largo de cada año. A partir de ese filtro preseleccionado por un comité, el público fue el responsable de votar a sus artistas favoritos a través de la web de los Premios Odeón. El estilo ‘OT’ sale de la Academia y se impone en la música. Esperemos que no se esfume como los ganadores del 'talent'.