'MasterChef Celebrity': Ana Milán llora tras la sucia jugarreta de Vicky Martín Berrocal

Si algo está marcando el arranque de temporada de 'MasterChef Celebrity' son los reproches entre concursantes, con un nexo común además: afear detalles de los platos de otros delante de los compañeros. En la pasada gala sucedió entre uno de Los Chunguitos y 'El Sevilla', y en esta nueva entrega se produjo entre Ana Milán y Vicky Martín Berrocal.

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Los aspirantes debían cocinar un mismo postre en parejas, con uno de ellos dictando la receta tras una pared al otro. Las dos formaban parte de uno de los dúos, y el resultado de Ana, la receptora de los mensajes, fue peor porque contenía gelatinas no fundidas. El problema vino cuando fue la propia Vicky quien lo ponía de manifiesto antes que los jueces. Y no en una ocasión, sino en hasta dos.

Ana Milán, sobre la actitud de Vicky: "Me parece que entre compañeros es innecesario hacer eso"

Milán no daba crédito: "¡No hace falta que vuelvas a insistir!". "Te estoy viendo muy seria", replicaba Martín Berrocal, sin darse cuenta de cuánto estaba molestando a su compañera.

Marta Torné se reía de fondo, enfadando todavía más a Ana: "Me río de que Ana está muy tensa y no le gira ni la cara a Vicky cuando le habla", explicaba preguntada por el jurado. "Si me está el jurado explicando el por qué he hecho mal cosas, no giro la cara a ningún comentario, atiendo y después ya hablaré", le espetaba Milán.

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Ya delante de cocinas Ana Milán no podía contener las lágrimas, por la tensión del momento y por su exigencia en las pruebas: "Si me lo dice el jurado lo entiendo, pero no entiendo que me lo diga dos veces mi compañera. Yo no lo haría. Me desconcierta".

Félix Gómez apostillaba un contundente "es sucio, es sucio" que hacía saltar nuevamente a Vicky, siempre restándole importancia a lo sucedido: "La verdad es la verdad, si hay gelatina, hay gelatina. No pasa nada".

Ana estallaba definitivamente contra ella: "Me parece que entre compañeros es innecesario hacer eso, y el resto es un proceso mío de autoexigencia, por eso lloro". Martín Berrocal seguía a lo suyo, hasta que Jordi Cruz tuvo que llamarle la atención: "Me parece bien que tú te tomes bien las cosas, pero si a un compañero le afecta deberías de pedir perdón y no seguir sacándole importancia".