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Chicote ('Pesadilla'): "Si este restaurante lo ve Stephen King, dos novelas le caen"
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TERCERA ENTREGA DESDE PLASENCIA

Chicote ('Pesadilla'): "Si este restaurante lo ve Stephen King, dos novelas le caen"

El chef Alberto Chicote se trasladó a Extremadura en 'Pesadilla en la cocina' para reflotar 'El jardín del pensador', un restaurante que no levanta cabeza

Foto: Alberto Chicote, en la séptima temporada de 'Pesadilla en la cocina'. (La Sexta)
Alberto Chicote, en la séptima temporada de 'Pesadilla en la cocina'. (La Sexta)

'Pesadilla en la cocina’ se trasladó a Plasencia (Cáceres) en la tercera entrega de su nueva temporada para visitar ‘El jardín del pensador’, un restaurante a las afueras de la ciudad totalmente decaído y que atraviesa una gran crisis. Su propietario, Feli, compró el local hace cinco años pero no logró sacarlo a flote. Las deudas, que ascendían a los 100.000 euros, entre multas de Sanidad y dinero no pagado a proveedores, asfixiaban al negocio y lo amenazaban de muerte antes de la llegada del equipo del programa de La Sexta. ¿Lograrían insuflarle algo de aire?

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Como de costumbre, las primeras impresiones de Chicote no fueron positivas al observar el local desde el exterior. Su aspecto dejado, con la cartelería rota, no pasó por alto para el chef. “Parece un restaurante abandonado. Si lo ve Stephen King, dos novelas le caen”, aseveró con su particular sentido del humor. Ya dentro del establecimiento conoció al propietario, al que el resto de trabajadores no respetaban. Los empleados no dudaron en acusarle de débil y de no saber dirigirles en momentos de tensión. Especialmente crítico se mostró Juan Luis, uno de los camareros: "No tiene carácter, no tiene autoridad. La verdad es que no le respetamos".

placeholder Feli, el propietario de 'El jardín del pensador'. (La Sexta)
Feli, el propietario de 'El jardín del pensador'. (La Sexta)

Al igual que en otras ocasiones, Chicote no se atrevió a hacer valoraciones hasta probar algunos platos de la carta. Como era de esperar, la propuesta gastronómica no convenció al chef, ya que mezclaba platos de relativa calidad con otros de comida rápida, como el kebab. Precisamente, la presencia de este popular plato turco fue objeto de divertidas críticas por parte de Carmen, la ayudante de cocina. “No creo que Chicote se pida un kebab, eso es una guarrería”, pero el chef es imprevisible y tenía antojo de un Durum, aunque este le dejó indiferente. Además, probó unas albóndigas con las que casi se atraganta y comprobó de primera mano que el dueño desconocía los platos que se venden en su propio restaurante.

Tras probar la comida, llegó el momento de conocer el interior de la cocina, a la que tuvo que acceder a través de un hueco en la pared, ya que ni siquiera había puerta. Aunque estaba relativamente limpia, todos reconocieron que era así porque acababan de pasar una inspección de Sanidad. "Si Chicote hubiera venido antes de la inspección de Sanidad haríamos un programa, un 'remember' y cuatro o cinco anexos", confesó Juan Luis. Aún así, la supuesta limpieza no convenció del todo al chef, que llegó a decir que la freidora tenía el aceite "más negro que los c*** de un grillo".

placeholder Chicote en el restaurante 'El jardín del pensador'. (La Sexta)
Chicote en el restaurante 'El jardín del pensador'. (La Sexta)

El primer servicio resultó tan desastroso como se preveía y Chicote pronto descubrió que el problema era la incapacidad de Feli para coordinar al resto. El caos se apoderó de ‘El jardín del pensador’ en pocos minutos: líos con las comandas, reproches entre los empleados, el pasotismo del cocinero que expresó que la opinión del presentador de La Sexta “le importaba un pimiento”, una ayudante de cocina con un carácter explosivo y un dueño totalmente abrumado por la situación.

Especialmente afectada se mostró Carmen, la ayudante de cocina, que se vió obligada a abandonar la cocina superada por la presión y las constantes discusiones con sus compañeros. “¡A la mierda!”, gritó tras reconocer que el servicio le había vuelto loca.

Las conclusiones de Chicote fueron demoledoras. “Tenemos un local medio abandonado y un propietario tan gris como la carta que sirve. Este jardín está abonado para que crezcan los problemas”, expresó.

placeholder Alberto Chicote en 'Pesadilla en la cocina'. (La Sexta)
Alberto Chicote en 'Pesadilla en la cocina'. (La Sexta)

El turbulento pasado de Feli

Alberto Chicote quiso indagar en el pasado de Feli, el propietario, para comprender mejor su carácter y ayudarle a encauzar el rumbo. Para su sorpresa, este le acabó confesando sus problemas con las drogas durante su juventud y Chicote consiguió empatizar más con él. También le reveló sus graves problemas económicos, que capeaba gracias a la ayuda de su madre. Precisamente, la visita de la madre de Feli fue uno de los momentos más tiernos y emotivos del capítulo, aunque Chicote no saliera muy bien parado.

Tras hacer reflexionar a Feli sobre su falta de temperamento, llegó el momento de realizar un segundo servicio y aplicar algunos cambios. Pero la cosa no mejoró demasiado y el servicio volvió a acabar con una fuga de clientes y con Juan Luis, el camarero, huyendo del local fuera de sí tras una fuerte discusión con Feli.

No obstante, el personal del restaurante encaró su trabajo con otra actitud tras las reformas realizadas por el equipo del programa para pulir su apariencia y sacarle más partido. Rebautizado como ‘El jardín’, a secas, el restaurante obtuvo una nueva identidad con toda la cartelería renovada y una decoración más vinculada a la temática del local, apostando por los motivos florales y el color verde.

placeholder El restaurante tras la reforma. (La Sexta)
El restaurante tras la reforma. (La Sexta)

A pesar los atascos iniciales en cocina y la acumulación de comandas, todos los implicados lograron sacar el último servicio adelante y la nueva carta sorprendió positivamente a los comensales. La reapertura resultó un éxito y Chicote les terminó felicitando por su compañerismo y por una actitud de Feli mucho más dirigente. ¿Duraría mucho tiempo la felicidad en este restaurante extremeño?

'Pesadilla en la cocina’ se trasladó a Plasencia (Cáceres) en la tercera entrega de su nueva temporada para visitar ‘El jardín del pensador’, un restaurante a las afueras de la ciudad totalmente decaído y que atraviesa una gran crisis. Su propietario, Feli, compró el local hace cinco años pero no logró sacarlo a flote. Las deudas, que ascendían a los 100.000 euros, entre multas de Sanidad y dinero no pagado a proveedores, asfixiaban al negocio y lo amenazaban de muerte antes de la llegada del equipo del programa de La Sexta. ¿Lograrían insuflarle algo de aire?

Alberto Chicote LaSexta
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