'Pesadilla en la cocina' | Gritos, caos y una huida en tractor en el regreso de Chicote

Tras varios meses de espera, 'Pesadilla en la cocina' estrenó este jueves su séptima temporada en La Sexta, ofreciéndonos una entrega de lo más pintoresca y que, una vez más, puso a prueba la paciencia del popular chef Alberto Chicote. El equipo del programa se trasladó en esta ocasión a la localidad gaditana de Jerez de la Frontera para intentar reflotar una venta tradicional ubicada en la popular Ruta del Mosto.

[La experiencia más violenta para Chicote: "¡Te voy a pegar un botellazo!"]

El negocio escogido fue Mosto Tejero, un local especializado en vinos y gastronomía de la zona, que vivía sus horas más decadentes por culpa de un propietario, Juanete, más pendiente de divertirse que de liderar el barco como es debido. Su tensión con Chicote fue palpable desde el primer momento, ante las constantes negativas del presentador de beberse un 'palito cortao', un popular vino de la zona, en sus horas de trabajo. Precisamente, la afición de Juanete por el vino, en medio de un ambiente de trabajo caótico, fue uno de los principales problemas a los que tuvo que enfrentarse Chicote en su regreso.

Al chef le bastaron unos minutos para darse cuenta del desastre: una cocinera altiva que no acepta críticas, un dueño despreocupado, comida congelada y cruda, instalaciones anticuadas y un personal en pie de guerra continuamente. "Esto es la bomba. El dueño se dedica a tomarse vinos con sus colegas y a dar palmas todo el día. La mitad del personal piensa que ellos son los buenos y los otros los malos, y todos se pelean con la cocinera, que hace una comida que no se puede ni comer. ¿Por dónde empezamos?", exclamó un perplejo Chicote ante las cámaras de La Sexta.

Uno de los servicios se convirtió en un auténtico campo de batalla, sin duda, uno de los momentos más tensos y violentos que se recuerdan

Y empezó siendo tan honesto con Juanete, el dueño del local, como solo Chicote sabe: "La comida que das en este sitio es una mierda como un piano. Lo único bueno es el agua". Las críticas de Chicote a un Juanete que se tomaba todo a broma no se quedaron ahí, ya que llegó a decirle que es "el primer terrorista andaluz" que ha conocido tras comprobar la falta de higiene en la cocina.

Tras un primer servicio catastrófico, con huida de clientes incluida y sonoros enfrentamientos entre la cocinera y el camarero, Chicote fue consciente de que la culpa recaía en el propietario, que no se molestaba lo más mínimo en dirigir el negocio ni en mediar entre las disputas de sus empleados.

Por remediarlo e intentar sacar Mosto Tejero adelante, el chef proponía entonces a Juanete una implicación absoluta en un segundo servicio, pero el resultado estuvo lejos de ser un éxito. Este se convertía en un auténtico campo de batalla y en uno de los momentos más tensos y violentos que se recuerdan de la historia del programa. Empujones, gritos y una monumental pelea entre los dos camareros acabaron con la paciencia de Juanete, que en un momento impagable huía del local en su tractor.

Chicote, al dueño del local: "La comida que das en este sitio es una mierda. Lo único bueno es el agua"

"¡Hijos de p***! Yo me voy al tractor, para no mandar al carajo con los muertos de toda esta gente y cerrar el bar, y partirles el cazo y la olla en la boca a más de uno", exclamó Juanete tras pedir que viniera la policía a llevarse a todos sus empleados "por delincuentes", convencido de que le odian y no lo respetarán nunca por su fama de juerguista. ¿Cómo arreglaría este caos el famoso chef?

Final feliz para Mosto Tejero

Parecía imposible sacar adelante un negocio tan desastroso, pero Chicote tiró de psicología en una emotiva conversación a solas con Juanete, en la que le hacía ver que debía abandonar su "personaje de circo" para hacerse cargo del negocio y ser respetado por sus trabajadores. Algo que Juanete, entre lágrimas, reconocía sin pudor.

Tras la remodelación del local, con un mobiliario totalmente renovado de inspiración rústica y mucho más hogareño, los miembros de Mosto Tejero tuvieron la oportunidad de enmendar sus errores en la reapertura.

A pesar de los descuidos iniciales con los platos, el dueño del local supo modificar su actitud y manejar las situaciones de tensión con mucha más soltura. Parece que, después de todas las disputas, Chicote ha conseguido de nuevo su objetivo y Mosto Tejero tiene un futuro por delante mucho más prometedor.