¿Qué hace falta para ser ganador de 'MasterChef', como Aleix?

La séptima edición del 'talent show' de cocina más conocido de la televisión española no ha sido la más vista, aunque más de dos millones de personas estuvieron pendientes del programa. Aleix, un catalán que tuvo que abandonar su sueño de la cocina para ayudar a su familia en una pescadería, se ha convertido en el séptimo ganador de 'MasterChef', después de haber sido durante toda la edición el 'caballito' ganador de todos. Un ganador previsible, pero ganador. Se enfrentó a Teresa, una gallega de 45 años que quiso llevar sus raíces a la cocina que presentó en el último día del programa, pero finalmente fue él el que se llevó el gran premio: 100.000 euros, el trofeo de 'MasterChef', un curso de cocina en la Facultad de Ciencias Gastronómicas Basque Culinary Center y la publicación de su propio libro de recetas. ¿Pero qué es lo que tiene que tener un cocinero 'amateur' para ganar este concurso?

► ¿Qué fue de los otros ganadores de MasterChef España?

Las siete ediciones que se han celebrado hasta ahora en España han tenido ganadores diferentes, aunque de todos ha destacado su evolución en la cocina, su tesón a la hora de trabajar, su humildad y compañerismo con el resto de concursantes y, por supuesto, su calidad. Esto es lo que hacía cada uno de los hasta ahora siete ganadores del concurso antes de participar en 'MasterChef', y las razones por las que ganaron cada uno de ellos.

Juan Manuel Sánchez, humildad desde el día 1

La historia de Aleix, el ganador de 'MasterChef 7', recuerda bastante a la del primer ganador del concurso. Juan Manuel Sánchez, procedente de la localidad almeriense de Albox, se presentó al programa con 25 años después de haberse criado entre fogones. Su idea de joven era terminar los estudios de Bachillerato y estudiar cocina, pero falleció su padre y su sueño se vio truncado. "Los ingresos en casa se redujeron y me vi obligado a abandonar mi sueño y trabajar para sacar adelante a mi madre", contaba al inicio de la primera edición. Se le calificó como una persona bondadosa, humilde y buen compañero, cualidades que le ayudaron a llegar a la final.

"Empezó haciendo platos combinados y acabó conquistando hasta a Ferrán Adrià": así lo presentaba Pepe Rodríguez en la segunda edición. "Cuando una persona quiere, y lucha, y se esfuerza, todo en esta vida lo puede conseguir. Siempre y cuando una persona quiera". El esfuerzo le dio la victoria.

Vicky Pulgarín, crítica de la alta cocina

La segunda 'MasterChef' española también tenía una profesión relacionada con la comida: Vicky Pulgarín, de Mallorca, era carnicera aunque cuando entró al concurso estaba desempleada. Perdió a su padre un año antes del programa, por lo que decidió que debía pasar más tiempo con su familia, llena de cocineros. Se especializó en carnes y esperaba que el programa le permitiera abrir su propio restaurante. Desde el inicio fue bastante crítica con la alta cocina, y en alguna entrevista llegó a decir que "hay mucha tontería" en el sector y que a veces "no saben ni freír un huevo". Durante su paso por el concurso fue cuestionada por el jurado por su vulgar lenguaje ante las críticas de los jueces, pero finalmente se llevó el trofeo con una crítica extraordinaria de los hermanos Roca: "Tu plato tiene todos los sabores que cualquier cocinero busca, tienes un ángel".

Carlos Maldonado, vendedor ambulante

Parecía un poco macarra pero conquistó a media España, con su forma de cocinar y de ser. Carlos Maldonado (Talavera de la Reina, Toledo) se presentó al concurso como vendedor ambulante de embutidos, profesión que compartía con su padres después de haber pasado por otras muchas él solo: socorrista, vigilante de seguridad, monitor de 'crossfit'... un buscavidas calificado por su padre como un 'cataguisaos'. Fue su continua evolución en las cocinas y la creatividad y la imaginación que desarrolló de la mano de los profesores la que llevó a conseguir el tercer trofeo del 'talent' culinario.

Virginia Naranjo: la reconocida ama de casa

La cuarta edición de 'MasterChef' arrancó con dos hermanas como concursantes, gemelas, para colmo. Y solo una de ellas llegó a la final: Virginia (Jerez) entró al programa con 39 años, gracias a la insistencia de su gemela y durante su paso por el concurso reforzó su idea de que para hacer una buena cocina de vanguardia hay que tener una buena base de cocina tradicional. Sus dotes culinarias fueron las que le permitieron ir eliminando a sus compañeros hasta hacerse con el trofeo (y el premio económico, por supuesto), con un menú que si bien no tenía grandes diferencias con el de su contrincante (Ángel), le superaba en los "pequeños detalles". "Ganar 'MasterChef' me parece un reconocimiento a las amas de casa", aseguró tras su victoria.

Jorge Brazalez, guaperas con mucho carisma

Para muchos destacaba por sus grandes ojos claros, pero al jurado se lo ganó entre fogones. Jorge Brazalez pasó de la primera división del fútbol a la primera división de la cocina, tras haber sido canterano con solo 15 años en el Atlético de Madrid. Después de dar tumbos por varios equipos, dedicó parte de su tiempo a trabajar como camarero en Formentera, y siempre ha tenido a la familia como punto central de su vida. Muy disciplinado, su primer 'flechazo' con el público (y con el jurado) llegó en el mismo casting, al que se presentó en la misma fase que la que luego fue su pareja. Cuando el delantal fue a parar a Jorge, en lugar de celebrarlo mostró la pena que suponía que no hubiera entrado también Miri. Finalmente, el equipo de 'MasterChef' abrió la mano y entregó otro delantal a Miri. A su paso por el concurso se convirtieron en pareja, aunque se rompió la relación tiempo después de terminar el 'talent show'. Fueron su perseverancia, su aprendizaje y, por supuesto, sus dotes culinarias las que lo llevaron a la final.

Marta Verona, experta en dulce... y nutrición

La penúltima edición de 'MasterChef' tuvo entre sus concursantes a esta joven de 22 años, recién licenciada en estudios de Nutrición. Marta Verona comenzó a cocinar gracias a que su padre la apuntó a clases de cocina y practicaban juntos; tanto le gustaba que quiso entrar en el Basque Culinary Center, pero el alto precio de los estudios de cocina en esta facultad la echó para atrás. Destacaba en repostería, y la técnica aprendida durante el 'talent show' le valió el trofeo: su primer plato en el duelo final, frente a Ketty, fue calificado como "técnicamente perfecto", al igual que su potre (macarons). "El postre es perfecto, parece que me lo estoy comiendo en París", valoró Pepe Rodríguez. Jordi Cruz, por su parte, dejó claro que sus virtudes eran que pone "esfuerzo e ilusión en todo", con "ganas de aprender y de trabajar". Las ganas, ese gran aliado de los ganadores de 'MasterChef'.