Es noticia
La confesión de Portabales a Oubiña: "El caso Nécora fue un montaje"
  1. Televisión
  2. Programas TV
cara a cara

La confesión de Portabales a Oubiña: "El caso Nécora fue un montaje"

Tras más de 25 años sin verse las caras, Laureano Oubiña y Portabales, se reencontraron en la serie documental 'Yo fui un narco', emitida esta semana a través de DMAX

Foto: Laureano frente a Portabales en 'Yo fui un narco'. (DMAX)
Laureano frente a Portabales en 'Yo fui un narco'. (DMAX)

La segunda parte del documental 'Yo fui un narco' (DMAX) ofreció a la audiencia un momento histórico: el reencuentro entre Laureano Oubiña y Ricardo Portabales, el hombre que lo delató frente a la justicia. Al principio, Oubiña se mostró reticente a mirar a la cara a Portabales, pero al final lo consiguió y lo hizo para recriminarle que llevaran más de 25 años sin verse y que hubiese aparecido con unas con gafas de sol y una visera con el fin de que no pueda ser reconocido.

La historia de Portabales

"El caso Nécora fue el fraude más grande de la justicia española", confesó Portabales. Según el testigo protegido, "cinco personas con cargos administrativos fueron los que hicieron todo el montaje", pero sin querer acusar directamente ni al fiscal ni al juez ni a nadie. Relató incluso que no le quedó otro remedio más que delatar a Oubiña. En 1987 recibió una clara advertencia tras recibir la visita de tres personas: "O colaboras o tu sentencia se puede agravar y haremos correr la voz de que eres un chivato de la policía. Maldito sea el día y la hora en que yo dije que colaboraba".

En prisión, me traían imágenes de narcotraficantes. En el sumario aparece que yo conocía a esa gente, pero nunca los vi

Ricardo Portabales se derrumbó al contar que una semana después de aceptar esa propuesta, ya tuvo "que acusar y meter en el mismo cubo a personas que desconocía totalmente, entre ellas Oubiña". No quiere recordar el pasado, prefiere olvidarlo, pero es consciente de que se tiene que saber toda la verdad y que para ello es necesario sacarlo a la luz.

Esas mismas personas que le obligaron a 'colaborar' con la justicia, le animaron a ponerse en contacto con un inspector. Esa persona le recomendó que mandara una carta al juez Varela, de Pontevedra, contándole todo lo que sabía y diciendo que quería declarar. "Yo, tranquilo, dije: 'Con lo que hay escrito en esa carta, un juez tiene que ser muy estúpido, muy lelo, para creérsela, pero no fue así". "¿Cómo un juez tan estrella, tan pulcro en sus actuaciones, no se dio cuenta de que yo no tenía ni puñetera idea?".

A raíz de esa carta, el juez Baltasar Garzón comenzó a investigar más a fondo a Laureano Oubiña, que se defendió diciendo que se creyó su contenido porque "daba muchos detalles que solo una persona que estaba allí podría saberlos".

placeholder Laureano Oubiña durante la grabación de 'Yo fui un narco'. (DMAX)
Laureano Oubiña durante la grabación de 'Yo fui un narco'. (DMAX)

Portabales confesó que el nombre de Oubiña siempre estuvo presente. "Fue todo una cuchillada, una tras otra. A mí en prisión me traían imágenes de narcotraficantes, de capos colombianos,... En el sumario aparece que yo conocía a esa gente pero nunca los había visto". Todo esto lo hacían para que luego en el juicio pudiera identificarlos, uno a uno, sin ningún problema.

"Algunos se preguntarán, después de lo que estoy diciendo, cuánto vale mi palabra. Posiblemente para muchos no valga nada, pero en aquellos instantes, más de la mitad de los procesados, incluyendo a Oubiña, eran inocentes por todo lo que se les acusaba", reconoció Portabales.

placeholder Portabales en el documental 'Yo fui un narco'. (DMAX)
Portabales en el documental 'Yo fui un narco'. (DMAX)

Cara a cara con Oubiña

Tras más de 25 años sin verse, Oubiña y Portabales se vieron, por fin, las caras. Antes de nada, Portabales aprovechó para pedir disculpas a Laureano por todo lo que hubiese podido hacer por él durante todos estos años. Oubiña no aceptó las disculpas: "A mí no me tienes que pedir perdón ni tú ni nadie. Yo no soy quién para perdonar, para perdonar ya está Jesucristo. ¿Sabes lo que te pido? Dios quiera que vivas mínimo 5.000 años y con mucha salud. Cuantos más años vivas y más salud tengas, más vas a sufrir".

Fue entonces cuando Portabales le contó la verdad: "Cinco personas con cargos administrativos fueron los que hicieron todo el montaje. El caso Nécora fue el fraude más grande de la justicia española", a lo que Laureano respondió: "No me acojonan. No me acojono ante nada Ricardo ni ante nadie. Con la verdad voy a todos los sitios, no me da miedo nada".

Oubiña aprovechó el reencuentro para criticar a Portabales por lo que hizo: "Has vivido de puta madre mientras yo he estado en prisión 32 años y pico. Solo te voy a decir una cosa, me metiste a Avendaño (fundadora y presidenta de la Fundación Érguete) y a toda la Santa Inquisicion detrás, aún las tengo encima, y eso fue porque te chivaste".

Oubiña y el hachís

Laureano aprovechó esta serie documental para afirmar que él empezó en el narcotráfico después de que se destapara la operación Nécora. "En vista de que todo estaba en manos de la Audiencia Nacional y que no había nada que hacer, me tiré un poco al monte y empecé con el tema del hachís. (Hasta entonces) no había traficado con hachís ninguno, sin embargo, interesaba que se me viera como un narco de hachís, cocaína y heroína. Menos maricón... me llamaron de todo".

"Cuando vi en el año 95 que nos expropiaron el pazo de Baión y que ya me habían llamado de todo, dije: 'Ahora me voy a dedicar a transportar hachís. Me habéis tildado toda la puta vida de ello así que tenía que hacerlo, así de claro. Menos mal que me quedé solo con el hachís, si se me diera por lo otro (heroína y cocaína), os la metía también".

"Con el hachís ganabas 3 o 4 veces más que con el tabaco, cobraba 65.000 pesetas por cada kilo, mientras que con el tabaco, solo ganaba 10 o 12.000 pesetas. Yo hacía el transporte por mar y por aire, pero el hachís no era mío. Hacer contrabando de hachís para mí es muy fácil. Si voy a Tánger, en cuanto me ven por allí ya tengo tres o cuatro organizaciones para que les mande un barco para cargar. Pero no quiero ir, no quiero vovler a las andadas", confesó.

Las conclusiones de Oubiña

El documental terminó con Laureano escribiendo a máquina un pequeño resumen de lo que ha sido su vida durante todos estos años y de lo que ha aprendido. "El balance que hago de las prisiones es que no existe reinserción social ninguna, eso es una mentira, no quieren que me reinserte y viva honradamente. Me han sacado todo, yo diría más bien expoliado o robado. ¿Culpa mía? Tengo toda, pero ¿tengo que ir andando de rodillas a Lourdes? Porque si hace falta voy, ¿qué más tengo que hacer?".

"Las drogas al Estado no le interesan, le interesa el manejo. Ningún narco grande en el mundo entero entra ni ha entrado en prisión. Los grandes narcos tienen grandes hoteles, grandes fortunas y se codean con lo más alto de este país, así de claro. Dejémonos de hablar con rodeos", afirmó Laureano Oubiña.

La segunda parte del documental 'Yo fui un narco' (DMAX) ofreció a la audiencia un momento histórico: el reencuentro entre Laureano Oubiña y Ricardo Portabales, el hombre que lo delató frente a la justicia. Al principio, Oubiña se mostró reticente a mirar a la cara a Portabales, pero al final lo consiguió y lo hizo para recriminarle que llevaran más de 25 años sin verse y que hubiese aparecido con unas con gafas de sol y una visera con el fin de que no pueda ser reconocido.

El redactor recomienda