El dilema de Mayra Gómez Kemp cuando le propusieron el 'Un, dos, tres'

Con motivo de este 8 de marzo, la Academia de las Ciencias y las Artes de Televisión ha decidido rescatar del archivo 'Tesoros de la Televisión' una serie de testimonios de mujeres, referentes y pioneras de la historia de la pequeña pantalla. Como no podía ser de otro modo, una de esas mujeres es Mayra Gómez Kemp, la presentadora que más tiempo se mantuvo al frente del recordado 'Un, dos, tres... responda otra vez' (1982-1988).

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Sustituir a Kiko Ledgard no fue fácil. El presentador peruano arrancó el programa en 1972 y sumó 138 entregas, sin embargo, un fatal accidente -se cayó desde un segundo piso- obligó a Televisión Española a buscar un nuevo conductor. La caída le provocó gravísimas heridas y durante algún tiempo incluso se llegó a temer por su vida. Fue entonces cuando Chicho Ibáñez Serrador apostó por Mayra Gómez Kemp. Y con ella desaparecieron también Don Cicuta y los Tacañones y el programa se renovó con las hermanas Hurtado, las Supertacañonas.

"Era un programa feminista", llegó a decir recientemente su director en una entrevista a 'El País'. "Pero no lo hice para reivindicar nada. Lo hice porque he trabajado siempre igual con hombres y mujeres, y me parecía, y me parece, que un hombre o una mujer pueden hacer cualquier papel en una obra o tener cualquier cargo en una producción".

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"Me decían que España no estaba preparada"

Según el testimonio de Mayra Gómez Kemp, la presentadora tuvo ciertas dudas cuando le propusieron ponerse al frente del 'Un, dos, tres...', aunque después de sopesarlo decidió tomar el relevo a Kiko Ledgard. "En 10 días, cuando se dio la noticia, absolutamente todo el mundo y todas mis amistades me llamaron para decirme que no lo hiciera, que España no estaba preparada para que una mujer hiciera ese tipo de programa".

Tal y como recuerda la presentadora, al final del programa, en la subasta, tenía que hacer de pícara. "Mi misión era liar (a los concursantes) todo lo posible, cosa que no era muy difícil porque se liaban solos. Nunca en el mundo una mujer había hecho ese tipo de personaje ni ese tipo de programa", recuerda.

"Mi marido y Kiko me decían que sí podía (hacerlo) y que España sí estaba preparada. Y por suerte para mí se equivocó el mundo", afirma Mayra. De hecho, mis primeras defensoras a ultranza fueron las mujeres. Los hombres, al principio, tuvieron sus dudas. Ellas me apoyaron al cien por cien".

A pesar del impacto que para los espectadores supuso la marcha de Kiko, "a las pocas semanas, no hubo problemas y (los espectadores) me aceptaron". Lo realmente llamativo, tal y como recuerda la presentadora, es que "delante de las cámaras sí éramos todas mujeres, la mayoría, pero lo que no había cambiado todavía era detrás de las cámaras", donde solo había hombres.