Las visitas contaminan 'GH VIP 6': así han perdido su libertad Mónica Hoyos o Suso

'GH VIP 6' sigue adelante con sus imparables y exitosas emisiones en Telecinco. El reality show que produce Zeppelin TV para Mediaset España ha resurgido con más fuerza que nunca haciendo las delicias de los amantes de la telerrealidad.

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Al margen del normal funcionamiento del concurso, basado en la convivencia, las pruebas, las nominaciones y las expulsiones, este año las visitas de los familiares o invitados están teniendo un peso importante. En ediciones anteriores, al tratarse de la versión VIP, las visitas también han formado parte del juego, pero ahora, las informaciones que llegan del exterior están perjudicando seriamente a los habitantes y su libertad de actuación.

Cohíben su libertad

Si echamos la vista atrás, es fácil recordar la fugaz pero polémica visita de Carlos Lozano. El exnovio de Mónica Hoyos y Miriam Saavedra desestabilizó a ambas concursantes con gritos y reproches, dejando muy afectada a la madre de su hija al posicionarse claramente en su contra. A los pocos días, la madre de Suso subió a Guadalix de la Sierra para obligar a su hijo a cambiar de actitud ya que su imagen se estaba deteriorando a pasos agigantados por sus comentarios machistas.

[La madre de Suso entra en 'GH VIP 6' para frenar su agresivo comportamiento]

Laura Matamoros ha participado recientemente en la prueba de la pregunta a la audiencia, advirtiendo a Makoke sobre los comentarios que estaba realizando de su padre. Belén Esteban, con la misma misión entre manos que la anterior, ha hecho lo propio avisando a los participantes de 'GH VIP 6' de que nada es lo que parece y que no se fien ni de su sombra: "Habéis entrado solos y saldréis solos".

Y por si todo esto fuera poco, Tony Spina ha sido puesto en preaviso al recibir la visita de su madre. En su corta pero intensa charla ha insistido a su hijo en que haga su concurso solo y no se deje llevar por sus sentimientos. Algo que el joven ha recibido como un jarro de agua fría al no entender bien su mensaje.

Como queda claro, es lícito, e incluso agita la casa y da el siempre ansiado juego, que el exterior tenga su espacio y pueda dar pistas sobre lo que ocurre fuera (como pasa en las galas con los abucheos y los aplausos del público). Pero las apreciaciones de los familiares y las visitas están contaminando el concurso. Es evidente que todos los que están en el reality show lo hacen por una cuestión económica, pero también para lograr una mejor imagen pública.

[Makoke recibe un aviso de Laura Matamoros y gana el juego de la pregunta a la audiencia]

Al margen de este análisis queda la entrada de Jorge Javier Vázquez. El hecho de que el presentador del programa acuda a la casa y les de un toque de atención tras varias discusiones subidas de tono, sin personalizar en nadie y a modo de consejo, sí que es algo positivo. El catalán estuvo muy cercano, justo y empático, algo que la audiencia también agradeció.

Mónica y Suso no han vuelto a ser los mismos

Pero desde que Carlos Lozano y la madre de Suso han pisado el programa de televisión, ni Mónica ni el extronista han vuelto a ser los mismos. La peruana está pasando bastante desapercibida, dando un cambio radical en su comportamiento y convirtiéndose en un perfil bajo (también influida por el rechazo del público). Por su parte, Suso apenas da su opinión sobre los conflictos de la casa, alejándose por completo de ellos y llevando su relación con Aurah de una forma mucho más diplomática y menos pasional. Y si Makoke ya hablaba poco de su vida con Kiko Matamaoros, tras su conversación con Laura ya ni le cita.

Han perdido parte de su naturalidad

Uno de los atractivos de 'Gran Hermano' es ver cómo se comportan y cómo son los concursantes en su día a día, sin tener en cuenta si lo están haciendo bien o mal, sin saber si cuentan con el apoyo del público o no. Si obtienen sanciones disciplinarias o son expulsados por mal comportamiento, como ha ocurrido en otras ocasiones, deberán asumir las consecuencias de sus actos y hacer autocrítica. Pero las indicaciones recibidas hasta la fecha han hecho que todo haya cambiado negativamente. Ahora, algunos famosos ya no se dejan llevar como antes y están más pendientes de hacerlo bien y agradar de puertas para fuera que de mostrarse tal y como son. Han perdido parte de su naturalidad.

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Tales son las consecuencias que la última locura que se ha desatado en el show de telerrealidad es que Miriam Saavedra es una infiltrada y su objetivo es desquiciar a toda la casa. Ángel Garó y el exnovio de Oriana Marzoli están convencidos de ello tras los consejos de Belén Esteban. La princesa del pueblo repitió una y otra vez que nada es lo que parece, algo que nadie ha entendido y que no tiene ni pues ni cabeza.

La esperanza recae ahora en que los concursantes olviden las palabras recibidas de fuera, recuperen su esencia y sigan levantando filias y fobias entre los millones de espectadores que los siguen cada día. La autenticidad es algo que tanto para bien como para mal, siempre se ha sido un pilar en 'GH'.