La nueva vida del 'asesino de la Catana' con su mujer y su hija: "Es un padre con valores"

La cámara enfoca unos pies pequeños vestidos con sandalias que corretean sobre la hierba. Verde, fresca, como de primavera. Una imagen bucólica. El plano se amplía y se ve una niñita que salta, feliz, despreocupada, hacia sus padres. Todo sería bonito -sencilla palabra- si no fuera por la música, unas notas casi industriales que nos abren los oídos y nos lanzan de bruces contra la realidad. La niñita es la hija de Jose Rabadán, conocido como el asesino de catana.

“En ningún momento tuve temor o miedo”, dice su mujer en una entrevista en exclusiva que aparece en el documental ‘Yo fui un asesino’ que ha emitido DMAX.

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Tania es la esposa del ex convicto. Se conocieron porque era la hija de un pastor gitano de la comunidad evangélica de Cantabria en la que Rabadán pasó los dos últimos años de condena, lejos de su antigua vida. Allí buscaba la redención a través del arrepentimiento y de una nueva vida que encontró junto a la joven. Ella tenía tan sólo 15 años cuando empezó a salir con Jose, entonces 21 años. Habían pasado escasos seis años desde que matara a sus padres y a su hermana pequeña pero él se veía capaz de empezar de nuevo.

Preguntas infinitas

¿Es Tania valiente? ¿Generosa? ¿Inconsciente? ¿Es cosa del amor? Los dos capítulos de este documental han abierto decenas de preguntas, muchas sin respuestas contundentes, lo que provocan un debate interesante y profundo. ¿Por qué mata un adolescente a sus padres? ¿Es posible la posterior reinserción?

"Me sentía muy a gusto con él"

Está claro que la pareja formada por Jose y Tania cree que esa reinserción es posible, es más, es real. Este es el motivo por el que él se atreve a dar la cara y a contar con detalle todo lo que hizo. Ella no muestra su rostro, sólo presta su voz al relato, pero la vida que ahora llevan queda al descubierto. La presencia de Tania es corta, casi como un relámpago, pero intensa e insólita.

“Me sentía muy a gusto con él, me transmitía confianza y veía un cambio”, se oye de su testimonio, el primero y único que ha dado. “No es lo mismo que si conoces a alguien que está ahí y no se arrepiente de lo que ha hecho, que sigue haciendo cosas malas”. Sencillo, casi simple, el discurso de Tania es poco elaborado. Nada que ver con las palabras de él, protagonista también en el capítulo anterior, emitido el miércoles 29 de noviembre de 2017.

El pasado: evasión de la realidad

“Soy consciente de que muchos seguirán pensado que soy un monstruo”, dice ante la cámara. Peinado, musculado, tatuado y muy serio, distante, frío. Así se presentó Jose Rabadán a la entrevista que él mismo ofreció a Cuarzo, la productora de Ana Rosa Quintana responsable de este ‘true crime’.

El 1 de abril de 2000, con 16 años, mató a sus padres y a su hermana, de 9, con una espada de samurai y un cuchillo. La condena fue de seis años de internamiento en un centro de menores y otros dos de libertad vigilada. El diagnóstico, muy discutido, fue clave en la condena: psicosis epiléptica que le provocaba una evasión de la realidad.

El informe lo presentó la defensa y fue admitido, pese a que algunos expertos habían señalado que el adolescente era un psicópata, narcisista y sádico.

Fueron más de 70 puñaladas

El segundo capítulo del documental arranca con los hechos en toda su crudeza. Incluso aparecen imágenes reales del cadáver de la madre. Todo para acompañar la declaración del asesino, que afirma que no fue él, sino que fue su cuerpo, y que no recuerda imágenes en movimiento, sólo fotografías. "No fui yo, la espada bajó sola", fue el comentario que marcó la primera parte del documental.

Lo cierto es que asestó decenas de golpes a los miembros de su familia. Más de 30 a su padre, unos 35 a su madre y casi 20 a su hermana. La intensidad de la agresión fue tal que se rompió la catana y terminó con la vida de su hermana con un machete. El crimen duró unos 20 minutos y según declaran algunos expertos, en casos de este tipo se llega a un grado de automatismo que impide parar al criminal.

"Era su pasado y teníamos que cargar con él"

El filme prosigue con las declaraciones de varios implicados en el caso, como el comisario, un abogado, un psiquiatra forense… Pero el testimonio más impactante es sin duda el de su mujer. “Era su pasado y como tal teníamos que cargar con él pero no tenía ni desconfianza ni en ningún momento tuve temor ni miedo”. Lo dice con una voz suave, clara, casi inocente. “Es bastante cariñoso, es respetuoso… me respeta siempre”.

"Mi hija es un desafío grande"

"¿Qué pasa si vuelve a suceder un hecho? ¿Cuál es tu responsabilidad?", pregunta Javier Urra, ex defensor del menor y reconocido psicólogo.

Sentado frente al asesino, Urra le interpela:

-"Podrías decir 'a mi me llevó a cometer este hecho atroz... ¿qué?".

-"A mi me llevó el abrir una puerta que no tenía que haber abierto, como siempre digo. Acercarme al satanismo y la maldad... me condujo a que en mi mente se fraguase un juego o idea, que conscientemente no pensé que se fuera a realizar, pero que finalmente se realiza".

El futuro es y será clave en esta historia, algo de lo que es consciente también Rabadán. "Cómo le voy a presentar a mi hija a su padre... Mi hija para mí es un desafío grande".