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El 'asesino de la catana' recuerda con frialdad cómo mató a su familia: "La espada bajó sola"
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El 'asesino de la catana' recuerda con frialdad cómo mató a su familia: "La espada bajó sola"

"Muchos pensarán que sigo siendo un monstruo". DMAX estrena el insólito documental en el que el asesino narra su experiencia. "No lo sé, no tengo una idea de por qué lo hice"

Foto: El 'asesino de la catana'. (DMAX)
El 'asesino de la catana'. (DMAX)

“Soy consciente de que muchos seguirán pensado que soy un monstruo”. ¿Qué pasa por la cabeza de un adolescente para llegar a matar a toda su familia? ¿Puede alguien así tener después una vida ‘normal’? Las respuestas son complejas y nunca satisfacen a todos, sobre todo si ni el propio asesino puede explicarse.

"No lo sé, no tengo una idea de por qué lo hice". Así responde José Rabadán, conocido como ‘el asesino de la catana’, casi 18 años después de matar a sus padres y a su hermana. Son su voz y su cara las que aparecen en ‘Yo fui un asesino: El crimen de la catana’, un escalofriante documental que se emite en dos capítulos en DMAX (este miércoles fue el primero y este jueves 30 de noviembre es el segundo).

placeholder Rabadán dará la cara, por primera vez, en televisión. (DMAX)
Rabadán dará la cara, por primera vez, en televisión. (DMAX)

El crimen se produjo en el año 2000, un momento en el que internet entraba en las casas, se iniciaba la era de los chats, los juegos de rol... Y en esas estaba metido Rabadán, quien se define como "un joven rebelde" que cuando entró en contacto con mundos alternativos, satánicos, "ya había una semilla en mi plantada importante". Sorprende el documental por la narración en primera persona del propio asesino, algo insólito en piezas de este género que tiene en 'Capturing de Friedmans' uno de sus hitos. “No fui yo, no fui yo", repite, "levanté la espada pero sentí que ya estaba consumado”, dice, “la espada bajó sola”.

Foto: Imagen promocional del nuevo documental. (DMAX)

La hermana, el punto débil

Con una frialdad y una distancia de su propio relato que dejan atónito, Rabadán es capaz de recrear las horas previas y el momento concreto en que mató a su familia. Sólo se retira de las cámaras para llorar un momento, cuando habla de su hermana. "Si hubiera sabido que no iba a abrazarla nunca más", dice con los ojos rojos y el gesto tambaleante. Las lágrimas que no derramó en su día. Cuando habla de su padre se muestra duro y poco redentor. Porque en su discuro, Rabadán se siente más víctima que verdugo y achaca lo sucedido a muchos factores.

Cuando Rabadán fue consciente de que su hermana pequeña tenía síndrome de Down, culpó a Dios. Educado por un padre estricto -"muy muy muy duro", insiste- de fuertes creencias religiosas, y una madre que hacía de “escudo y paño de lágrimas", Jose perdió el control entre tanta rabia. Y empezó a tontear con ideas satánicas, artes negras y juegos de rol... “Es una puerta que no tendría que haber abierto nunca y me llevó a tener una mentalidad distinta”, cuenta ahora.

Psicosos epiléptica

El 1 de abril de 2000, con 16 años, mató a sus padres y a su hermana, de 9, con una espada de samurai y un cuchillo. La condena fue de seis años de internamiento en un centro de menores y otros dos de libertad vigilada. El diagnóstico, muy discutido, fue clave en la condena: psicosis epiléptica que le provocada una evasión de la realidad. El informe lo presentó la defensa y fue admitido, pese a que algunos expertos habían señalado que el adolescente era un psicópata, narcisista y sádico.

[LEER AQUÍ: Habla la mujer que comparte la vida con José Rabadan, el asesino de la catana]

En el documental aparecen casi todos los protagonistas, desde sus amigos de la infancia y juventud, hasta periodistas, abogados y el comisario responsable del caso. Y aparece también una conclusión: nada podría entenderse en esta historia sin la fuerte presencia cristiana en su vida. Pasó los dos años de libertad vigilada en un centro evangelista de Cantabria donde conoció a quien es ahora su esposa, una mujer que no dará la cara pero sí la voz al relato (aparece en el capítulo de este jueves).

placeholder José Rabadán, casado y con una hija de 3 años. (DMAX)
José Rabadán, casado y con una hija de 3 años. (DMAX)

El arrepentimiento cristiano

Vemos la piel de Rabadán llena de tatuajes -lleva tres cruces pintadas en el pecho que no duda en mostrar- y lo vemos en sus bucólicos paseos ante la iglesia. Son los contrastes entre la belleza de su vida actual y la oscuridad en la que se sumerge en las escenas de la semiconfesión. Rabadán hace un ejercicio de contrición clásico en quienes se aferran a la fé tras un feo pasado. El ex criminal cree que con el arrepentimiento, la rehabilitación es posible. "Me arrepentí en el mismo momento en el que bajó la espada", dice. Quiere infundir esperanza en quienes se sientan como él y quiere mostrar el camino a quienes puedan estar en la cuerda floja.

Producido por Cuarzo, la empresa de Ana Rosa Quintana, el documental es casi una responsabilidad del propio Rabadán. Fue él quien se puso en contacto con la productora para ofrecerles esta insólita entrevista en el género 'true crime'. Si el suceso fue “un antes y un después en la historia de la criminología española”, según se dice en el documental, ‘Yo fui un asesino: El crimen de la catana’ es también un antes y un después en la historia de este género.

“Soy consciente de que muchos seguirán pensado que soy un monstruo”. ¿Qué pasa por la cabeza de un adolescente para llegar a matar a toda su familia? ¿Puede alguien así tener después una vida ‘normal’? Las respuestas son complejas y nunca satisfacen a todos, sobre todo si ni el propio asesino puede explicarse.

Delincuencia DMAX Ana Rosa Quintana
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